Un
führer ruso en el gabinete israelí
Por
Roberto Bardini
Rebanadas de Realidad - Bambú Press, 26/10/06
La
nueva pesadilla de los palestinos, los israelíes moderados y los países
vecinos del Estado Judío tiene nombre y apellido: se llama Avigdor
Lieberman y es el líder del partido ultranacionalista Yisrael Beitenu
(Israel es Nuestro Hogar), integrado mayoritariamente por emigrados
rusos.
El
primer ministro israelí, Ehud Olmert, anunció el 23 de octubre que
la organización de extrema derecha se sumaba al gobierno de coalición
y que Lieberman sería designado viceprimer ministro al frente de una
nueva cartera, Asuntos Estratégicos, a la que algunos analistas de
prensa ya denominan irónicamente como "el ministerio encargado
de la amenaza de Irán". Además, con el ingreso de once
diputados del partido Yisrael Beitenun a la Knesset (parlamento),
Olmert logró una favorable mayoría de 78 diputados sobre 120 en la cámara.
Avigdor
Lieberman considera que la actual "debilidad" de George W.
Bush impide a Estados Unidos plantarse ante el presidente iraní
Mahmud Ahmadineyad y sostiene que es Israel el que debe enfrentar a Irán.
"Somos nosotros contra ellos", repite.
Nacido
hace 48 años en Moldavia -una región que entonces pertenecía al sur
de Rusia, ubicada al pie de la cadena de los Montes Cárpatos, entre
Ucrania y Rumania- Lieberman emigró a Israel en la década del 80. En
1999 creó Yisrael Beitenun, que cuenta con un millón de adherentes
llegados de la ex Unión Soviética, y en poco tiempo fue calificado
como "fascista" y "racista". El dirigente es
partidario de bombardear los territorios palestinos ocupados y
deportar a la población árabe para lograr que Israel sea
"puro" desde el punto de vista religioso.
En
su libro Mi verdad, que muchos comparan con Mi lucha, de
Adolf Hitler, Lieberman propone intercambios territoriales y de
población entre Israel y la Autoridad Palestina "para crear dos
Estados étnicamente homógeneos". Durante la invasión israelí
a Líbano, en julio pasado, pidió la aprobación de una ley para
exigir lealtad al Estado Judío a todos los ciudadanos, como en las épocas
del Tercer Reich alemán.
Antes,
en mayo, el dirigente propuso que se ejecutara por "alta traición"
a los diez legisladores árabes israelíes que mantenían contactos
con Hamas, el grupo que encabeza el gobierno palestino. "La
Segunda Guerra Mundial concluyó con los juicios de Nüremberg y con
la ejecución de la dirección nazi. Pero no sólo se ejecutó a los
cabecillas, sino también a quienes colaboraron con ellos. Deseo que
és e sea el destino de los colaboracionistas que hay en esta
casa", dijo Lieberman en el parlamento.
Pero
la "pureza" racial, el nacionalismo extremo y la ortodoxia
religiosa que impulsa Lieberman tienen su contracara: el actual
viceprimer ministro se ha visto implicado en más de un escándalo de
corrupción por su relación con las mafias ruso-judías instaladas en
el país. Desde luego que Lieberman no es el único. En mayo de 2002,
el intelectual estadounidense James Petras publicó un artículo
titulado "¿Quién financia al Estado de Israel?", en el que
afirma: "Los acaudalados y poderosos judíos del extranjero
gravitan en torno a la órbita de [Ariel] Sharon. Siete de entre los
ocho oligarcas billonarios de la Mafia rusa han realizado generosas
contribuciones al Estado de Israel y mantienen excelentes relaciones
con Sharon y con Shimon Peres".
Israel
recibe enormes sumas de dinero enviadas por magnates judíos de todo
el mundo. Una porción considerable de esos aportes termina en las
cuentas de los partidos de derecha y extrema derecha, y sirven para
financiar los asentamientos judíos en los territorios palestinos de
Cisjordania y Gaza. Pero esta generosidad monetaria no responde sólo
a motivos políticos, religiosos o humanitarios: Israel figura en la
lista negra del Grupo de los Ocho (G-8) como uno de los principales
paraísos internacionales de lavado de dinero.
Unos
cuantos millonarios de la llamada "mafia rusa" establecida
en Oriente Medio aseguran que descienden de judíos. Entre ellos
figura Vladimir Gusinsky, el opulento zar ruso de los medios de
comunicación, actualmente buscado por la justicia de su país.
Gusinsky, quien se benefició con un pasaporte israelí sin mayores trámites,
es socio del traficante internacional de armas Yaakov Nimrodi y dueño
del 25 por ciento de las acciones del diario sionista Maariv, de Tel
Aviv .
Por
el momento hay que descartar que Israel se encamine hacia la paz con
los palestinos y sus vecinos. El ex diputado y ex jefe del Mosad,
Daniel Yatom, advirtió que la presencia de Avigdor Lieberman en el
gabinete "permitirá legitimar sus posiciones extremistas".
"Cuando
muchos amantes de la paz de Israel se horrorizan ante la posibilidad
de que un racista como Lieberman integre el gobierno, están olvidando
que ya sin él el gobierno de Olmert desarrolla políticas de extrema
derecha", escribió Gideon Levy, columnista del diario Haaretz.
"Es preferible un gobierno de extrema derecha con Lieberman pero
sin camuflaje antes que un gobierno sin Lieberman que se hace pasar
como de centro-izquierda. [...] La participación de Lieberman sólo
le quitará la máscara a un gobierno que se embarcó en una guerra
sin sentido, que rechaza cualquier acuerdo con Siria, que es cruel con
los palestinos y que fortalece las ocupaciones de territorios".
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