Palestina:
La hora de los tramposos
Por
Txente Rekondo La Haine, 19/12/06
El guión golpista y
tramposo que se ha venido sucediendo en los últimos meses en
Palestina ha dado otro paso más. La decisión del presidente de la
ANP de convocar nuevas elecciones obedece a la defensa de sus
intereses y de los de los que en teoría serían llamados a ocupar el
banquillo de los acusados en un supuesto proceso de los enemigos de la
autodeterminación palestina.
Desde la victoria de
Hamas en las elecciones de enero, los pasos de este guión
marcadamente intervencionista se han venido sucediendo para mayor
sufrimiento de la población palestina. Las urnas, superando el label
occidental de democracia, hablaron claro y dieron el mandato popular a
la formación islamista y nacionalista de Hamas, y desde ese día
todos los resortes de los mal llamados demócratas se pusieron en
marcha para acabar con la voluntad palestina.
Primero se articuló
un bloqueo económico, después el gobierno sionista retuvo los
millones que le correspondían al pueblo palestino en concepto de
impuestos, y a ello se añadió la ofensiva militar sionista y el
bloqueo de Gaza. El mensaje que las democracias occidentales mandaban
al pueblo palestino era claro y conciso, “podéis votar libremente
siempre y cuando elijáis a los candidatos que nosotros apoyamos”,
todo un ejercicio de democracia occidental.
Crisis
Mientras que se
pretende mostrar al mundo la situación palestina como un círculo en
permanente crisis, lo cierto es que ésta es el reflejo más
manifiesto de lo que en realidad está aconteciendo con el movimiento
Al Fatah, que debe soportar una crisis interna en diferentes frentes.
A los ya conocidos conflictos por hacerse con la dirección del
movimiento se le sumas los que enfrentan a los llamados dirigentes de
la primera generación y los de las nuevas generaciones, además de
los que mantienen abiertos los diferentes sercitos de seguridad próximos
a Al Fatah y frente a otros grupos de la resistencia palestina.
Hoy en día el
movimiento que en su día lideró el difunto Arafat es una amalgama de
facciones, coaliciones y redes personales y familiares, sin un
liderazgo claro y con una organización opaca. Además ante los ojos
de la población palestina estos dirigentes representan la imagen
vivas de una vieja guardia, ligada y asociada a la corrupción, al
colaboracionismo con el enemigo sionista y sus aliados occidentales.
Son los nuevos ricos que han sabido enriquecerse a costa del
sufrimiento de la mayoría del pueblo y cuya materialización más gráfica
representan los coches de lujo y las vivienda faraónicas que les
acompañan.
Al Fatah representa
hoy en día la imagen de un movimiento en decadencia, atado a los
deseos inconfesables de algunos de sus dirigentes y que de seguir por
esa vía, además de apostar por un enfrentamiento civil (algo que
nunca en la historia del pueblo palestino había tenido lugar), puede
desembocar en la desintegración del movimiento y ello también
arrastrará en buen medida los logros de palestina en su lucha por
alcanzar sus objetivos nacionales.
Ya lo expresó hace
algún tiempo una de las voces más consecuentes del movimiento (por
eso permanece secuestrado en las cárceles sionistas), Maruan Barguti,
señalando la necesidad de encontrar “nuevas formas de trabajo,
nuevas instituciones, que representen todos los centros de poder de
nuestro pueblo”.
Similitudes
La incompetencia de
Al Fatah, tras más de cuarenta años de hegemonía, representan la
imagen viva de un movimiento en clara decadencia, la fotografía de la
incompetencia y la corrupción. Son la representación del “cinismo
político, de la corrupción, del doble rasero, del derrotismo de todo
un pueblo”.
Las presiones
occidentales, con el estado sionista y Estados Unidos a la cabeza, y
con la inestimable colaboración de una desorientada Unión Europea,
han logrado ahogar aún más a la población palestina, marcando con
fuego su “osadía” de creer que por las vías democráticas y
electorales podían elegir su futuro y a sus representantes. La lección
de democracia práctica que esos actores han transmitido al pueblo
palestino no hará sino aumentar el sufrimiento al mismo, y añadir un
grado más de desestabilización a una región ya de por sí bastante
compleja.
El olvido
intencionado del pasado de un pueblo es un mal síntoma, por eso
frente a quienes ahora hablan de la necesidad de crear un gobierno de
unidad nacional palestino, olvidan que fue Hamas quine tras su triunfo
electoral propuso esa fórmula de gobierno para articular
conjuntamente la defensa de los intereses de todo el pueblo, y no la
administración de una migajas de poder en beneficio de unos pocos, la
política que viene manteniendo desde hace años la dirección política
de Al Fatah.
Flaco favor han hecho
a la democracia los que han reventado la experiencia electoral
palestina, mostrando ala mayoría del ese pueblo que sólo los
resultados electorales que convienen a Occidente pasan la prueba del
algodón. Todo este recorrido, cual camino del calvario palestino, no
hace sino ahondar todavía más las heridas de Palestina, para
regocijo del sionismo y de sus aliados, extranjeros (EEUU y la UE)
como locales (toda esa amalgama de colaboracionistas dispuestos a
administrar el sufrimiento de los demás en beneficio propio). Porque
si profundizamos en la realidad palestina veremos que no es cuestión
de personajes sino de estrategias. Los colaboradores palestinos que
hoy en día parecen dominar Al Fatal, y que estarían dispuestos a
dinamitar el pasado heroico de ese movimiento (Mahmud Abas, Mohamed
Dahlan), si fueran honestos comprenderían que el apoyo y el aplauso
de los enemigos políticos de su pueblo no puede significar nada bueno
para el mismo, y que la voluntad de Palestina, manifestada en las
urnas, debería bastar para comprender la necesidad imperiosa de un
cambio profundo en el rumbo que llevan tiempo manteniendo.
Aprovecharse de la
coyuntura impulsada por Israel, anunciar el relanzamiento de un plan
de paz que nace defectuoso desde su inicio, no es más que seguir
complaciendo la mano de la ocupación y de sus intereses. Como dice el
refrán popular, no significa más “que pan para hoy y hambre para
mañana”. Si se llevan adelante los deseos de Abas y sus aliados,
puede que la población palestina cambie su intención de voto y
apueste por unos dirigentes que les permitan superar la grave crisis
humanitaria actual, pero será sólo cuestión de tiempo que esa
dirección corrupta sea expulsada de la escena política de Palestina,
al menos si ésta decide seguir sus pasos hacia la autodeterminación
definitiva de su pueblo, y no quedarse encadenada a las miserias
coyunturales que significan determinadas ayudas, aunque éstas estén
disfrazadas de un falso humanitarismo.
De momento parece que
en Palestina es la hora de los tramposos, pero todos los esfuerzos y
las maniobras para desfigurar la verdadera voluntad de ese pueblo
acabarán chocando con el verdadero muro que desde hace décadas ha
venido construyendo la resistencia palestina en defensa de los
intereses de todo el pueblo.
.-
Del Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN).
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