Territorios
en el abismo
Por
Gustavo Capdevila
Inter
Press Service (IPS), 28/05/07
Los
trabajadores de los territorios árabes ocupados por Israel han
sufrido otro año de drástico descenso de sus niveles de vida y de
aumento de la pobreza, del desempleo, de la desintegración social y
el desorden político, dijo la OIT en su último informe de situación
en esa región.
La
cantidad de hogares que viven debajo de la línea de pobreza creció
26 por ciento entre marzo de 2006 y marzo de este año, el lapso
examinado por las misiones de alto nivel que la OIT (Organización
Internacional del Trabajo) envió en abril a Israel y a los
territorios árabes ocupados.
Desde
1999 hasta 2006, el producto interno bruto (PIB) por habitante de esa
zona ocupada se había reducido en 40 por ciento.
Siete
de cada 10 hogares, unas 2,4 millones de personas, viven actualmente
en la pobreza, precisó este informe, que será examinado en sus
sesiones desde este miércoles al 15 de junio por la Conferencia
Internacional del Trabajo, la máxima instancia de la OIT.
Sólo
una de cada tres personas trabaja y con sus ingresos mantiene a seis.
Unas 206.000 se encuentran desempleadas, lo que equivale a 24 por
ciento de la fuerza de trabajo.
Además,
dos de cada tres personas no tienen empleo, ya sea porque figuran
entre las desempleadas o porque directamente no forman parte de la
fuerza laboral.
A
la luz de los datos recogidos por la misión de la OIT, el director
general de la institución, el chileno Juan Somavía, juzgó que la
situación de los pobladores del área es desesperada. La violencia no
ha cesado y ha seguido afectando tanto a los civiles palestinos como
israelíes, pero con muy diferentes grados de intensidad, sostuvo.
Somavía
subrayó que la actividad económica ha disminuido de manera drástica,
lo que ha acrecentado la pobreza, el empleo precario y la desocupación.
Las empresas encuentran cada vez más dificultades para funcionar a
causa del ascenso de los costos logísticos, describió.
Otros
rasgos de la situación en la zona muestran que los trabajadores y las
familias se enfrentan a una disminución de las oportunidades de
empleo y al pago irregular de los salarios.
El
director general de la OIT puso énfasis en tres aspectos: que los
permisos y los puestos de control marcan la vida diaria, el gobierno
palestino tiene que bregar con una fuerte disminución de los recursos
y los enfrentamientos entre sectores políticos complican aún más la
situación.
Los
40 años de ocupación israelí de la ribera occidental del río Jordán,
incluido Jerusalén oriental, la franja de Gaza y las alturas del Golán
sirio, no son la única causa del actual deterioro en la región,
observó el informe.
También
han influido una serie de medidas tomadas tras las elecciones que
ocasionaron el cambio de gobierno en Palestina en marzo de 2006,
mencionó.
Los
comicios legislativos de enero de 2006 habían dado la victoria al
Movimiento de Resistencia Islámico (Hamas), una fuerza más radical
en su oposición a Israel y a los gobiernos occidentales que lo
apoyan. El partido secular Al Fatah, más moderado, retuvo la jefatura
de la Autoridad Nacional Palestina, que conserva desde 1994.
Desde
entonces, el embargo financiero impuesto por la comunidad
internacional a la Autoridad Nacional Palestina ha tenido efectos
devastadores para el pueblo y la economía palestinos, refirió la
OIT.
A
eso se sumaron la retención por parte de Israel de los ingresos
tributarios y aduaneros palestinos, lo cual ocasionó una pérdida de
ingresos mensuales estimada en un promedio de 60 millones de dólares,
y la suspensión del apoyo presupuestario directo de los donantes
occidentales.
En
total, esos aspectos determinaron una pérdida de 50 por ciento de los
ingresos del gobierno palestino.
Un
tercer factor ha sido la imposición de nuevas restricciones rigurosas
a la movilidad de las personas y de las mercancías palestinas, que
han reducido al mínimo el funcionamiento de la economía de esos
territorios.
El
acceso a los mercados para los palestinos tanto dentro como fuera de
los territorios está estrictamente controlado por las Fuerzas de
Defensa de Israel (FDI).
Somavía
precisó que la causa inmediata de la difícil situación social y
económica es el sistema dominante de cierres y controles, incluida la
barrera de separación, establecido por la potencia ocupante.
Esta
protección está causando al mismo tiempo inseguridad económica y
social para la población de esos territorios, advirtió. El director
de la OIT reflexionó que una situación de prosperidad y seguridad,
por un lado, y de ocupación militar, pobreza e inseguridad, por el
otro, es muy peligrosa para ambas partes y no es sostenible.
La
OIT estima que la Autoridad Nacional Palestina, los donantes
internacionales e Israel deberían tratar de apoyar a los empresarios
y trabajadores a fin de consolidar las empresas, incentivar nuevas
inversiones y diversificar la economía.
De
esa manera se contribuiría a fomentar la seguridad de los palestinos
e israelíes, así como a acercarse a una solución negociada y
duradera del conflicto, sostuvo.
La
reducción y la supresión de los obstáculos a la circulación de las
personas y las mercancías en los territorios, entre Gaza y la ribera
occidental y con el mundo exterior, pero garantizando a la vez la
seguridad en Israel, es la más importante de las medidas que podrían
tomarse para hacer retroceder la creciente crisis económica y social
de los territorios ocupados, recomienda el documento.
El
informe de la OIT alerta que el tejido social de los territorios
ocupados está soportando la presión de un alto nivel de desempleo
persistente, sobre todo entre los jóvenes, y niveles de pobreza y
violencia sin precedentes, incluido el deterioro del imperio de la ley
y el orden.
La
población palestina, que sigue teniendo un rápido crecimiento de 2,8
por ciento anual, se caracteriza por ser muy joven, pues 46 por ciento
de sus 2,4 millones de habitantes tienen menos de 14 años.
|