El
nuevo presidente de Israel
Un
criminal de guerra por excelencia
Por
Jalid Amayreh
thepeoplevoice.org
Publicado en Rebelión, 15/06/07
Traducido del inglés por Sinfo Fernández
En
Occidente, para mucha gente, el nuevo Presidente de Israel Shimon
Peres es un estadista respetable y un hombre de paz. Sin embargo y
realmente, Peres no es más que un racista repulsivo y un criminal de
guerra que tiene manchadas sus manos de toneladas de sangre inocente.
En
1993, Peres asumió la imagen de pacifista por su papel en la conclusión
de la Declaración de Principios, más conocida como Acuerdos de Oslo,
con la Organización por la Liberación de Palestina (OLP).
El
inherentemente vago acuerdo, que tanto la OLP como Israel valoraban de
forma diferente, incluso contradictoria, permitía a Israel imponer su
propia interpretación y de esa forma consolidar, bajo el engañoso epígrafe
de la paz, un férreo control sobre todos los aspectos de la vida
palestina.
Y
cuando el difunto dirigente palestino Yaser Arafat dijo a su pueblo, a
mediados de la década de los noventa, que los Acuerdos de Oslo podrían
eventualmente desembocar en la creación de un estado palestino con
Jerusalén Este como capital, Peres, sarcásticamente, comentó “No
puedo nombrar un guardia para los labios de Arafat”.
Peres,
nacido Simón Perski en Visniova, Bielorrusia, en 1923, tiene un largo
historial al servicio de la aciaga empresa sionista en Palestina.
A
mediados de la década de 1950, se dedicó a introducir armamento
nuclear en Oriente Medio tras haber llegado a un acuerdo con el
gobierno francés por el que Francia estuvo conforme con suministrar a
Israel el Reactor Simona, con el manifiesto objetivo de desarrollar un
arsenal de bombas y cabezas nucleares.
El
pacto formaba parte de un acuerdo más amplio por el que Israel
adquiriría también en Francia los aviones de guerra Dassault Mirage,
que más tarde serían utilizados durante la agresión israelí de
1967 contra los estados árabes.
Peres,
entonces protegido de David Ben Gurion y figura importante del Mapai,
el antecedente del Partido Laborista, conspiró con Francia y el Reino
Unido para lanzar la invasión tripartita (anglo-francesa-israelí)
sobre Egipto con objeto de derrocar al Presidente egipcio Gamal Abdul
Naser. Esto permitió a Israel lanzar una clara agresión contra
Egipto y ocupar la Península del Sinaí.
Tras
la ocupación de Cisjordania, Peres apoyó con entusiasmo una campaña
notoriamente agresiva de los colonos judíos talmúdicos, conocida
como Gush Emunim, para apoderarse de la tierra palestina y construir
colonias sólo para judíos.
El
objetivo de la rapiña a gran escala de la tierra palestina fue doble:
Primero, construir una colonia judía cerca de cada pueblo y ciudad árabes
para que los colonos mesiánicos acosaran a los nativos palestinos y
les obligaran a huir de su tierra, y, segundo, crear “hechos”
irreversibles en Cisjordania que hicieran imposible que cualquier
futuro gobierno israelí pudiera retirarse de los territorios
ocupados.
La
criminalidad y crueldad de Peres alcanzó un nivel intenso en 1969
cuando, como Primer Ministro, ordenó al ejército israelí, el
Wehrmacht (*) judío, que bombardeara las fuerzas de mantenimiento de
la paz de Naciones Unidas que se encontraban en el pueblo de Qana,
donde cientos de civiles libaneses habían buscado refugio ante los
indiscriminados bombardeos israelíes de los pueblos y aldeas
libanesas en el sur del Líbano.
Los
bombardeos, en el que se utilizaron cohetes de artillería, mataron al
menos a 101 niños y mujeres e hirieron y alcanzaron a muchos otros.
Las
pantallas de televisión de todo el mundo, excepto las de los medios
estadounidenses controlados por los sionistas, pusieron de relieve
espantosas y fantasmagóricas imágenes de niños decapitados y otros
civiles inocentes hechos pedazos.
Los
funcionarios de Naciones Unidas que se encontraban en aquel momento en
el sur del Líbano testificaron solemnemente que el inmoral bombardeo
fue ejecutado de forma intencionada y deliberada, teniendo en cuenta
el hecho de que el lugar aparecía clara y notablemente señalado.
Además,
un informe más amplio publicado después en la sede de Naciones
Unidas en Nueva York dejó muy claro que “el bombardeo fue un acto
deliberado”.
Como
siempre, Israel y su aliado-guardián, los Estados Unidos, rechazaron
el informe, insistiendo en que la pornográfica atrocidad fue un “daño
colateral” que se produjo “por error”.
Es
interesante saber que, hasta este momento, ni el gobierno israelí ni
“Míster Paz” (Shimon Peres) han pedido disculpas por la masacre
de Qana.
Lejos
de hacerlo, el ejército israelí llevó a cabo el pasado año otra
masacre en Kfar Qana, durante su genocida campaña contra el Líbano,
a lo largo de la cual llegaron a arrojar entre 3-4 millones de bombas
de racimo por todo el país. (Casi cada día, un niño, un campesino o
un pastor libanés muere o resulta alcanzado por un artefacto que no
había hecho explosión).
En
los últimos años, Peres ha actuado como un elocuente aunque
completamente mendaz defensor y apologista de las conductas nazis de
Israel contra los palestinos.
En
sus frecuentes apariciones en televisión, Peres defendería todos y
cada unos de los crímenes israelíes en Cisjordania, en Gaza y en el
Sur del Líbano.
Peres,
que compartió el Premio Nobel de la Paz con Yitzhak Rabin y Yaser
Arafat en 1995, gracias a la degeneración moral que invade nuestro
mundo, ha defendido la apropiación de la tierra por el “Muro de
Separación” construido en la saqueada tierra palestina de
Cisjordania.
Ha
defendido también la política israelí de ejecuciones
extra-judiciales de activistas palestinos así como la indecente práctica
de exterminar a familias enteras de políticos y activistas de la
resistencia palestinos, como las familias Abu Queik y Halil al Hayya
(véase “The Jews committed a holocaust against my family”,
thepeoplesvoice.org).
Desde
luego, a diferencia de otros cuentistas y mentirosos profesionales
sionistas, Peres siempre ha intentado mejorar su defensa de las
crueles actuaciones con citas amables y expresiones de dolor y pesar
que parecían humanos. Desgraciadamente, el vacuo y falso ardid ha
venido funcionando, especialmente cuando se trata de ignorantes y/o crédulos
presentadores y entrevistadores de noticiarios que raramente van poco
más allá de las charlas entre amiguetes, por temor a molestar a los
sionistas.
En
efecto, tras cada atrocidad perpetrada contra niños palestinos y
libaneses, Peres afirmaba que “La paz estaría a la vuelta de la
esquina sólo si, o cuando, los árabes amaran más a sus niños de lo
que odian a Israel”.
Esa
objeción verbal es continuación de la infame afirmación de Golda
Meir de que “los judíos podemos perdonar a los árabes por matar a
nuestros niños, pero no les perdonaremos por obligarnos a matar a sus
niños.”
Bien,
todos los criminales y asesinos a gran escala han tratado y tratarán
siempre de encubrir sus crímenes.
Los
nazis podrían decir algo también, y probablemente así lo hicieron,
a lo largo de estas líneas para justificar sus actos genocidas.
Pero
esas palabras no tienen ningún valor porque lo importante no es lo
que los criminales dicen, ya sean judíos en Cisjordania o alemanes en
el Ghetto de Varsovia en 1944, sino lo que hacen.
En
resumen, Peres, que está a punto de convertirse en el Presidente de
Israel sucediendo al desacreditado Moshe Katsav, no es más que un
infame criminal de guerra y asesino de niños. El hecho de que sea
recibido con respeto, e incluso con cierta admiración por todo el
mundo, no altera esa realidad.
N.
de la T.:
(*)
Wehrmacht: término genérico para designar a las fuerzas armadas.
Tras la ascensión del nazismo, de 1935 a 1945, se ha venido
utilizando para designar al ejército nazi.
(-)
Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate
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