¿Qué
diablos está pasando en Palestina?
Por
Dr. Hisham Bustani (*)
Rebelión, 18/06/07
Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R. (**)
Lo que está pasando
en Palestina es el resultado de una tremenda cortedad de miras por
parte de Hamás y una efectiva estrategia por parte de los sionistas
(con el imperialismo estadounidense detrás) y de sus colaboradores
internos.
Hamás fue una
resistencia; el enemigo estaba claro: la entidad sionista. La
estrategia estaba clara: no había reconocimiento en absoluto de la
ocupación, de toda la ocupación (incluyendo la de territorio
árabe en 1948, a diferencia de la blanda posición de aceptar la
ocupación anterior a 1967 adoptada por la corriente política global
y por Fatah).
Ahora bien, cuando
Hamás acudió a las elecciones y aceptó entrar en la pugna por el
gobierno cayó en la misma red (tanto si fue a propósito como si no).
1– La Autoridad
Palestina (AP), el gobierno y la Asamblea Nacional Palestina
(Parlamento) están todos basados en los acuerdos de Oslo, los
cuales no sólo reconocen, sino, y más importante, facultan a
"Israel" para actuar sobre Cisjordania y Gaza.
Este cuerpo
“gubernamental” no tiene en absoluto soberanía, ni ejército, ni
control sobre los puestos “fronterizos”, ni ingresos
independientes: nada. Por consiguiente, Hamás indirectamente
abandonó su estrategia al participar en el resultado material de los
acuerdos de Oslo, aunque (al principio) persistió en su teórica
posición de rechazar el reconocimiento de "Israel".
2–
"Israel", Europa y EEUU hallaron el momento adecuado para
encender una guerra civil largamente esperada y probablemente
planeada. Las herramientas son simples: cortar toda ayuda financiera a
los palestinos con la excusa de que Hamás es una organización
"terrorista", esto provocaría un desasosiego popular
catalizado por un número de colaboradores en el interior de Gaza y
Cisjordania quienes eran aliados a largo plazo de EEUU e
"Israel" y que fueron financiados y apoyados por ellos, además
de darles armas y otras facilidades. Resultado: Guerra Civil Fase Uno.
3– A continuación
de esa Fase Uno, los regímenes árabes (principalmente el régimen
saudí) intervendrían para impedir el "derramamiento de sangre
palestina". ¡Por supuesto todo el mundo sabe que los regímenes
árabes tienen las manos manchadas de sangre palestina!, lo que les
reportaría ser estrechos aliados de EEUU (y consecuentemente de
"Israel"). La intención de la maniobra era favorecer el
empuje de Hamás a las aguas más profundas y cenagosas. Nació el
Acuerdo de La Meca y Hamás ya no habló de la liberación de toda
Palestina, ahora hablaba de un estado palestino en las fronteras de
1967.
4– Obviamente esto
no era suficiente, "Israel" y EEUU (y Europa) tenían ahora
una oportunidad de oro para una Guerra Civil Palestina, así que nada
de parar la máquina. Más provocación interna llevaría a un gran
estallido de palestinos matando a palestinos para beneficio de
"Israel" y EEUU, dentro del imponente esquema de un
“nuevo” o “amplio” Oriente Próximo. Resultado: Guerra Civil
Fase Dos. Una de las tres regiones resistentes (Palestina, Líbano,
Iraq) es neutralizada. El núcleo de la lucha árabe–sionista–imperialista
queda tremendamente distorsionado.
Expresión lógica:
no se puede ser resistencia/revolución y un gobierno/estado al mismo
tiempo, y mucho menos si este “gobierno/estado” está bajo ocupación
y completamente controlado por poderes extrínsecos y variables como
es el caso de Palestina.
Hamás escogió el
suicidio político al entrar en la lucha por un
“gobierno–bajo–ocupación”, Fatah ya había decidido descartar
la lucha hacía mucho tiempo y está controlado por “líderes”
corruptos y mafiosos. El resultado es lo que vemos hoy.
Atribuir la “guerra
civil” a factores palestinos intrínsecos carece totalmente de
objetividad. Existe una dinámica interactiva de factores intrínsecos
y extrínsecos, los primeros juegan el papel principal y los últimos
proveen del “terreno propicio”.
En estos tiempos
terribles y confusos el papel de la solidaridad internacional es de
una importancia extrema, porque si algunas facciones en Palestina
pierde su enfoque y esto va acompañado por una actitud similar en el
exterior, la causa se estrellará completamente y todos nosotros
perderemos.
La lucha en Palestina
es, por una simple lógica internacionalista, una lucha contra un
imperialismo y sionismo globales a través de mecanismos
locales. Hay una continuidad entre el interior y el exterior de la
lucha, por lo que siempre acentúo que los llamados movimientos de
solidaridad no deben detenerse en ser “defensores” de la causa,
sino que deben considerarse a sí mismos PARTE de la causa y por
consiguiente una parte integral de la resistencia.
Ahora es el momento
crucial para intensificar el apoyo internacional a la causa árabe–palestina,
no sobre las bases de la retórica derrotista de la solución de los
dos estados que rechaza parte de la ocupación (la posterior a 1967)
pero ACEPTA otra (la ocupación anterior a 1967), sino en base a la
eliminación total de la ilegítima entidad sionista, racista,
colonial y colonizadora.
Si caemos en la
tentación imperial–sionista de ver "a los palestinos matándose
unos a otros y por qué diablos vamos a preocuparnos”, entonces
todos perderemos Palestina y también perderemos todos, porque
sólo el imperialismo y el sionismo serán los que recojan el
beneficio a expensas de todo el pueblo.
Cuando un individuo
pierde la vista es responsabilidad de todos los demás guiarle por el
camino.
(*)
El Dr. Hisham Bustani es escritor, activista, miembro fundador de la
Alianza de Resistencia Árabe, pertenece al Comité de Libertades y al
de la Unión de Asociaciones Profesionales (UAP) de Jordania e
integrante del Comité Ejecutivo del Foro Socialista del Pensamiento
en Jordania.
(**)
Carlos Sanchís y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión,
Tlaxcala y Cubadebate. Esta traducción se puede reproducir libremente
a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al
traductor y la fuente.
El
Gobierno de facto de Abbas
Por
Nassar Ibrahim y Sergio Yahni
Tlaxcala, junio de 2007
Traducido por Carlos Sanchis
Desde Noviembre del
2006, la sociedad palestina ha sido empujada al borde de la guerra
civil por presiones inmensas de la comunidad internacional e Israel.
Estas presiones, tanto económicas como políticas, han tenido éxito
en dividir a la sociedad palestina, generar enfrentamientos civiles
sangrientos y ahora en crear dos gobiernos pero ningún estado.
El 17 de junio, un
nuevo gobierno prestó juramento ante el Presidente palestino, Mahmoud
Abbas. Aunque este gobierno, ahora dirigido por el Ministro de
Finanzas, Salam Fayyad, fue nombrado sin el apoyo o siquiera la
deliberación del democráticamente elegido Consejo Legislativo
Palestino, ya disfruta del pleno apoyo de Israel, los Estados Unidos y
la Unión Europea. Todas estas entidades ahora planean acabar su
boicot, impuesto sobre el pueblo palestino a continuación de la
victoria de Hamas en las elecciones nacionales democráticas de Enero
2006.
El nombramiento de un
gobierno palestino de facto es la consecuencia directa de las políticas
adoptadas por los Estados Unidos e Israel hacia los palestinos después
de las elecciones palestinas nacionales y democráticas de Enero del
2006. Los Estados Unidos y la Unión Europea demostraron su cinismo
cuando rechazaron los resultados de estas elecciones, embargando toda
asistencia a la Autoridad Palestina (AP) y aislando a la AP dentro de
la comunidad internacional. Además, al aliarse Washington a Fatah, se
sabía que los EE.UU. apoyarían un derrocamiento violento de los
resultados electorales.
Los Estados Unidos y
la UE perdieron toda credibilidad y reputación moral cuando,
siguiendo las políticas de Israel, continuamente incitaron al
derrocamiento violento del gobierno palestino democráticamente
elegido. Su apoyo al gobierno de Fayyad está condicionado actualmente
a la prontitud de este gobierno no electo de adoptar medidas opresivas
contra toda forma de oposición palestina, tanto a la actual ocupación
israelí como al gobierno nombrado que directamente contradice los
resultados de las elecciones democráticas.
Desde luego, desde
Noviembre del 2006, las fuerzas palestinas entrenadas y financiadas
por los Estados Unidos en la Franja de Gaza han estado intentando un
derrocamiento militar del gobierno democráticamente elegido,
conduciendo a la sociedad palestina a la guerra civil. Sin embargo, su
último intento fracasó y resultó en un desplome total de las políticas
abogadas por Israel y los Estados Unidos.
El gobierno de Salam
Fayyad en Cisjordania fue nombrado a consecuencia del desplome de las
políticas militares de Fatah en la Franja de Gaza. Este gobierno será
incapaz de resolver la lucha interna palestina ni de terminar con la
ocupación israelí, el problema verdadero y primario con que se
enfrenta la sociedad palestina.
El apoyo a las
facciones políticas palestinas dentro de la sociedad no está
dividido por regiones. Fatah disfruta de un apoyo popular considerable
en la Franja de Gaza y Hamas todavía mantiene el apoyo de la mayoría
de los palestinos en Cisjordania. Así, los intentos de Fatah y Hamas
por asumir el pleno control de Cisjordania y de la Franja de Gaza
respectivamente conducirá a más violencia y derramamiento de sangre.
Además, a pesar del
apoyo internacional garantizado al gobierno de Salam Fayyad, será
incapaz de resolver la ocupación israelí y sus diarias políticas
opresivas. El gobierno de Fayyad no será capaz de derrumbar el Muro,
de romper el asedio Israelí sobre los centros urbanos palestinos, de
refrenar la construcción de asentamientos y de detener el asesinato
de líderes populares palestinos. Ninguno de esos problemas será
resuelto por el gobierno de Hamas en Gaza tampoco, a pesar de su
legitimidad democrática.
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