Los
palestinos no aceptan un “gobierno” colaboracionista “estilo
Vichy” [1]
Por
Jalid Amayreh
The People Voice, 17/06/07
Rebelión, 19/06/07
Traducido del inglés por Sinfo Fernández (*)
Jerusalén ocupada,
17 de junio.– La inmensa mayoría de los palestinos, los que se
hallan en Palestina y los de la Diáspora, no aceptarán un gobierno
traidor en Ramala a la entera disposición de Israel. Eso es
precisamente lo que la administración Bush e Israel esperan que haga
el nuevo gobierno encabezado por Salam Fayyad.
Desde luego, depende
completamente de Fayyad y de su gabinete demostrar la falsedad de los
dictados israelíes y de las “expectativas” estadounidenses.
Por desgracia, el
nuevo gobierno parece ofrecer pocas promesas de un mañana mejor para
los hambrientos, agotados y atormentados palestinos.
En efecto, el
ensordecedor silencio de Abbas y Fayyad et al, frente a la
extendida conducta salvaje de conocidas bandas de matones que han
estado destrozando y quemando edificios, instituciones y comercios por
toda Cisjordania, es muy elocuente.
En efecto, el
gobierno tiene aún tan sólo unas horas de vida, sin embargo, la
ausencia de una simple condena verbal de la orgía de terror y
vandalismo contra los supuestos seguidores de Hamas, sus familias y
comercios no es un buen augurio para el futuro.
Como era de prever,
EEUU e Israel han estado colmando de alabanzas al gobierno de Fayyad.
Además, EEUU e Israel han manifestado ya su entusiasta buena voluntad
para levantar todas las sanciones financieras contra la Cisjordania
ocupada, con objeto de fortalecer a la facción Dahlan–Abbas contra
otros palestinos que rechazan sucumbir, o ser sobornados o
intimidados, ante la insolencia y arrogancia del poder israelí.
Puede que el gobierno
de Fayyad se sienta temporalmente encantado del apoyo israelí y
estadounidense. Sin embargo, debería comprender que el respaldo
estadounidense e israelí es un cáliz envenenado.
La experiencia ha
probado que en Oriente Medio ningún gobierno, facción u organización
a los que apoye EEUU va a librarse del desprecio de las masas. Esto es
especialmente verdad en los territorios palestinos ocupados, donde la
colaboración con Israel, que controla las políticas estadounidenses,
es considerada como la última de las traiciones.
Las masas palestinas
saben muy bien lo que Estados Unidos simboliza para ellos, para sus niños
y para su imperecedera causa. Simboliza la opresión en la más
terrible de sus formas. Simboliza el asesinato masivo, el robo de la
tierra, la desposesión, las privaciones y la mendacidad e hipocresía
máximas. EEUU es quien permite, sostiene y justifica los 40 años de
nazismo israelí, cuyo objetivo final es la eliminación de Palestina
como nación, apropiándose de su tierra y haciendo que su futuro sea
lo más precario posible.
En resumen, EEUU es
para los palestinos lo que la Alemania nazi era para los judíos. Por
lo tanto, cualquier gobierno que se muestre dispuesto a arrojarse en
los brazos estadounidenses perderá su legitimidad cuando no su propia
existencia. Esta es probablemente la razón por la que los palestinos
en la Franja de Gaza no combatieron por Muhammad Dahlan y sus hombres.
Durante los últimos
dieciocho meses, EEUU, a través de personajes como Keith Dayton, nos
entregó gran cantidad de dinero y armas para que nos matáramos los
unos a los otros en beneficio de Israel, que realmente no distingue
entre este o aquel grupo palestino, sólo distingue el hecho de que
rechacen la ocupación e insistan en la libertad.
Eso sucedía mientras
EEUU e Israel (y también los hipócritas gobiernos de la Unión
Europea) se aseguraban de matar de hambre y de empobrecer a los
palestinos de a pie con la esperanza puesta en que se revolvieran
contra Hamas y abandonaran las aspiraciones palestinas a cambio del
pan y el dinero estadounidenses.
Sí, Estados Unidos
nos dio armas para que nos asesináramos los unos a los otros,
mientras se aseguraba de matarnos de hambre y atormentarnos, como si
los nazis de nuestra época nos quisieran liquidar también de este
modo.
Esas no son meras
palabras ni afirmaciones no comprobadas, sino hechos bien conocidos.
Los funcionarios y los medios estadounidenses han estado hablando
abiertamente de encender la guerra civil en Gaza y Cisjordania. Elliot
Abrams, el responsable del AIPAC [2], ha llegado incluso a jactarse
del éxito logrado al lanzar a unos palestinos contra otros.
Desafortunadamente,
el Presidente Abbas no se molestó nunca en contarles a los palestinos
por qué y para qué estaba apilando todas esas armas suministradas
por EEUU. ¿Era porque quería luchar contra la ocupación israelí?
¿O era para decapitar de un solo golpe a Hamas tan pronto se le
presentara la oportunidad? Si ésa era la razón, ¿podemos decir
entonces que Hamás tenía fundadas razones para llevar a cabo sus
acciones preventivas en Gaza?
Los palestinos
honestos sabían desde el principio lo que estaba pasando. Hace mucho
tiempo que todo estaba muy claro, y la apostasía nacional por parte
de ciertos dirigentes palestinos era cada vez más desvergonzada.
No hay duda que
cualquier identificación estrecha del nuevo gobierno con el ocupante
israelí va a invitar a su desaparición, y eso puede ocurrir más
pronto que tarde. Es más, es equivocado y engañoso asumir que todo
el movimiento Fatah va a apoyar un gobierno que diga “sí” a
Israel y EEUU. Un gobierno tal no sería más que un gobierno traidor,
una entidad desleal.
Por tanto, el nuevo
gobierno debería medir sus pasos con mucho cuidad y abstenerse de
alcanzar algún acuerdo con el régimen sionista que pudiera
comprometer nuestros derechos nacionales.
Esta no es un asunto
de Fatah vs. Hamás. Es la cuestión de Palestina y Palestina no está
en venta.
Nota
de SoB:
1.–
Se refiere al “gobierno” del Mariscal Petain (1940–1944),
instalado en la ciudad de Vichy, colaboracionista con la ocupación
nazi de Francia.
Nota
de la traductora:
2.–
AIPAC: Comité de Asuntos Públicos Americano–Israelí, el más
poderoso lobby judío sionista en EEUU.
(*)
Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate.
|