Holocausto
en cámara lenta
Por
José Steinsleger
La Jornada, 04/07/07
La "solución
final" ejecutada por Israel en Gaza y Cisjordania consiste en
asfixiar física, síquica y socialmente a cerca de 4 millones de
palestinos que en enero de 2006 votaron democráticamente, pero
eligieron "mal".
El método de
exterminio escogido resulta similar al de los nazis durante el gueto
de Varsovia (1941–43), cuando 60 mil personas murieron de inanición
y enfermedades. Pero a diferencia del puñado de heroicos judíos que
en el gueto polaco resistieron hasta el final, millares de palestinos
acorralados por Israel llevan 40 años dando la pelea contra la
"limpieza étnica" de su pueblo.
En los ataques israelíes
a la franja de Gaza muere un promedio de ocho palestinos por día. La
mayoría son niños que resultan heridos, paralizados, mutilados o
encarcelados.
En febrero de 1989,
el diario jordano Ad–Dustour, de Ammán, reprodujo declaraciones del
legislador laborista inglés Robert Stoot, quien visitó un hospital
de Nablús (Cisjordania) para oír el testimonio de menores quemados
al estallar los chocolates que les brindaban soldados israelíes.
Desde 1967 a 2005 las
fuerzas de ocupación israelíes arrestaron a más de 650 mil
palestinos (20 por ciento de la totalidad de los que habitan en Gaza y
Cisjordania). A fines de 2005, 8 mil 800 prisioneros estaban
repartidos en 28 cárceles y centros de detención.
Del 28 de septiembre
de 2000 hasta el 30 de junio de 2006, las autoridades palestinas
llevaban en sus registros la muerte de 4 mil 248 personas asesinadas,
786 de éstas niños. Cifras que no incluyen unas 250 muertes
ocurridas posteriormente, durante la ofensiva Lluvia de Verano, en
represalia por el "secuestro" de un soldado israelí.
La cifra de heridos
suma más de 23 mil (14 mil 200 en Cisjordania, donde habitan 2
millones 300 mil personas, casi el doble de la población de Gaza).
Desde que empezó la segunda intifada (2000), el gobierno israelí ha
torturado a los niños durante los interrogatorios.
Según el
Departamento de Estadística y el Ministerio para asuntos relacionados
con prisioneros y liberados, a noviembre de 2005 habían sido
detenidos cerca de 4 mil menores, de los cuales 294 niños y 3 niñas
siguen en prisión: 19 están en la zona de Al Quods, seis en Gaza,
272 en Cisjordania (80 en la cárcel de Nablús, 65 en la de Ramallah
y 28 en la de al–Khalil). Otras fuentes estiman que unos 350
menores, entre ellos niños de 12 y 13 años, se encuentran detenidos.
Sólo en 2003, se detuvo a 6 mil 540, 245 de los cuales fueron
juzgados por cortes militares. La mayor parte por arrojar piedras y
bombas molotov al ejército mejor pertrechado del mundo.
En enero de 2004 el
teniente coronel Eytan Ronel devolvió sus insignias al jefe del
estado mayor, Moshe Yaalon, en protesta por la actuación de las
tropas en los territorios ocupados y cinco reclutas fueron condenados
por un tribunal militar alegando objeción de conciencia hacia la
ocupación.
Durante la primera
intifada, Israel encarceló hasta 2 por ciento de todos los niños
palestinos entre nueve y 17 años, y en los primeros seis meses del
2004 asesinó a más de 80 niños y niñas.
En noviembre de 2006,
la matanza de civiles palestinos en Beit Hanoun (norte de la franja)
dejó 18 civiles muertos, entre ellos seis niños. "Falla técnica",
declaró el premier Ehud Olmert.
Las condiciones de
detención de los menores son terribles. Los sicólogos militares
israelíes se han ensañado en la población infantil, calculando
premeditadamente el tipo de tortura con base en su vulnerabilidad y el
deliberado propósito de crear sensaciones de miedo, intimidación y
desamparo.
Un informe de la
organización Defence for Children International observa que los niños
palestinos son encerrados en celdas "por un sinfín de
horas" y, en algunos casos, disponen de sólo 45 minutos cada dos
días para ejercicios al aire libre. Las ventanas de las celdas están
cubiertas totalmente con paneles de hierro que bloquean la luz de
exterior e intensifican el calor. Ni hablar de cuidados médicos o
alimentación adecuada, servida en papelitos, sin cubiertos.
Otro aspecto del
holocausto palestino se relaciona con la demolición de las viviendas,
centrada en la localidad de Rafah, frontera con Egipto, donde fueron
destruidas 15 mil 472 viviendas, es decir, seis de cada 10.
El doctor Eyad el
Sharraj, director de los servicios siquiátricos en Gaza, asegura que
Israel ya está creando una "... nueva generación de palestinos
más insensibles que las anteriores frente a la ocupación militar. De
la misma forma está creando una generación de ocupantes israelíes
que ven a mi ciudad como el lejano oeste.
"En Gaza –añade–
hemos producido una generación de niños que no son capaces de sonreír.
Son los futuros hombres bombas..."
En Gaza, 45 por
ciento tienen menos de 15 años. De un estudio realizado entre niños
palestinos de hasta 12 años, 24 por ciento expusieron que su máxima
aspiración es ser shahids, es decir, suicidas. "No estoy de
acuerdo con los suicidas, pero no los puedo tocar porque son personas
santas y glorificadas por toda la sociedad", dijo El Sharraj.
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