Bush,
Olmert y Abbas planean una maniobra contra Hamás
La
estrategia de la "guerra y la paz"
IAR
Noticias, 18/07/07
Como clásica
metodología de aislamiento y división de los países ocupados
militarmente, el Imperio norteamericano y sus socios del capitalismo
transnacional sionista siempre utilizan dos tácticas simultáneas:
A) la guerra civil,
por medio de la cual siempre enfrentan en lucha armada a un grupo
pro–sionista cipayo (caso de Abbas y Al Fatah) y a otro que se
enfrenta a la ocupación extranjera con la armas en la mano (caso de
Hamás).
B) los procesos de
negociaciones de "paz", mediante los cuales un grupo
cipayo pro–sionista (Abbas Al Fatah) integra las conversaciones de
"paz" santificadas por el eje EEUU–Israel–Unión
Europea, mientras que el otro denostado como "terrorista"
(Hamás) es aislado de las "conversaciones de paz" y de la
comunidad internacional por sostener la "violencia" (no la
resistencia armada al invasor, sino la "violencia").
Esta estrategia,
consistente en establecer una división entre los que buscan la
"paz" con el invasor de su país a cambio de prebenda y
poder interno, y los que resisten militarmente al invasor, la
repiten esquemáticamente en Irak, Afganistán, Palestina, Líbano, y
en cualquier país que es sometido a la invasión y ocupación
militar.
De esta manera, el
Imperio sionista invasor hace "desaparecer" la ocupación
militar y presenta al país como dividido, o por una guerra civil
(también llamada "guerra sectaria"), o por un
enfrentamiento entre partidarios de la "paz y la democracia"
y partidarios de la "violencia y el terrorismo".
Las cadenas mediáticas
internacionales sionistas se suman a estas tácticas de dominación
imperial caracterizando a los combatientes de la resistencia a la
ocupación extranjera como "extremistas",
"radicales" o "terroristas", y a los cipayos
colaboracionistas como "moderados" o partidarios de
la "paz".
Desde el punto de
vista de la acción psicológica disgregadora (que busca destruir y
excluir al enemigo real del Imperio), la táctica operativa consiste
en presentar la clásica dicotomía entre "civilización democrática"
(Abbas) y "barbarie violenta" (Hamás)
De esta manera, los
promotores de la Intifada y de la lucha armada contra Israel en
Palestina siempre fueron los "terroristas violentos", que
boicotean los "procesos de paz" con el Imperio
invasor, que desaparece como tal, y se convierte en "moderador
del proceso de paz" con la exclusión de los
"violentos" que resisten al invasor.
Como dijimos esta
metodología operativa (del Imperio sionista con sus cadenas mediáticas)
conforma un "clásico" que se aplica en todos los países
sometidos a la ocupación militar (sea israelí o norteamericana) y
a la depredación de su economía y de sus riquezas.
En Palestina la
estrategia de la "paz" cobró forma en tiempos de
Arafat, con el acuerdo con Clinton en Camp David, primero, y luego con
el plan llamado "hoja de ruta" que fue continuado por
Abbas, un agente histórico del eje judeo–norteamericano.
En todos los casos,
esta estrategia fue desarticulada por el accionar de la resistencia
armada contra Israel.
En Palestina, y
cuando Hamás expulsó de Gaza a Abbas y Al Fatah, fracasó la táctica
de la "guerra civil" y el eje judeo–norteamericano
comenzó rápidamente la táctica del aislamiento internacional de
la guerrilla palestina anti–Israel utilizando a Abbas
y Al Fatah (recluidos en Cisjordania) como pivotes de su nueva
maniobra para terminar con la resistencia armada.
Cuando Abbas y Al
Fatah fueron derrotados en Gaza , Israel y EEUU (con la cumbre
Bush–Olmert en Washington) lanzaron una operación para aislar
internacionalmente a Hamás, intensificar el bloqueo sobre Gaza,
conseguir apoyo entre los países árabes "moderados"
aliados del eje EEUU–Israel en la región, participar activamente de
la operación para instalar una fuerza internacional y "desarmar
a Hamás" con la ONU, y buscar la legitimación para
transformar al "medio gobierno" de Cisjordania en el "gobierno
de toda Palestina".
La nueva
estrategia de "paz" con Abbas como pieza principal,
lanzada en la cumbre de Egipto de hace dos semanas, busca sentar las
bases para un nuevo proyecto de exclusión de Hamás y de los que
resisten con las armas la ocupación sionista.
Como una extensión
del proyecto para aislar a Hamás, el eje EEUU–Israel–Unión
Europea intentan desempolvar el viejo plan del "proceso de
paz" que Bush y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el
presidente palestino, Mahmud Abbas, han pactado con la participación
de la Unión Europea.
El lunes, desde
Washington, Bush anunció la convocatoria de una "conferencia de paz" para
Oriente Próximo para finales de año, a la que invitará a Israel, a
los palestinos y a varios países árabes.
En una declaración
en la Casa Blanca, Bush anunció también la concesión de 190
millones de dólares en concepto de "ayuda humanitaria" a la
Autoridad Nacional Palestina (ANP).
La reunión, precisó
Bush, tendrá como objeto reavivar las conversaciones de paz y revisar
los progresos en el establecimiento de instituciones democráticas en
los territorios palestinos (EEUU, Israel y la Unión Europea, mientras
tanto, mantiene su criminal bloqueo económico en Gaza, que se
encuentra en catástrofe humanitaria).
En su declaración,
Bush afirmó que para los palestinos "ha llegado el momento de
tomar una decisión" y elegir entre la opción que representa
el grupo islámico Hamas –"un mundo de asesinatos,
ejecuciones sumarias... que garantiza el caos y la perpetuación de
los agravios"– o la moderación de Al Fatah, el partido
de Abu Mazen (Abbas).
Este último camino,
afirmó Bush, permitirá a los palestinos "recuperar su dignidad
y establecer un Estado propio pronto". Bush añadió que
"todas las naciones responsables deberían apoyar las
reformas" que propugnan Abu Mazen y su nuevo primer ministro,
Salam Fayad.
Hamás calificó la
nueva maniobra como una "cruzada" contra los palestinos
de Gaza.
La portavoz de
Olmert, Miri Eisin, señaló que la propuesta "suma
velocidad" a las negociaciones bilaterales ya comenzadas por él
mismo Abbas, al tiempo que consideró que la conferencia "sería
un excelente apoyo para los palestinos moderados y daría un empujón
real" al diálogo, según el diario israelí Haaretz.
Asimismo, la portavoz
judía Eisin señaló que Arabia Saudí y otros países de la región
que no mantienen relaciones diplomáticas con Israel deberían tomar
parte en la conferencia.
La oficina del primer
ministro israelí emitió un comunicado expresando su
"satisfacción" por la propuesta de Bush, añadiendo que
Olmert propuso esta cumbre regional durante su visita a Washington de
principios de mes.
Por su parte, el
asesor de Abbas, Nabil Amr, indicó que el presidente palestino ve el
anuncio de Bush como "la apertura de una nueva puerta que podría
reavivar el proceso de paz".
Desde Gaza,
el funcionario de Hamás Sami Abu Zuhri acusó a Bush y a Olmert de
diseñar "un plan para lanzar una cruzada contra la población
palestina", según Haaretz.
"Hacemos un
llamamiento a todos los países árabes para que se mantengan firmes
contra estas amenazas", remarcó.
Mientras tanto, la
nueva maniobra para asilar y derrotar a Hamás con el "proceso
de paz" fue acogido entusiastamente por las potencias
europeas del lobby sionista que controlan el Consejo de Seguridad de
la ONU.
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