IAR
Noticias, 20/09/07
En una decisión sin
precedentes históricos, el Estado sionista de Israel acaba de
declarar a la Franja de Gaza, controlada por Hamás, como una
"zona enemiga" gobernada por el "terrorismo", y se
dispone a cortar la electricidad, el agua, los combustibles y otros
suministros vitales a un millón y medio de palestinos que habitan en
el área que ya se encuentran –según la ONU– en estado de
catástrofe humanitaria a causa del bloqueo económico establecido por
el eje EEUU–Israel–Unión Europea.
En términos
concretos, el gobierno de Olmert decidió cambiar la estrategia de los
"asesinatos selectivos" contra los dirigentes de la
resistencia palestina, por la estrategia del "asesinato
colectivo" contra un millón y medio de palestinos que
habitan la Franja de Gaza.
El gabinete de
seguridad de Israel declaró el miércoles 19 a la Franja de Gaza,
controlada por Hamás, como una "zona enemiga", anunciando
que va llevar a cabo cortes de luz, agua y combustible,
además de otros suministros vitales en respuesta a los ataques
con cohetes realizados por la resistencia contra ciudades fronterizas
judías.
La decisión golpeó
y sorprendió a la llamada "comunidad internacional" y el
secretario general de la ONU pidió al Estado judío que revea la
"medida" por la implicancia de catástrofe humanitaria
que reviste para el millón y medio de palestinos ya sometidos a un
"cerco" con bloqueo económico.
EEUU, por medio de su
secretaria de Estado, Condoleezza Rice, apoyó y acompañó la
decisión argumentando que Hamás "también es una entidad
hostil" para su país, y calificó al gobierno islámico
como "una organización terrorista que tomó el control en la
Franja de Gaza y la transformó en un territorio enemigo".
Durante una reunión
en Jerusalén con su homóloga israelí, Tzipi Livni, la jefa de la
diplomacia estadounidense, luego de convalidar y avalar la medida de
genocidio en masa, prometió al mismo tiempo que,
independientemente de quien gobierne, Washington "no olvidará
a los ciudadanos de Gaza".
"No vamos a
abandonar a los palestinos inocentes", afirmó.
Desde que Hamás
expulsara de Gaza al agente pro– israelí Abbas (hoy refugiado con
Al Fatah en Cisjordania) Israel y EEUU trazaron un plan para aislar
internacionalmente y derrocar al gobierno islamista que se niega a
reconocer la existencia del Estado judío.
Pero de esa
estrategia, nada le salió mejor que el boicot económico que sumió a
los habitantes palestinos de la Franja de Gaza en una catástrofe
humanitaria, según la ONU, de proporciones dantescas.
El último ataque de
la resistencia palestina con cohetes Al Kassam a una base militar, la
semana pasada, le dio a Israel el argumento para cerrar la frontera y
planificar un "cerco final" con el corte de los servicios de
agua, luz y combustibles a la castigada región controlada por
Hamás.
De esta manera, la
potencia judía invasora no solo carga sobre sus hombros los genocidios
militares en masa de población civil en Líbano y en Gaza, sino
que además, con su última decisión, inicia la era del "asesinato
colectivo" por desnutrición, enfermedades y carencias de
condiciones básicas para la supervivencia, que traen a los
palestinos de la Franja el bloqueo y la suspensión de los servicios
vitales.
Al definir
formalmente a la Franja de Gaza como "entidad enemiga",
Israel podría argumentar que no está obligado por la ley
internacional que gestiona la administración del territorio a
suministrar, agua, combustible y energía a sus1,5 millones de
habitantes.
Según funcionarios
de la ONU, Israel continúa siendo el ocupante responsable de Gaza,
pese a haberse retirado de la zona hace dos años, ya que todavía
controla sus fronteras, su espacio aéreo y sus aguas territoriales, y
ataca permanentemente con su aviación y fuerzas militares al
territorio políticamente controlado por Hamás.
Un alto cargo de la ONU,
citado por la agencia Reuters, advirtió contra el corte de
cualquier servicio básico "por ir
contra el derecho internacional humanitario".
Israel retiró
formalmente sus tropas y colonos de la Franja de Gaza en 2005, pero
los palestinos sostienen que la Franja sigue bajo ocupación
israelí porque el Estado judío bombardea a diario su territorio,
controla sus fronteras, espacio aéreo y aguas costeras.
Hamás describió la nueva
maniobra de "asesinato colectivo" de palestinos como una "declaración
de guerra".
"Pretenden matar de
hambre a nuestra gente y obligarles a inclinarse y aceptar fórmulas
humillantes que podrían emerger de la denominada conferencia de paz
de noviembre", dijo el portavoz
de Hamás Fawzi Barhoum.
Fuentes del gobierno
de Olmert citadas por medios israelíes dijeron que
las sanciones se pondrán en marcha después de que las
autoridades israelíes examinen las "consecuencias legales"
en los organismos internacionales .
El gobierno de
Olmert, desgastado y en crisis desde su derrota en Líbano,
está sometido a la presión de los miembros derechistas del sionismo
israelí quienes exigen una amplia operación militar
terrestre en la Franja de Gaza para acabar con el lanzamiento
frecuente de cohetes transfronterizos.
Fuentes del gobierno
israelí citadas por la cadena BBC señalaron que
"Aquí hay algo que va más allá del abastecimiento diario de
servicios y mercaderías. Si se declara a Gaza como entidad enemiga,
ello significa que Israel podría actuar allí con otro enfoque y otra
envergadura, incluida una nueva invasión militar".
"Ya no se ve a
Hamás como una organización terrorista, sino como entidad que cuenta
con un ejército enemigo. Eso ya es otra dimensión", dijeron a
la cadena británica responsables militares israelíes.
La resolución del "castigo
colectivo" a los palestinos (en un muestra de "doble
discurso" enfermizo) se tomó en momentos en que la jefa de
la diplomacia de Estados Unidos, Condoleezza Rice, se encontraba de
visita en Jerusalén para reactivar –según sus propias palabras–
el "proceso de paz en el Medio Oriente".
La presión para la
adopción de represalias contra la Franja de Gaza aumentó después de
que hace dos semanas un misil impactase en una base del ejército
israelí, hiriendo a 69 soldados.
De acuerdo con los
observadores en Gaza, la implementación del "asesinato
colectivo" tiene como objetivo producir el "aislamiento
final" y la derrota de Hamás antes de que estallen las acciones
armadas contra Irán y Siria.
Para muchos
analistas, el fracaso militar de Israel en Líbano y Gaza fue
determinante en el atraso de las operaciones militares contra Irán y
Siria, por el peligro de "explosión en la retaguardia" que
generarían Hezbolá y la resistencia palestina con sus ataques a las
ciudades fronterizas israelíes.
El ministro de
Defensa, Ehud Barak, afirmó que sólo cuando esté desplegado el sistema
para interceptar cohetes que desarrolla la industria
armamentística israelí, se podrá abortar la amenaza de los Kassam.
Pero, según
los medios israelíes, la suspensión del suministro de energía
eléctrica, agua y gasolina, es la opción que más adeptos
gana entre la sociedad israelí, el mando militar y los funcionarios
del gobierno de Olmert.
Según algunos
analistas locales, dos razones principales juegan a favor de esta
estrategia:
1) las tensiones
recientes con Siria han hecho que la mayoría de los recursos
militares israelíes estén concentrados en el Golán, en el norte;
2) utilizar el nuevo
"cerco" intenta demostrar a los palestinos de
Gaza la diferencia de trato que implica ser gobernados por los
"moderados" de Al Fatah o los "radicales" de
Hamás, que controlan la Franja desde hace tres meses.
De acuerdo con medios
israelíes y agencias internacionales, luego del ataque a la base
militar israelí, la semana pasada, se comenzaron a barajar propuestas
detalladas de la nueva acción represora: tres horas de
interrupción de todos los servicios y los insumos básicos por cada
cohete palestino que caiga en suelo israelí.
"El cohete
(de la resistencia palestina) será el que prenda o apague la
electricidad en Gaza", declaró uno de los ministros del
gabinete israelí, al resumir el espíritu de lo acordado el
miércoles entre EEUU y el Estado sionista de Medio Oriente.
Oficialmente, el "asesinato
colectivo" como nueva estrategia imperial de dominación
está en marcha.
Y con la nueva metodología de
exterminio para precipitar resultados de sometimiento que Israel no
consigue por la vía militar, el
Holocausto ya adquirió nacionalidad palestina.