Editorial
de Al Ahram, El Cairo, 18/10/07
MundoArabe.org, octubre de 2007
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
La "conferencia
de paz" patrocinada por Estados Unidos en Annapolis, Maryland, no
supone un hito para el que los árabes deban alimentar expectativas.
Si juzgamos por el reciente discurso de las partes implicadas, la
conferencia –si es que finalmente se celebra– no implicará
progreso alguno. Así de claro lo han dejado ver varias reveladoras
declaraciones que han ido apareciendo durante la visita a la región
de esta misma semana de la Secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza
Rice.
Al comentar las
negociaciones palestino–israelíes que actualmente tienen lugar en
Jerusalén, Rice se apresuró a echar un jarro de agua fría. Es muy
improbable, dijo, que haya algún "avance" en las
conversaciones en Jerusalén. Y añadió que no era una
"condición" necesaria llegar a un documento conjunto
palestino–israelí que perfilara los objetivos de la conferencia
para poder celebrar ésta en noviembre como un primer paso.
Rice hizo sus
declaraciones tras la conversación mantenida con el Primer Ministro
israelí Ehud Olmert el 14 de octubre. Al día siguiente se reunió
con el Presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas, declarando
en una conferencia de prensa que se celebró a continuación que el
presidente estadounidense George W Bush se ha "comprometido"
a "poner fin" a lo que denominó como "el problema
palestino". Después se dirigió a El Cairo, donde su homólogo
egipcio expresó su preocupación por la vaguedad de los objetivos de
la conferencia de Annapolis, sugiriendo que se aplazara. Rice
contestó que no había previsto ningún aplazamiento.
Así pues, ¿qué es
lo que nos está diciendo Rice? Nos está diciendo que la conferencia
se celebrará, incluso sin agenda, y a pesar de que piensa que los
gobiernos israelí y palestino son incapaces de avanzar para resolver
un conflicto de décadas de antigüedad. En efecto, describe los 59
años de ocupación israelí, el apartheid, la violación del derecho
internacional, la demolición de casas palestinas y los cinco millones
de refugiados palestinos como "el problema palestino". Rice
no es la única en mostrarse cauta con las expectativas de resultados
positivos de la conferencia. La Ministra israelí de Asuntos
Exteriores Tzpi Livni, que encabezará el equipo negociador israelí
en Annapolis, ha advertido ya a los árabes que no vayan a la
conferencia con demasiadas esperanzas.
Veamos, si los
estadounidenses no se toman en serio el conflicto palestino–israelí
y los israelíes, los palestinos y los gobiernos árabes implicados en
la cuestión se muestran escépticos de los posibles resultados de la
conferencia, ¿para qué van a celebrarla los estadounidenses?
Podemos encontrar una
posible respuesta a esa pregunta en el momento escogido para la
conferencia. La gira de Rice por la región debía resucitar,
supuestamente, un proceso de paz que está muerto, pero su principal
problema, y el de Israel, está en otros lugares: en Irán y en Iraq.
El fracaso de EEUU en Iraq ha obligado finalmente a Bush a aceptar la
inevitabilidad de la retirada de las tropas estadounidenses. Pero esa
retirada no puede tener lugar antes de ajustar el escenario regional,
lo que implica debilitar Iraq mediante su partición y, más
importante aún, negociar con la "amenaza" iraní.
Annapolis no
representa ningún compromiso de EEUU para acabar con "el
problema palestino". Es un cínico intento de vender como
pacificadora a la actual administración estadounidense en un momento
en el que su único objetivo es empezar una nueva guerra.