Las
semillas del Marzo Paraguayo
Editorial
de Socialismo o Barbarie
Periódico
del Agrupamiento por el Socialismo, Asunción, julio de 2006
El
marzo paraguayo marcó a sangre y fuego un antes y un después en la
conciencia de los trabajadores y el pueblo explotado en general. Y aún
hoy soplan con fuerza los vientos que traen consigo los recuerdos de
los gritos y disparos en la Plaza. Las 35.000 personas que salieron a
las calles este 29 de marzo pasado gritando ¡Dictadura nunca más!!!,
como un no rotundo al intento de Nicanor de auto prorrogarse en el
poder, manifestándose por un ¡basta de dictaduras y de dictadores!,
son el producto de la maduración en la conciencia de los trabajadores
y el pueblo de las semillas del marzo paraguayo. Es la negativa férrea
a una vuelta atrás, la afirmación de que no se va a transigir ni
especular con las conquistas democráticas que tanta sangre nos ha
costado.
Sin
embargo, a pesar de esta conquista política, actualmente nos
encontramos con un fenómeno contradictorio. La gran contradicción no
está –centralmente– en la conciencia de los y las 35.000,
organizaciones sociales, de trabajadores, colectivos e
individualidades que dieron, en este contexto, su apoyo a Resistencia
Ciudadana participando bajo su convocatoria, sino en aquellas figuras
y organizaciones que son hoy su dirección política.
Hoy
algunos ven hasta con sorpresa que uno de los principales implicados
en la masacre de las plazas frente al Congreso, hoy llegue a presidir
el mismo. De la mano de una "concertación", producto del
proceso iniciado con Resistencia Ciudadana, los que asumieron la
dirección de un frente único entre diversos sectores conformado
contra la dictadura y el autoritarismo, votaron en el parlamento para
que González Quintana, oviedista de pura cepa, condenado por las
muertes de estudiantes y campesinos durante el marzo paraguayo, ocupe
la presidencia del Congreso.
Como
dijimos, una de las mayores contradicciones de Resistencia Ciudadana y
de la futura "concertación opositora" está en el carácter
nada democrático y progresista de los principales partidos que
componen la dirección política de la misma, concretamente Patria
Querida, el PLRA, y el UNACE.
Ese
es el gran dilema de Resistencia y de la "concertación",
por más amplia que sea la participación de gremios trabajadores y de
organizaciones sociales ampliamente enraizadas en las luchas del
movimiento popular que apoyan a este frente por verlo (erróneamente)
como un instrumento válido para llevar adelante las luchas de los
explotados, estos terminan siendo furgón de cola de los partidos
patronales y latifundistas, y como en el caso del oviedismo
abiertamente antidemocráticos y con las manos manchadas de sangre.
Y
que nos puede sorprender, por ejemplo, de un partido como Patria
Querida al cual no le tembló la mano en absoluto para concebir algo
tan atroz para el nivel de vida de los trabajadores como el impuestazo,
o la aprobación y firma de la inmunidad para las tropas yanquis que
ingresaron a nuestro territorio. Evidentemente no les va a costar nada
votar por alguien responsable del asesinato de jóvenes estudiantes.
La
cuestión de fondo es de clase y no de la llamada "alternancia
democrática"
Siempre
se recuerda como balance del marzo paraguayo, que el gobierno producto
de esa verdadera rebelión popular fue (paradójicamente) mucho peor
que el que fuera derrotado por aquella heroica movilización de
estudiantes, obreros y campesinos.
Efectivamente,
tanto González Macchi como sus secuaces, no tenían mucho que ver con
las reales aspiraciones de los luchadores y mártires del marzo
paraguayo.
Hasta
ahora ese es el problema de fondo, en aquella lucha, a pesar de que el
pueblo en las calles derribó a un gobierno por autoritario y
neoliberal, el poder termina en manos de otro grupo gobernante, que
sacando cuentas al final es tan represivo y neoliberal como el
anterior. ¿Porque?. Porque la alianza de los partidos políticos
defensores de los intereses de los patrones y terratenientes que
formaban parte del Congreso durante el curso de esa rebelión,
hicieron todo lo posible por desmovilizar, absorber y desviar el
proceso desencadenado en la conciencia del pueblo trabajador.
Y
lo más importante, es que esto solo fue posible porque no existía un
polo político independiente que reflejara y canalizara la fuerza de
este ascenso, y lo llevara consecuentemente hacia adelante. Ese polo
solo podía ser un polo clasista, es decir que representara los
verdaderos intereses de la rebelión popular, los intereses de los
trabajadores, los campesinos, y los estudiantes.
El
vacío de poder, la falta de una alternativa real propia de los (y
para los) trabajadores, independiente, clasista, y con metas que van más
allá de meras reformas democráticas y donde se plantee
consecuentemente como programa histórico trascender el sistema
capitalista, solo conduce a la vía muerta de cualquier iniciativa que
pretenda cambiar algo de fondo en este país.
Los
organizaciones que depositan su esperanza en Resistencia Ciudadana y
en la "concertación" con Fernando Lugo a la cabeza (aunque
esto sea una expresión de cómo los llamados "sectores
sociales" están viendo la forma de expresarse políticamente y
es un salto enorme el ver la necesidad de proponer alternativas de
poder), buscan en la alternancia al viejo aparato burocrático que
maneja el estado paraguayo, la ANR, la solución a todos los males que
nos aquejan socialmente, y lastimosamente están errando el camino.
Pues
la alternancia que los mismos conciben, parte de la premisa falsa de
la necesidad de aliarse con los partidos burgueses que se hacen llamar
de "oposición", para según ellos poder enfrentar con éxito
en las elecciones del 2008 a la burocracia colorada. Precisamente esta
alianza con los mismos partidos que traicionaron el marzo paraguayo,
incluyendo al que estaba en la vereda de enfrente apretando el
gatillo, es un nuevo intento de absorber, maniatar y desviar el
proceso de politización creciente de los trabajadores producto de la
lenta recomposición que se está gestando en los últimos dos años.
Por
la reactivación del Frente Único de los trabajadores del campo y la
ciudad
Seguimos
sosteniendo que el Frente Nacional de Lucha por La Soberanía y la
Vida, que aglutinaba en su seno a las más combativas
organizaciones obreras y campesinas de nuestro país debió tomar como
suya esta discusión, la de construir una herramienta política de
los trabajadores. Sin embargo varios gremios que lo conformaban
decidieron dar su apoyo a la "concertación", dejando de
lado al FNLSV. No nos referimos a la vieja burocracia corrupta de
ciertas Centrales fantasmas que intenta aparecer en la palestra pública
nuevamente, sino a otras organizaciones, que como ya dijimos, creen
realmente que solo la figura de Fernando Lugo, con los sapos a ser
tragados que le siguen, pueden cambiar la desesperante situación en
que vivimos.
Nuestra
posición, es que solo un polo independiente de los trabajadores del
campo y la ciudad puede garantizar la salvaguarda de las conquistas
democráticas y la profundización de las mismas. Independiente de los
partidos que representan a los patrones y latifundistas como Patria
Querida, el PLRA o el UNACE, cómplices del partido Colorado y el
imperialismo en el saqueo y la explotación de las clases
trabajadoras.
No
perdamos más tiempo, las diferentes luchas de trabajadores urbanos y
la vuelta a escena del combativo campesinado necesitan ser unificadas
y fortalecidas y al mismo tiempo realizar la discusión de la
necesidad histórica de esta herramienta política clasista,
combativa, anticapitalista y revolucionaria . Debemos reactivar el
FNLSV y que en su seno se discuta ampliamente en las bases la
construcción de nuestra propia herramienta política.
Solo
una alternativa clasista puede garantizar la conquista de los derechos
básicos que hoy nos son negados sistemáticamente, como la salud, la
educación, la vivienda, el derecho a un empleo digno y el acceso a la
tierra. Solo si las organizaciones de lucha obreras, campesinas,
barriales, y estudiantiles van a la cabeza, con sus propias
reivindicaciones, se podrá empujar el proceso a la izquierda.
Hacemos
un llamado a los sectores del movimiento que hoy ven a la
"concertación" con esperanzas, a estos sectores les
exigimos que rompan con la burguesía, con los partidos patronales y
latifundistas, y construyamos juntos la herramienta política de los
trabajadores, los campesinos, los estudiantes, las organizaciones
barriales y de base, con el pueblo explotado en general.
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