Intervención de Marco Boltes, de Agrupamiento por el Socialismo
(Paraguay)
Ante la candidatura presidencial del obispo Lugo
Por
una política de independencia de clase en Paraguay
Socialismo
o Barbarie, periódico, 28/12/06
Al momento de realizarse el IV Congreso del nuevo MAS y la II Reunión
Internacional de la corriente Socialismo o Barbarie, el obispo
Fernando Lugo aún no había lanzado formalmente su candidatura
presidencial, aunque ya apuntaba en ese sentido. Este informe analiza
el contexto social y político de ese hecho y plantea la lucha por una
alternativa política independiente de todo sector burgués.
Antes que nada, un saludo fraterno y revolucionario de parte de los
compañeros de Agrupamiento por el Socialismo de Paraguay al IV
Congreso del nuevo MAS. Este congreso es un paso importante, no sólo
para el MAS, sino para la construcción de la corriente internacional
SoB.
Los cambios en la situación
Hace un año, cuando me tocaba dar el informe de Paraguay, hablábamos
mucho de la parte macroeconómica, la situación del movimiento, así,
a rasgos generales, previendo que se creaban las condiciones para que
a mediano o a largo plazo, Paraguay se transformase en una especie de
“campo seco” donde cualquier chispa iniciaría un incendio. Hoy, a
un año de esa intervención, las cosas dieron un giro y tomaron un
dinamismo de una velocidad a la cual nosotros no estamos
acostumbrados.
Seguramente habrán oído hablar sobre los acontecimientos
del 5 de diciembre por el juicio de la tragedia del supermercado Ycuá
Bolaños. Pero eso no fue, como decía Marx, “un rayo en cielo
sereno”, sino que fue producto de una acumulación de hechos en este
período corto, que fueron cambiando las cosas vertiginosamente.
Este período estuvo marcado por algunos elementos muy importantes. Uno
es que el gobierno de Nicanor, como preveíamos, iniciaría ataques a
la clase trabajadora, realizando reformas neoliberales tardías. ¿Por
qué tardías? Porque van totalmente desfasadas con respecto al resto
de América latina.
Recortes al gasto social, flexibilización a la clase trabajadora,
ataques muy duros al campesinado en cuanto al precio de sus productos,
etc. Para eso, el gobierno de Nicanor y la burguesía utilizan, para
tratar los conflictos que tiene con el movimiento, la mano dura.
Anteriormente los gobiernos utilizaban más la cooptación de los
dirigentes, los arreglos con las cúpulas, las famosas “cocinadas”
con las direcciones del movimiento. Pero en el período último empezó
a aparecer la famosa criminalización de la lucha social y de la lucha
obrera, la verdadera imposición de un terrorismo de Estado,
principalmente contra la dirigencia campesina. Eso empezó a utilizar
la burguesía a partir del secuestro y asesinato de la hija de un ex
presidente.[1] Y se utiliza una figura del derecho penal paraguayo que
es la Fiscalía, una especie de superpoder en el derecho paraguayo. Ni
la Policía puede actuar de oficio, sino un fiscal que le da la
autorización. Entonces tenemos fiscales por todos lados. Persiguiendo
a dirigentes sindicales y campesinos, acusándolos de cualquier cosa.
El régimen tiene olor a podrido
[...] Otro hecho que marca este período es la corrupción generalizada
del régimen. Hemos dicho que en Paraguay había una especie de
dicotomía de la burguesía en su forma de acumulación: que había
una burguesía “normal”, que explota y acumula por las vías
“legales”, y otra burguesía, muy importante, ligada a lo
“ilegal”: narcotráfico, contrabando, contrabando de armas.
[...] Dentro del movimiento, la dirección del movimiento campesino
queda muy debilitada y cede su puesto a la clase obrera ocupada y de
la ciudad, principalmente a los sectores trabajadores vinculados al
aparato del Estado. Son los trabajadores de la salud, de la educación,
los empleados públicos los que toman la vanguardia en la lucha contra
las reformas neoliberales y también contra la corrupción, las
licitaciones fraudulentas, la desaparición de dirigentes campesinos,
la operatividad de aparatos policiales. Es decir, la lucha democrática.
El gobierno de Nicanor empezó a promover los Consejos de Seguridad
Ciudadana, que son verdaderos ejércitos parapoliciales,
paramilitares. Están al servicio de latifundistas y trabajan en
estrecha conexión con narcotraficantes. Entonces en el campo estaba
dura la situación para los dirigentes campesinos. En cambio, en la
ciudad se daba lo contrario al tomar la posta por la lucha de las
cuestiones democráticas por parte de los trabajadores del Estado.
El primer hecho que fue uno de los antecedentes de la mini rebelión
del supermercado Bolaños fue el asesinato a sangre fría de un chico
de 11 años que salía de un partido de fútbol. Entre vecinos, las
barras bravas del equipo de fútbol, los parientes, asaltaron la casa
de ese personaje y lo quisieron linchar. Hubo un enfrentamiento con la
fuerza antimotines.
A una semana de eso, se trata en la Cámara de Senadores el presupuesto
de gastos de la Nación. Y los médicos, juntamente con los
trabajadores del Estado, los educadores, los trabajadores de la salud,
llaman a movilizarse frente a las plazas del Congreso para que se
apruebe el presupuesto para el gasto social. A la salud pública se le
recortan alrededor de 31 millones de dólares. A la Universidad
Nacional alrededor de 5 ó 6 millones de dólares, que es prácticamente
dejar a la Universidad sin presupuesto. Tanto es así que los
trabajadores de la salud dicen: “No vamos a entrar en este
presupuesto” y cercan el Congreso, no dejan salir a ningún diputado
ni a ningún funcionario, a nadie, si no se reveía ese presupuesto,
ese recorte. Aparecen estudiantes, fundamentalmente de la Facultad de
Medicina y Filosofía. Entonces viene la orden de represión, durísima,
contra los trabajadores de la Salud y estudiantes.
[...] Luego de eso hay un hecho que tiene que ver con la cuestión de
la corrupción generalizada. Un senador muy importante, Juan Carlos
Galaverna, festeja su cumpleaños y realiza un banquete para 2.500
personas. En ese humilde cumpleaños se observa a tres miembros de la
Corte Suprema de Justicia, a todos los diputados y senadores del
Partido Colorado, a la mayoría de los fiscales, a la Fiscalía en
pleno, a operadores políticos y varios personajes vinculados al
narcotráfico. El narco estaba en el fondo de la mesa y acá estaba el
presidente de la Corte Suprema de Justicia. Y Nicanor Frutos sentado
al lado del agasajado.
El régimen se está pudriendo, y de la cabeza. Y la prensa burguesa
también le dio manija a esa cuestión. En ese contexto, a unos días,
finaliza el juicio por el secuestro y muerte de Cecilia Cubas. A los
responsables se los condenó a 35 años de cárcel, cuando el sistema
penal paraguayo fija como máximo 25 años de cárcel. Pero inventaron
la figura legal de “elementos de extrema peligrosidad”. La gente
queda anonadada.
El
estallido popular por Ycuá Bolaños
Una semana después resurge el caso Bolaños. Es la muerte en un
incendio de 400 personas en un supermercado, que no murieron
asfixiadas, sino quemadas. Mucha gente se quedó con partes de sus
parientes, y de algunos sólo las cenizas quedaron. Lo peor del caso
es que fue un incendio donde el propietario del supermercado, que
estaba presente, en vez de evacuar a las personas, ordenó el cierre
de las puertas para que nadie se lleve nada. Obligó a las cajeras a
permanecer en sus puestos y mientras pasaba eso, la gente se quemaba.
Él tuvo tiempo de llamar a alguno de sus empleados, hizo venir a un
auto, se subió hasta las cajas, retiró toda la recaudación del día,
puso a buen recaudo su plata y se mandó a mudar.
Además de que no había salida de emergencia, de que el supermercado
era una especie de bomba de tiempo, el hecho es que el tipo dio la
orden de que se cierre, con intención y premeditación bien clara.
Eso fue filmado, fotografiado, se grabaron las comunicaciones por
celular. Teniendo todas esas pruebas en contra y todo el dolor general
por 400 muertes, los acusados son condenados a 5 años de cárcel, y
como ya estuvieron 2 años durante el proceso, 6 meses más y estarían
libres.
La gente, como era un juicio público, la gente reaccionó como debía
reaccionar. Ahí los parientes salieron a la calle llamando a la
solidaridad de la ciudadanía en general, y después la gente sale a
las calles de motu proprio. Hubo enfrentamientos muy
fuertes y ahí hay algo para destacar: ningún partido burgués,
grande o pequeño, dijo una sola palabra. Fue la gente en las calles,
los vecinos, los familiares, gente independiente y la izquierda. Y eso
es algo muy importante, porque la izquierda, de su marginalidad
característica, pasa a tener protagonismo.
Ahora inventaron una figura jurídica medio extraña: la Fiscalía
recusa a los jueces en plena sentencia. Había que inventar algo para
poder zafar, o si no la burguesía tenía que admitir que la pueblada
era la que mandaba. Se saquearon supermercados y negocios del barrio
que estaban vinculados a los dueños del supermercado. A partir de ahí
la burguesía hace un frente común. “Muchachos, acá están tocando
la propiedad privada, eso no se hace”, “está bien que ustedes
lloren por sus muertos, pero la propiedad privada no la toquen”. Ahí
se dio un vuelco. La prensa burguesa empezó a atacar a la izquierda,
a los familiares, y la cosa está en un interregno.
El ajuste quedó para “mejor momento”
Sobre el presupuesto general de gastos de la Nación, al día siguiente
la Cámara de Diputados dice: “Se reafirma por unanimidad el
presupuesto”, que no era el presupuesto básico que fue rechazado
por Senadores. Y recomendaba a los senadores que lo aprobasen en la
misma forma, porque la situación no estaba para rechazar ni hacer
recortes del presupuesto. Eso se tomó como una victoria del
movimiento de trabajadores de la salud y la educación.
Estas cuestiones que estoy comentando se dan dentro de una situación
superestructural de una crisis de toda la democracia del régimen. Se
hicieron hace poco las elecciones municipales y sólo hubo un 40% de
participación. El Partido Colorado, el partido burgués más grande,
solamente contó con el 20% de los votos de los afiliados. Eso es una
victoria pírrica, porque el Partido Colorado pudo conservar el
principal municipio pero perdió localidades donde nunca había sido
derrotado.
Monseñor Lugo: ¿un Evo Morales guaraní?
Aquí asoma un fenómeno muy interesante que tiene mucho que ver con
los vientos que corren en América latina, que es la aparición de un
obispo de uno de los departamentos más pobres del Paraguay, con mucha
popularidad y aceptación dentro del campesinado principalmente,
Fernando Lugo, vinculado a la Teología de la Liberación. Como lo
define la prensa burguesa, está más cerca de Chávez y de Evo que de
Kirchner o Tabaré.
El fenómeno de Lugo está respaldado por movimientos, por varios
partidos de izquierda, por varias agrupaciones independientes y por un
fuerte contingente de la dirección campesina. Llama a un proyecto de
unidad nacional, de regeneración nacional, en contra de la corrupción.
Tiene un discurso democrático anticorrupción, apuntando a aliar el
Bloque Social [2] donde están las fuerzas de la izquierda y de los
trabajadores, con la burguesía. Y además, a toda la izquierda, a
todos los movimientos, los mete en problemas, porque tiene elementos
bastante sui generis: al ser un hombre de la Iglesia es atacado
por ese lado por los sectores más reaccionarios de la burguesía.
Entonces vemos personajes de la izquierda defendiendo a sectores
progresistas de la Iglesia.
En ese contexto, antes de los acontecimientos de Ycuá Bolaños, estábamos
trabajando alrededor de propagandizar sobre la organización del
movimiento que estaba dentro del Bloque Social, diciendo que monseñor
Lugo será muy progresista, o será muy progresista derrotar al
Partido Colorado que lleva más de 60 años en el poder, pero que
no deja de ser un proyecto burgués, y que lo que necesitamos es una
herramienta independiente de los trabajadores.
Estamos en medio de un proceso que está empezando, hay muchas
mediaciones. La evolución del Bloque Social no está cerrada. Dudamos
mucho de que con Lugo a la cabeza llegue a tomar las dimensiones que
nosotros proponemos. Lo que puede ser progresivo es que se forme un
Bloque Social independiente de la burguesía. Pero eso dependerá
de qué actitud tengan hacia Lugo, que es en su mayoría de cederle,
de capitularle.
[...] Nosotros tuvimos un papel destacado en las últimas marchas de
los trabajadores de la Salud y en el último cierre de ruta que
hicieron los estudiantes de la Universidad Nacional de Asunción por el
recorte universitario, y seguimos trabajando en el Bloque Social
en la medida en que podemos, propagandizando nuestra política,
por fuera. Nosotros asistimos como invitados; somos oyentes, no
formamos parte del Bloque Social. Y esperamos la colaboración de los
compañeros de la corriente internacional, la colaboración de los
compañeros del MAS, para ir afilando nuestra política, nuestra forma
de insertarnos más en ese proceso. Justamente ahí está la gran
utilidad y la necesidad de una corriente internacional.
Notas:
1. Se
refiere al secuestro y asesinato de Cecilia Cubas, atribuido a una
organización guevarista llamada Patria Libre.
2. Bloque Social: frente
único de organizaciones de masas (de trabajadores y campesinas) y de
la mayoría de las agrupaciones de izquierda no marxistas, que
propicia la candidatura de Monseñor Lugo y rechaza la posibilidad de
llevar adelante una política independiente de todas las facciones
burguesas. El Agrupamiento por el Socialismo participa de sus
reuniones como observador –no como miembro–, precisamente por ser
un ámbito para la batalla política por una alternativa
independiente.
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