Paraguay

 

Entrevista a Monseñor Fernando Lugo

Ni izquierda ni derecha

Por Hugo Ruiz Olazar
Entorno, boletín de Cubarte, Año 5 Nº 4, 11/01/07

– Gente que se dice de derecha desconfía de usted. Dice que viene a implantar una ideología izquierdista.

– Pero también hay gente que se dice de izquierda y que dice que yo soy de derecha, porque provengo de una Iglesia paraguaya conservadora. La gente pudiente de derecha dice que soy de izquierda. Depende del ángulo que se mire. Por encima de esas discusiones, mi sueño es ver un país donde las instituciones funcionen, donde haya un respeto irrestricto a la Constitución y las leyes, que creo tienen que ser un eje fundamental de nuestra tarea para que la justicia funcione.

– Esos grupos que lo impulsaron a lanzarse, ¿de qué ideología son?

– Yo leí en ABC [diario de Paraguay] que muchos del Movimiento Tekojoja fueron tildados de pertenecer a la OPM (Organización clandestina Político–Militar del ‘76). Pero pasaron 30 años. Hay que ser realistas. Algunos son hoy líderes y luchadores sociales que palpitan por un país mejor. Paraguay es uno de los pocos países donde la izquierda no se desarrolló como en otras naciones por la represión de la dictadura. El mismo Stroessner se encargó de descabezarla. Además, hoy vivimos en un contexto diferente. Creo que a nadie le asusta que alguien sea de izquierda o de derecha.

– Ni a los Estados Unidos.

– Ni a los Estados Unidos. La gente quiere la solución de sus problemas cotidianos, un cierto bienestar económico, trabajo para todos. O sea que la solución de los problemas no pasa por las ideologías sino por la voluntad política de hacer o de dejar de hacer los problemas de hoy en día.

– ¿Cuánta es la responsabilidad de los colorados para que Paraguay se haya convertido en el país más atrasado de Sudamérica?

– Una de las llagas del régimen de gobierno es la corrupción. Adonde uno va le preguntan por la corrupción del Paraguay. La administración pública no goza de credibilidad. Los negocios ilegales, el contrabando, el robo campean en nuestro país. Es así porque estos hechos están institucionalizados, donde la falta de respeto a la Constitución y las leyes proviene de las mismas autoridades, en complicidad con magistrados del Poder Judicial. Tenemos que empezar un proceso de transparencia real dejando afuera a los hombres escombro, que la administración de justicia deje de ser un coto de los partidos políticos o que sea cautiva de los políticos como hoy en día. La justicia tiene que estar con manos libres para actuar así, como su nombre lo dice, con justicia, igual para todos.

– ¿Cuál es su opinión de Nicanor Duarte?

– Nicanor tiene, como muchos, sus grandes virtudes y sus grandes falencias. Yo creo que más sus falencias le han llevado a un gran deterioro de su popularidad, sobre todo su demagogia, su mentira, su incumplimiento de las grandes promesas electorales. Es increíble cómo sigue pensando que está en campaña electoral a pesar de que las elecciones se acabaron para él hace más de tres años.

– ¿Es cierto que usted tiene una estrecha amistad con el ex presidente Wasmosy?

– No. Yo creo que el mismo ex presidente Wasmosy desmintió al presidente Duarte.

– Nicanor dijo que usted farreaba con Wasmosy en Mburuvicha Róga.

– En muy pocas oportunidades estuve con el ex presidente Wasmosy y fueron por temas puntuales. El Presidente falta a la verdad cuando dice que participé de fiestas con él.

– ¿Por qué cree que habla así?

– Posiblemente porque está mal informado o porque quiso involucrarme con malicia en algo que no he hecho.

– ¿Cuál es su opinión del caso Lino Oviedo?

– Hay muchas cosas que en este país necesitan clarificarse. Necesitamos saber realmente qué pasó en el marzo paraguayo, pero con todas sus letras, con todo lo que está todavía en la sombra, con todo lo que todavía no se ha dicho. Muchas cosas conocemos, pero otras desconocemos. Creo que, algún día, una justicia autónoma, independiente, nos aclarará a través de una seria investigación cuáles fueron los prolegómenos, las motivaciones, el hecho de cómo se han desencadenado y las consecuencias de ese tan doloroso marzo paraguayo.

– ¿Usted lo visitó a Oviedo en la cárcel militar de Viñas Cue?

– Sí, lo visité. Él me ha pedido varias veces que lo visitara. Yo no me he negado a conversar. Converso con todos. No se pierde nada conversando con las personas. Fui a visitarlo. Le escuché.

– ¿Le pidió algo?

– Me explicó que él, como político, también tiene un proyecto de país, que tiene un programa, que es factible sacarlo de esta situación de pobreza y miseria. Lo escuché. Intercambiamos ideas. Pienso que no todo lo que se ve refleja la realidad. Necesitamos en el país la clarificación de muchos hechos que han acontecido, como la muerte del general Rosa Rodríguez, así como la muerte de Argaña que está rodeado de luces y sombras. Alguna vez la historia juzgará y clarificará lo que realmente aconteció.

– ¿Está correctamente preso para usted?

– Yo no soy juez para juzgarlo. Yo creo que hay procesos viciados, procesos que no reflejan realmente la búsqueda de una justicia, pero creo que el ciudadano Lino Oviedo, si tuvo la voluntad de venir a presentarse... Es decir, es más una cuestión técnica que tiene que estudiarse en el campo jurídico y en el campo político. Lastimosamente están mezcladas la cuestión jurídica y la cuestión política. Yo sinceramente creo que es una cuestión más política que jurídica la situación de Lino Oviedo.

– ¿Por qué algunos dicen que usted está financiado por Chávez?

– (se ríe) Yo, al presidente de Venezuela no lo conozco. Nunca tuve relación con él. Creo que el comandante Hugo Chávez es un líder que tiene una presencia en la región. Creo que ha comenzado un proceso de hacer política diferente buscando un socialismo del siglo XXI. Creo que los grandes recursos que tiene Venezuela y que él los utiliza en favor de las grandes mayorías y de haber roto los beneficios y los privilegios de la oligarquía de ese país han sido motivo de críticas por un lado y motivo de alabanzas también por otro lado. No tengo el fin de la película, pero su reelección es un signo evidente de que es un líder que goza de una gran popularidad en su país.

– ¿Cuál es su opinión de Evo Morales?

– Yo creo que Evo rompió el paradigma tradicional en la política boliviana y latinoamericana. Su extracción de pueblo originario le da todo una simbología al ejercicio del poder en Bolivia. Creo también que Evo busca soluciones creativas a problemas complejos que hace tiempo el país estaba siendo víctima. La búsqueda de nacionalizar las riquezas, gas y de buscar una relación mucho más transparente con los grupos de poder de su país y también de fuera, yo creo que ayuda a transparentar la política nacional de Bolivia.

– ¿Usted haría lo mismo?

– Paraguay es un país diferente. Los modelos de Venezuela y de Bolivia no son comparables. Paraguay tiene que iniciar un proceso diferente. Los modelos de Bolivia, de Argentina, de Brasil, de Chile, Uruguay o Venezuela nos pueden iluminar, pero no nos sirven. Nosotros tenemos que buscar la solución de los problemas nuestros, no tratando de imitar. Yo creo que el problema paraguayo es similar, pero tiene su diferenciación con los países de la región. Tenemos que buscar una solución al estilo nuestro y la manera cómo somos capaces de hacerlo.

– En ese sentido, los gobiernos colorados casi no privatizaron nada y el Estado es un animal jurásico. Hoy tenemos la crisis del cemento.

– Claro, continúan siendo ineficientes las empresas estatales. Yo me imagino una empresa mixta, donde lo estatal y lo privado se complementen armoniosamente.

– ¿Si usted fuera presidente qué haría?

– Buscaría conjugar una economía mixta, donde la inversión privada, las multinacionales, las estatales, se puedan conjugar armoniosamente y que haya leyes bien claras que puedan guiar este tipo de inversión y de producción.

– ¿Usted es pariente de Méndez Fleitas?

– Él fue mi tío, hermano de mi mamá.

– ¿Cuántos son?

– Éramos seis hermanos, dos han fallecido. Yo soy el último.

– ¿De qué partido eran sus padres?

– Mi padre Lugo Ramos y mi madre Méndez Fleitas son de extracción netamente colorada. Mi padre era un político colorado que no comulgaba con el régimen y mi familia fue perseguida desde que tengo razón en mi infancia.

– ¿Usted conoció a Méndez Fleitas?

– No. Cuando se fue al exilio yo tenía 4 ó 5 años. Lo he visto una vez en Buenos Aires en el ’76 y por haberlo visitado, al regresar me tomaron preso en la frontera.

– ¿Dónde?

– En Encarnación. Fue al volver de Buenos Aires. Al llegar a Encarnación ya sabían que estuve con él. Me llevaron a la Marina.

– ¿Cuántos años tenía?

– Tenía 25 años. Estaba por terminar el seminario. Me confiscaron discos, libros que me regaló. En la Marina me desnudaron, una tortura sicológica.

– ¿Vigilaban la casa de Méndez Fleitas en Buenos Aires?

– Siempre vigilaron así como también vigilaron siempre nuestra casa en Encarnación. Siempre estuvimos controlados. Había una especie de amedrentamiento.

Fuente: Diario ABC, Asunción


El Vaticano no quiere que Lugo sea candidato a presidente

APM (Agencia Periodística del Mercosur), 27/12/06

El ex obispo renunció a la iglesia para competir por la presidencia de Paraguay en 2008. Recibiría una amonestación, que es el primer paso para sanciones mas fuertes. Duarte Frutos, disimula su malestar.

Como se presumía, el Vaticano se ocupó rápidamente de pronunciarse sobre el caso de Fernando Lugo, el sacerdote que hace 3 días renunció a la iglesia para candidatearse a la presidencia de Paraguay e intentar romper la hegemonía de más de cinco décadas del Partido Colorado.

En un documento de la Nunciatura Apostólica del Paraguay se pide al obispo del departamento de San Pedro y que sube en la adhesión popular según las encuestas, que no acepte la candidatura, “en caso contrario, le será impuesta –como primera sanción– la pena canónica de la suspensión, que prohíbe a los ministros sagrados todo acto potestad de orden y de jurisdicción”.

El cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos, firmó la carta que toma la figura de la admonición o amonestación y el es primer paso para la suspensión canónica, que prohíbe el ejercicio sacerdotal.

Lugo anunció oficialmente el lunes su renuncia como obispo en un mensaje que pronunció al pueblo paraguayo, en el que dijo que "hoy, 25 de diciembre, oficialmente tomo la determinación de ponerme al servicio del pueblo paraguayo a través de la política".

El prelado ya estaba advertido de la respuesta del Vaticano, pues dijo en su mensaje el lunes había advertido que el Papa podía conceder la dispensa, o negarla, pero todo indicaba que el Vaticano no dejaría pasar esta “falta”.

En otra parte, la admonición sostiene que “la Santa Sede ha tomado conocimiento con sorpresa de que algunos partidos políticos tienen la intención de presentar a usted como candidato en las próximas elecciones presidenciales de esa nación paraguaya” y le enfatiza que el canon 285 prohíbe a los clérigos asumir oficios públicos que conlleven una participación en el ejercicio del poder civil, ya sea ejercido en la función legislativa, ya en la ejecutiva o en la judicial.

Dice, además, que el canon 287 veda a los clérigos el participar activamente en los partidos políticos o en la dirección de asociaciones sindicales.

El prelado del Vaticano termina exhortando a Lugo a "reflexionar seriamente sobre su comportamiento y sobre los efectos que de él se derivan para usted y para la iglesia".

Por otra parte, el presidente paraguayo Nicanor Duarte Frutos, que intenta disimular el golpe de la candidatura del ex sacerdote le “recomendó” a éste que presente con opción propia, y no en una concertación de partidos.

Aseveró que cuando “uno no está en la política, está en el púlpito hablando, interpretando la realidad social es muy placentero, y otra cosa es bajar del gabinete teórico y mezclarse con el barro, estar con la gente, entenderle en su cultura, en sus frustraciones, y esa es la política”.

Lo cierto es que la presencia de Lugo en el escenario ha sacudido el ambiente político paraguayo, que no es propenso a que se discuta el poder. Del ex sacerdote, pero del movimiento genuino y popular que puede constituirse por fuera el hegemónico Partido Colorado depende–con o sin Lugo– que se produzca el cambio real en un país que hace del quietismo político una característica que lo distingue.