¿La Unión Europea, un caballo de
Troya de Bush?
Cómo Washington interviene en el
sistema electoral
Por
Marcelo Larrea (*)
Red Voltaire, 17/07/04
La administración Bush pretende
ahora utilizar a la Unión Europea para el envío de una Misión de
Observadores del referéndum presidencial que tendrá lugar el próximo
15 de agosto, con el propósito de que opere como juez paralelo y
superior del proceso. El intervencionismo electoral emerge como el
nuevo caballo de Troya en su pretensión de derribar al gobierno del
Presidente Chávez.
Venezuela enfrenta el referéndum
sobre el mandato presidencial el próximo 15 de agosto, abriendo para
la solución pacífica de las controversias políticas, un nuevo
camino en los sistemas electorales del mundo. Sin embargo, en lugar de
que el proceso sea valorado como un paso adelante para la democracia,
a seguir por los distintos países que dicen profesarla como el mejor
régimen político, para la administración Bush, es la ocasión de
una nueva conspiración que sigue el camino del golpe de estado de
abril del 2002 y del sabotaje petrolero del 2003, en la búsqueda de
la salida del Presidente Chávez.
Usando la apertura completa de
Venezuela a la observación internacional del referéndum, que debe
cumplirse bajo los parámetros internacionales y en estricta
observancia de las leyes de Venezuela, la CIA, pretende que una Misión
de Observadores de la Unión Europea (UE), actúe como un órgano de
intervención y opere como un Consejo Electoral paralelo y finalmente
como el árbitro superior del proceso, violentando todas las normas
internacionales y la soberanía legal de Venezuela.
Su objetivo político es imponer
una derrota de Chávez, improbable después de que ha ganado 7
elecciones consecutivas y cuando las encuestas afirman su ascenso
cotidiano en las expectativas de voto. La maniobra aparece como una
versión actualizada de la estrategia que reconociendo la incapacidad
de ganar la guerra en el terreno de batalla, se prepara para triunfar
en la mesa de negociaciones.
Colonialismo electoral
Desafiando todos los precedentes de
observación electoral, el "Memorando de Acuerdo" propuesto
por la UE al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, busca
instituir una misión con facultades plenipotenciarias, diplomáticamente
encubiertas, de observadores con atribuciones de auditores,
escrutadores, informadores y jueces del proceso, en franco desafío a
la soberanía de Venezuela y a la autoridad del Consejo Nacional
Electoral.
La propuesta pretende el
establecimiento por tiempo indeterminado de un equipo de observadores
de número ilimitado para el referéndum y para las elecciones
presidenciales que sostiene deben realizarse 30 días más tarde, como
si los resultados estarían definidos y el mandato del Presidente Chávez,
ya hubiese sido revocado, lo que expone y denuncia su papel
abiertamente parcializado con el interés de la oposición y
deslegitima su papel de observador independiente.
El diario suizo "Le Courrier"
publicó una interesante investigación en su edición del día 16 de
julio 2004 y en primera página donde explica: "Cómo Washington
intenta quitarse de encima a Chávez" . Muchos periodistas de
investigación, como nuestro colega Marcelo Larrea, autor de esta
nota, muestran el lado obscuro del intervencionismo estadounidense.
Desconociendo que la nueva
Constitución de Venezuela, creó la figura del referéndum
revocatorio del Presidente e innovó el derecho constitucional moderno
al jerarquizar al Consejo Nacional Electoral (CNE) como un Poder del
Estado independiente y autónomo, similar al ejecutivo y legislativo,
la propuesta de la UE, demanda la suscripción de su acuerdo con el
Gobierno para actuar en el proceso, vulnerando las facultades del CNE
y propiciando de hecho su intervención sobre el Poder Electoral.
El proyecto de Acuerdo, plantea que
el CNE se subordine no a la Constitución y leyes de su país, sino a
las normas y códigos de conducta impuestos por la UE. Esta demanda
incluye la imposición de la libertad total de movimientos de los
observadores con plenas facultades y sin permisos ni notificaciones,
como si efectivamente se tratase no de observadores, sino de
interventores de las elecciones. La imposición de su número y su
designación por la UE sin calificación e invitación del CNE. Su
acceso a todos los cuerpos de administración e información
electoral, incluyendo al equipo técnico durante todo el período de
su actuación en el país.
Su presencia por un tiempo
indeterminado. La auditoria completa del proceso electoral, centros de
votación, de recuento de votos y agregación y tabulación de
resultados. Y el establecimiento de una vocería pública oficial y
vocerías no oficiales, con la potestad de intervenir en cualquier
momento, lo que implica incluso, implícitamente, establecer la
facultad de difundir los resultados y en consecuencia el abierto
desconocimiento del CNE.
La propuesta de la UE, muta la
figura del observador electoral en la de un juez superior, con
atribuciones para descalificar de facto al juez legal, el Poder
Electoral venezolano constituido por el CNE, lo que implica que la
suscripción por Venezuela de ese Acuerdo abriría las puertas a la
intervención extranjera en el proceso y los resultados electorales.
Una patente de corso
Para el efecto, el memorando
pretende imponer a Venezuela un conjunto de privilegios en beneficio
de sus observadores que incluyen: la inmunidad contra todo proceso
judicial, allanamiento, requisición, confiscación, expropiación y
toda otra forma de intervención ya sea de carácter ejecutivo,
administrativo, judicial o legislativo, contra detención y arresto
contra todo procedimiento judicial respecto a sus actos y expresiones
orales o escritas en el desempeño de sus funciones.
Exige además la inviolabilidad de
los locales que ocupe el Grupo de Observadores, de sus haberes y
bienes, de sus archivos, de todo papel y documento. La exención del
pago de todo tributo interno, incluso los aduaneros y de las
prohibiciones y restricciones respecto a artículos que importen o
exporten de cualquier naturaleza para su uso oficial. La libre posesión
de divisas y libertad para transferir sus fondos en divisas. La
excepción de toda restricción de inmigración para cónyuges e
hijos.
Demanda un derecho de comunicación
y mensajería bajo los mismos privilegios de valijas diplomáticas. Y
el establecimiento de las operaciones de un sistema de radiocomunicación
autónomo con cobertura nacional e internacional.
La interconexión entre las
facultades de los "observadores" y sus inmunidades y
privilegios, revelan que la Unión Europea prepara una Misión a un país
en guerra o militarmente intervenido y no a un país democrático que
está resolviendo sus conflictos internos por la vía electoral.
Expone que su tarea es desafiar la soberanía y la legalidad existente
en el país y que por lo tanto requiere actuar en "secreto"
y con una absoluta protección legal, imponiendo una condición de
extraterritorialidad, que le permita cometer cualquier desafuero en la
impunidad.
El "Memorando de Acuerdo"
por su estilo, propio de la administración Bush, denuncia la pretensión
de la Casa Blanca de usar a la Unión Europea como el caballo de Troya
de su nueva conspiración contra la democracia y la soberanía de
Venezuela.
(*) Periodista y escritor
ecuatoriano, director de la revista El Sucre que aparece en Ecuador.
Fundó la casa de ediciones La Iguana Bohemia en Quito.
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