Venezuela

 

Cierre de campañas triunfalistas

Por Humberto Márquez
Inter Press Service (IPS), 12/08/04

Caracas. "Matemáticamente es imposible que yo pierda", dijo ante 200 periodistas el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, este jueves, tres días antes de que su permanencia en el cargo se dirima en un referendo. Mientras, una multitud de opositores cerraba su campaña en la principal autopista de Caracas.

La certeza de vencer es patrimonio común: "Esta marcha demuestra la victoria contundente que alcanzaremos", declaró uno de los líderes opositores, Pompeyo Márquez.

En el mismo marco de euforia, Henry Ramos, secretario general de la socialdemócrata Acción Democrática, el principal partido de oposición, sentenció que "llegó la hora del desquite democrático".

La marcha, que convocó unas 150.000 personas, fue un despliegue multicolor, con miles de personas empuñando el pabellón venezolano --amarillo, azul y rojo-- o banderas con los colores de partidos que forman la coalición opositora Coordinadora Democrática, más carteles y pancartas con fondo dominante azul que invitan a votar el "Sí" para revocar el mandato de Chávez.

De este modo intentaron minimizar el color rojo que enmarca los afiches del "No" a revocar la presidencia de Chávez, que sus partidarios se encargaron de colocar por doquier en las principales ciudades y pueblos del país.

Es la misma "marea roja" que el domingo pasado impulsó una también multitudinaria manifestación de más de 100.000 personas, punto final de la campaña callejera a favor de Chávez en Caracas.

"Los del 'No' tienen todos los postes de alumbrado cubiertos de afiches, pero los postes no votan", dijo a IPS Mónica Rodríguez, una docente de 44 años, cuando emprendía la caminata desde Santa Mónica, un sector de clase media caraqueño.

Rodríguez vestía la misma ropa ligera que usa en sus prácticas deportivas, lleva un pito y una banderola con un "SÍ" y confiesa: "He ido a todas las marchas de oposición, como a diez".

La oposición guardó para la última jornada la que fue durante más de dos años su principal herramienta de presión por desalojar a Chávez de la presidencia: marchas multitudinarias reflejadas entonces en las encuestas de opinión, las que llegaron a dar una intención de voto en contra del presidente hasta de dos a uno.

Pero las últimas consultas muestran un supuesto giro de 180 grados a favor de la permanencia de Chávez en el gobierno. La mayoría de los estudios desde julio muestran al mandatario como ganador, aunque algunos todavía ubican un porcentaje de indecisos que, de volcarse hacia el "Sí", podrían darle a la oposición la herramienta para cambiar el gobierno.

"Un triunfo opositor es posible si la Coordinadora moviliza más a sus electores y a los indecisos que el oficialismo, y si se confirma que existe un voto oculto no registrado por las encuestas", observó Luis León, director de la encuestadora Datanálisis y simpatizante opositor que admite "un crecimiento sostenido" de la opción oficialista.

Empero, Chávez desestimó las esperanzas de sus adversarios, y aseguró a la prensa que "la ventaja que lleva es de tal magnitud, que es imposible que ocurra sorpresa alguna. "En algunas encuestas pasamos de 60 por ciento" de los consultados a favor del gobierno en intención de voto.

"Vamos a ganar, pero no hemos ganado", advirtió, sin embargo, el mandatario. "Aprendí como militar (Chávez fue comandante de paracaidistas) a no cantar victoria antes de tiempo. Tenemos que hacer el out 27", dijo en alusión a la jugada de béisbol (deporte rey en Venezuela) con la que se decreta el triunfo en un partido.

Al ejército de periodistas llegados al país para cubrir el referendo, Chávez dijo otra cosa que deseaban oír: "Si pierdo, un supuesto negado para mí, la misma noche del 15 le entrego la presidencia a José Vicente Rangel (el vicepresidente). Soy el primer celador de la Constitución y acataré el resultado, cualquiera que sea".

Ello porque "estoy absolutamente seguro de que no hubo antes jamás en Venezuela un proceso electoral más limpio que éste", agregó el mandatario, al criticar que la oposición sólo esté dispuesta a reconocer los resultados si los avalan observadores de la Organización de Estados Americanos y el estadounidense Centro Carter.

En caso de una derrota, "me iré, a lo mejor a descansar y reflexionar unos días, para volver a la carga dentro de un mes", dijo Chávez

Según la Constitución, si el gobernante pierde el referendo asume el vicepresidente para organizar en 30 días nuevas elecciones presidenciales para completar el período, hasta enero de 2007.

Ante esa eventualidad, el Tribunal Supremo de Justicia tiene pendiente decidir si el presidente revocado puede presentarse a esa nueva instancia comicial.

Pero la expectativa de Chávez para cuando se conozca el veredicto de las urnas es diferente: "Espero que en la oposición surja un líder valiente que admita la derrota y llame a sus partidarios a la calma, a aceptar los resultados y trabajar por el país. Yo le tendería la mano y lo invitaría a desayunar o almorzar al día siguiente".

La falta de un líder opositor que pueda disputarle una elección a Chávez ha sido una de las carencias observadas por politólogos, así como la dispersión de su mensaje, pero la Coordinadora se puso de acuerdo en un programa mínimo para lo que espera sea un período de transición, y para elegir a su abanderado mediante unas elecciones primarias.

Por ahora, la figura más destacada es Enrique Mendoza, socialcristiano independiente que es gobernador del estado de Miranda (este de Caracas) y principal organizador de las gigantescas marchas de la oposición.

Para ratificarlo, la Coordinara lo escogió como único orador al cierre de la concentración de este jueves en Caracas, tras lo cual el mitin se transformará en un concierto de música más los infaltables fuegos artificiales.

A pesar de la manifestación multitudinaria de la oposición, Chávez se mostró confiado. "Siempre, cuando llegan las grandes batallas, crece en mí la serenidad. Estamos preparados. El 'No' vencerá porque es una tendencia arrolladora".

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