Chavistas buscan una gran
diferencia para asegurar la gobernabilidad
Por Arturo Cano
La Jornada, (Caracas)
Especial para Página/12, 10/08/04
Pinceladas rojo y blanco en la
calle A tres días del referéndum revocatorio -o ratificatorio- del
mandato presidencial de Hugo Chávez, la propaganda por el No gana
ventaja contra el Sí gracias a los planes sociales puestos en práctica
después de la suba del precio del crudo y la recuperación de la
empresa petrolera nacional.
Si la realización del referéndum
revocatorio del mandato presidencial de Hugo Chávez fue vivida al
principio como una derrota por sus seguidores -que hasta tuvieron que
desarticular el Comando Ayacucho, destinado a frenar la consulta-, los
ánimos cambiaron a tres días de la votación. Y es que la campaña
por el No -que confirmaría a Chávez en el poder- le ha dado una
oportunidad única al oficialismo de revertir una imagen creada
durante tres años por medios y encuestadoras de que "somos una
minoría".
Así lo dijo el vocero y
coordinador internacional del Comando Maisanta, Samuel Moncada,
director de la Escuela de Historia de la Universidad Central de
Venezuela, "el verdadero intelectual bolivariano", según
definen los chavistas. Este Comando, presidido por el mismo Chávez y
formado por quienes encuentran en el presidente su única lealtad, se
formó para asegurarse un triunfo en las urnas con la suficiente
diferencia como para borrar nuevos conflictos a futuro. Bautizado con
el sobrenombre del bisabuelo de Chávez -miliciano a principios del
siglo pasado-, el Comando Maisanta ha desplegado una ferviente campaña,
favorecida por los altísimos precios del petróleo y del retomado
control de Petróleos de Venezuela, que le ha permitido al gobierno
arrancar sus "misiones", esos programas sociales que son el
eje y motor de la campaña chavista. Gracias a esos ingredientes,
hasta las encuestas anticipan una victoria para el oficialismo, por
diferencias que van desde el 4 hasta el 30 por ciento.
En víspera del referendo, circulan
en esta ciudad otros estudios ya no divulgados por las encuestadoras:
estiman una diferencia de cinco a seis puntos, en favor de Chávez, en
todo el país, y de dos a tres en las zonas urbanas. Demasiado poco,
dirán los chavistas. Un final cerrado, estima Samuel Moncada, sería
"casi tan malo como la derrota", porque podría agudizar el
conflicto y le daría nuevos aires a la confrontación. Por ello,
subraya, "nuestro objetivo no es ganar por poco, necesitamos una
ventaja gigantesca".
Este domingo, poco más de 14
millones de venezolanos podrán acudir a las urnas para responder esta
pregunta: "¿Está usted de acuerdo con dejar sin efecto el
mandato popular otorgado mediante elecciones democráticas legítimas
al ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías como presidente de la República
Bolivariana de Venezuela para el actual período presidencial?".
La preguntita, claro, también fue
motivo de conflicto, porque la oposición insistía en que incluyera
la palabra "revocatorio". Al final quedó como está y los
dos bandos se lanzaron a armar sus ejércitos electorales.
La oposición, que consiguió 2,5
millones de firmas para hacer posible el revocatorio, dice contar con
un "voto duro" de 4,3 millones de personas, que son las que
alguna vez firmaron contra Chávez (aunque ahora se sabe que al menos
algunos miles de firmas fueron inventadas).
"No volverán", dice el
cartel bajo el puente. Los radicales del chavismo todavía hacen
pintadas en cualquier pared que se les ponga enfrente. Ni falta que
hace, porque la propaganda del No -en rojo y blanco- al menos triplica
a la del colorido Sí. Moncada también tiene una explicación para
esta diferencia. Dice que, convencidos de la derrota en el referendo,
muchos políticos de la oposición han preferido guardar su dinero
para gastarlo en las campañas que vendrán inmediatamente después de
la consulta popular. Pues si no bastara, Venezuela tiene elecciones de
gobernadores y alcaldes en noviembre próximo (y los opositores
quieren mantener sus seis gubernaturas y 150 alcaldías).
Eso, sin considerar la eventualidad
de que Chávez perdiera. En ese caso, se convocaría a una elección
en 30 días, para elegir a un mandatario interino que completaría el
período (enero de 2007). Según Chávez, él mismo puede ir de
candidato, aunque hay una resolución pendiente delTribunal Superior
de Justicia. Aquí se da por sentado que tal resolución permitiría
la candidatura del teniente coronel, pero que no se ha dado a conocer
porque equivaldría a aceptar la posible derrota del oficialismo. De
ganar Chávez, la oposición tendrá que esperar las elecciones de
diciembre de 2006, en las que el presidente puede buscar la re-elección
para el sexenio 2007-2013 (su única reelección posible, aunque todo
el tiempo sus partidarios lanzan la consigna de "Con Chávez
hasta el 2021").
Rumores y guerra verbal
La oposición dice que Sí. Los
chavistas que No. "¡Claro que sí!", dice una mujerona que
se desabrocha el pantalón, desde el anuncio espectacular en la
autopista. "¡Carajo, entiendan que no!", grita la pared en
el Parque Central. Faltan tres días para el referendo revocatorio
-ratificatorio, dicen los chavistas- y Caracas se baña de propaganda,
de rumores y de una guerra verbal interminable.
En La Candelaria ha habido
enfrentamientos entre opositores y chavistas, cuando los segundos
desalojaron a los primeros que querían instalar un toldo de campaña,
para repartir propaganda y hacer proselitismo. Pero en la mayor parte
de los barrios se viven escenas inimaginables, por ejemplo, en los
tiempos del paro. Chavistas y antichavistas reparten propaganda y
aleccionan a los votantes en la plaza Chacaíto, sólo separados por
unos pasos. Los golpes en La Candelaria y la denuncia de Jorge Rodríguez,
rector del Consejo Nacional Electoral, de un extraño incendio en un
edificio que él frecuenta, son hechos que causan dudas sobre la
posibilidad de una elección pacífica. La violencia el domingo 15,
dice Moncada, no será un arma chavista: "Somos los únicos que
podemos garantizar que no habrá violencia, porque tenemos organización,
unidad y un jefe que se llama Hugo Chávez". Incluso los medios
opositores reconocen que las campañas han transcurrido en un ambiente
de calma general, que los enfrentamientos son hechos aislados. Pero en
ellos algunos miran un anticipo de lo que vendrá cuando se conozca si
Hugo Chávez sigue siendo presidente de Venezuela.
|
|