EE.UU. medita reacción
Por Lourdes Heredia
BBC Mundo, Washington, 16/08/04
Estabilidad y petróleo. Estas son las palabras clave en
Washington cuando se habla sobre el futuro de Venezuela tras el
referendo revocatorio contra el presidente Hugo Chávez.
El gobierno del presidente George W. Bush nunca ocultó su
poca simpatía hacia Chávez, pero ahora los funcionarios parecen
buscar un perfil más bajo.
Según los analistas, este cambio de actitud sólo tiene una
explicación: el petróleo.
Venezuela es el quinto productor de crudo del mundo y uno de
los principales proveedores de petróleo y productos derivados de
Estados Unidos.
Una crisis y la inestabilidad en ese país podrían hacer
subir aún más los precios, lo cual sería un claro obstáculo para
la recuperación económica. Por eso, para los intereses empresariales
estadounidenses la victoria de Chávez no parece ser una mala noticia.
"A pesar de todas las declaraciones en su contra, parece
que Hugo Chávez no es tan mala noticia, por lo menos si se consideran
las alternativas. Los inversores extranjeros y el sector petrolero
teme que las exportaciones del crudo se vean afectadas ante una
oposición poco organizada", explicó Patricia Vázquez, del
Energy Intelligence Group.
Status quo y mercados
Por su parte, Todd Tucker, del Centro de Investigación Política
y Económica (CEPR), también recalcó la preferencia de Wall Street
hacia Chávez.
"No se trata tan sólo de decir 'más vale malo conocido
que bueno por conocer', porque Chávez ha sido bueno para la inversión
extranjera.
"Además, Wall Street prefiere el status quo", señaló
el analista del CEPR. Una estabilidad que también prefiere el
gobierno de Bush, sobretodo en estos momentos, cuando faltan menos de
tres meses para las elecciones presidenciales en este país, como señaló
Michael Shifter, del Diálogo Interamericano:
"Un conflicto en Venezuela contribuiría a un precio más
alto del petróleo, y esto no beneficia a la campaña de Bush",
explicó.
Difícil predicción
Ante las acusaciones de la oposición venezolana de un fraude
electoral, es difícil saber cómo actuará Washington.
Lo cierto es que, antes del referendo, el gobierno de Bush
optó por mantener un bajo perfil.
"Durante los últimos días, los funcionarios de Bush
han estado mordiéndose la lengua para no aparecer públicamente como
antagonistas de Chávez", escribió Marcela Sánchez del
Washington Post días antes de la consulta.
"Para funcionarios que hace menos de tres meses estaban
emitiendo ultimátums y hablando de una 'consolidación de la
dictadura' bajo Chávez, este cambio repentino es
extraordinario", agregó.
Sólo el secretario de Estado Colin Powell dio una declaración
pública previa al referendo, mientras que los demás funcionarios
prefirieron hablar en el anonimato.
"Si Chávez gana, no creo que podamos esperar una
felicitación por parte del gobierno de Bush, aunque al no ver una
salida concreta a corto plazo, quizás tengamos una declaración
diplomática. Aunque esto no signifique que cambien de opinión, ni
que les guste Chávez", predijo Kimberly Stanton, subdirectora de
la Oficina de Washington para América Latina (WOLA).
La reacción de Washington también dependerá de la evaluación
que hagan los observadores internacionales, la Organización de
Estados Americanos (OEA) y del Centro Carter para la Paz.
"Es difícil
saber cuál será la reacción del gobierno, pero esperemos que hayan
aprendido que sus intervenciones, aunque sean sólo declaraciones,
pueden ser contraproducentes. Recordemos lo que pasó en Bolivia:
cuando Washington hizo un comentario en contra de Evo Morales, sólo
aumentó el apoyo a Morales", señaló Tucker, el analista de
CEPR.
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