Satisfacción en el mercado del petróleo por el resultado
del referéndum
Por Eva Greenberg
La Insignia, agosto del 2004
«A los países de la OPEP les ratifico que mi gobierno
garantiza la estabilidad del mercado petrolero mundial», afirmó el
presidente venezolano Hugo Chávez minutos después de que el Consejo
Nacional Electoral (CNE) lo proclamara vencedor en el referéndum
revocatorio celebrado este domingo.
El triunfo de Chávez, tildado de «gigantesco fraude» por
la oposición, fue recibido con alivio por analistas de bancos y
multinacionales de Wall Street y la bolsa de Londres. En Venezuela,
quinto exportador mundial de petróleo, operan cincuenta de las
corporaciones internacionales más importantes, entre las que se
encuentran las principales petroleras estadounidenses: ExxonMobil,
ChevronTexaco y ConocoPhillips. El pasado jueves, dos días antes de
la convocatoria del referéndum, Exxon-Mobil suscribió un nuevo
acuerdo con Petróleos de Venezuela (PDVSA), cuya dirección pidió el
voto para el mandatario.
Según Pedro Palma, ex presidente de la Cámara Venezolano
Americana (VenAmcham) y profesor del Instituto de Estudios Económicos,
la confirmación del triunfo de Chávez es «un ingrediente positivo»
para las petroleras, porque «inyecta cierta dosis de confianza en que
el ambiente va a ser un poco más favorable».
En cuanto al posible efecto en el precio del crudo, Palma,
defensor del ingreso de Venezuela en el ALCA, añadió que el mercado
no espera grandes modificaciones «en cuanto a flujo de petróleo,
producción y precios» porque «se sabe cuál es la política que
sigue Chávez en búsqueda de precios relativamente altos y en una
situación donde la capacidad de producción efectiva de Venezuela está
muy limitada a los niveles actuales».
Mientras tanto, Eli Habalian, profesor de la Universidad de
Carabobo y analista petrolero, declaró a la agencia AFP que «los
factores de poder internacional relacionados con el mundo de la energía
deben sentirse un poco más tranquilos». Desde su punto de vista, la
política de Chávez «inyecta más confianza» en los mercados.
Los analistas de Nueva York y Londres coincidieron en señalar
que Chávez es un elemento de estabilidad para las grandes empresas;
además, subrayaron que sus discursos populistas contradicen las prácticas
del gobierno «bolivariano» en materia económica. Luis Oganes, de JP
Morgan, puso como ejemplo su fidelidad en el pago de la deuda externa
incluso en condiciones extremas, opinión compartida por Jan Dehn, del
Credit Suisse First Boston.
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