Después del triunfo bolivariano en el referendo
EEUU ensaya una estrategia de "conciliación y
dialogo" con Chávez para ganar tiempo
Por Manuel Freytas
IAR-Noticias, 17/08/04
Washington inaugura en Venezuela una era de "acuerdos de
gobernabilidad" y de "reconciliación nacional"
combinados con las viejas tácticas golpistas. Bush y el "doble
discurso" del Departamento de Estado. Informe completo
EEUU "reconoce" el triunfo
El Centro Carter y la Organización de Estados Americanos
(OEA) respaldaron el triunfo del presidente Hugo Chávez en el referéndum
revocatorio celebrado en la víspera pese a las denuncias de fraude
lanzadas por los opositores.
El ex presidente estadounidense James Carter, un
intervencionista imperial ahora devenido en
"observador" de procesos electorales, dijo en una
conferencia de prensa, acompañado por el secretario general de la
OEA, César Gaviria "Tras analizar nuestras fuentes de evaluación
del proceso podemos decir que nuestra información coincide con los
resultados parciales anunciados esta madrugada por el CNE", afirmó
el ex presidente.
Y como para que no hubiera dudas de donde venía la orden de
acatar los resultados, el vocero del Departamento de Estado, Tom Casey,
salió a decir que EEUU, más allá de las investigaciones que debían
realizarse, no respaldaría acciones violentas y sólo apoyaría
acciones orientadas a un "proceso de reconciliación
nacional".
Es importante destacar al respecto que los funcionarios
denominados "gusanos" del Departamento de Estado, con el
subsecretario de asuntos latinoamericanos, Roger Noriega a la cabeza,
mantuvieron "silencio de radio" sobre el desenlace del
referendo, a tono con la comunidad del sur de La Florida (Miami) que,
a decir del diario El Universal, permanecía "consternada"
por el triunfo del chavismo.
Por su parte, el servil secretario de la OEA, César Gaviria,
un representante casi desembozado de la Coordinadora opositora, tragó
saliva y dijo: "No hemos encontrado y no hemos recibido denuncias
precisas de fraude, no hemos encontrado todavía ningún elemento de
fraude en el proceso y en eso queremos ser supremamente claros".
En los primeros tramos de la difusión del resultado por
parte del CNE, voceros del entorno de Gaviria habían afirmado que el
funcionario no apoyaría el mismo y que solicitaría auditorías sobre
todo el proceso refrendatorio.
El Centro Carter y la OEA, los dos únicos organismos de
observación internacional aceptados tanto por el gobierno de Chávez
como por la oposición, realizaron su propio "recuento rápido"
con el que confirmaron los resultados de la votación, señaló Gaviria olvidado de su proyecto de solicitar una investigación.
"Nuestros mecanismos de control interno o conteo rápido
nos han mostrado que el resultado que publicó anoche el Consejo
Nacional Electoral es compatible con este conteo", aseguró el ex
presidente colombiano acatando las "señales" enviadas por
sus patrones del Departamento de Estado.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ofreció
las cifras preliminares del referéndum, en las que la opción
del 'NO' (favorable al presidente Hugo Chávez) ganó la consulta
electoral con el 58,25 por ciento de los votos, después de realizarse
casi un 95 por ciento del escrutinio.
Los representantes de la Coordinadora Democrática (CD), la
alianza que engloba a los distintos sectores de la oposición,
rechazaron los resultados preliminares porque, según denuncian, se ha
cometido un "gigantesco fraude" al no permitirse auditar las
actas correspondientes a la votación automática.
La nueva estrategia golpista
Después de promover el golpe mediático del 2002, Gustavo
Cisneros se presenta como un "demócrata". Es el
hombre clave, junto a Carter, en la nueva estrategia para derrocarlo a
Chávez dentro de la "convivencia democrática.
Antes de la finalización del horario de la votación,
corrieron rumores según los cuales no bien terminado el proceso
refrendario la Coordinadora se iba a proclamar ganadora por una cifra
parecida a la que dice haber conseguido, pero finalmente decidieron
esperar los números del CNE para anunciar su propio triunfo.
Dicho cambio de actitud habría sido impuesta, según
nuestras fuentes en Caracas, por el sector que responde al pope
empresarial Gustavo
Cisneros, en consonancia con las directivas de "conciliación"
y de negociación política que el Departamento de Estado hizo públicas
a través de su vocero.
¿Acaso hoy es más rentable apoyar un proceso de negociación
política con Chávez que voltearlo por medio de un golpe o de un
fraude electoral?
La respuesta es
todavía prematura, y se carece de datos para evaluar a fondo la
actitud tomada por la cancillería imperial. Pero, no obstante, hay señales
que indicarían una "tendencia" : quienes impusieron la
instancia "dialoguista" con Chávez serían los
"moderados" de Powell, y no la alianza halcones-gusanos
representada en el Departamento de Estado por Roger Noriega.
De ser cierta está hipótesis -sostenida off the record por
muchos anaalistas y expertos- Venezuela
y el gobierno de Chávez dejarían de ser un "enemigo
externo" de EEUU para convertirse en un teatro de operaciones más
de la guerra por el control del poder de la Casa Blanca entre halcones
y moderados.
Hay quienes afirman alrededor de Chávez que la reunión que
el presidente mantuvo con Carter y Cisneros, días antes del
referendo, estuvo orientada a trazar las bases de un "acuerdo de
gobernabilidad" con proyección indistinta de quien triunfase en
la contienda.
Pero un "acuerdo de gobernabilidad" con Chávez
tiene sus contradicciones insalvables para el entorno de Bush, en su
campaña por la reelección presidencial.
Es sabido que tanto los republicanos
como los demócratas apuestan a capturar el voto antichavista y
anticubano en EEUU "endureciendo" sus posiciones contra el
gobierno de Venezuela y de la isla de Cuba. Tanto Bush como Kerry han
sostenido acusaciones y amenazas de todo calibre contra Chávez y
Fidel, con el objetivo de conquistar la poderosa franja de votantes
gusanos de la comunidad latina.
Una posición "dialoguista" con Chávez pondría en
inferioridad de condiciones a Bush con respecto a Kerry, que después
de la Convención Demócrata profundizó su lenguaje
"militarista" para parecer más "duro" y guerrero
que Bush.
En ese sentido, la tesis dialoguista parece más una medida
para "ganar tiempo" (manteniendo un formal apoyo al
resultado) que una estrategia con bases firmes de implementación en
el futuro.
En rigor de verdad, ningún analista, en conversaciones íntimas,
se toma en serio eso de que EEUU apoya un "proceso de
reconciliación nacional" con Hugo Chávez, el líder más odiado
por los sectores políticos más reaccionarios que adscriben a la política
de Bush, dentro y fuera de EEUU.
Los requerimientos electorales de Bush, superado en las
encuestas por Kerry, tornan muy probable que, luego de las
simulaciones conciliatorias con Chávez (orientadas a "aquietar
las aguas" tras la derrota en el referendo), el Departamento de
Estado retome alguna ofensiva agendada para desestabilizar y amenazar
públicamente al líder bolivariano.
En los casi cuatro meses que se avecinan para la realización
de los comicios en USA, la suerte de la aspiradora de votos latinos de
Bush dependerá de una actitud de endurecimiento extremo con Cuba y
Venezuela, si es que no quiere regalarle un terreno estratégico clave
a su rival John Kerry, quien no dejaría pasar una oportunidad
semejante.
Hay analistas (como Heinz
Dieterich, por ejemplo) que sostienen que expertos de la Coordinadora,
alineados en el sector de Cisneros, trabajan en un discurso
"social" para oponerse "democráticamente" al
gobierno de Chávez y desestabilizarlo en el terreno social y económico.
De tal manera, que ya no acusarían más a Chavez de
"dictador" y de "narcotraficante",
sino que basarían su prédica en la crítica a la pobreza y la
desocupación que el gobierno bolivariano (salvo los planes
asistencialistas) no ha
podido desterrar de Venezuela.
De esta forma, según los que sostienen esta hipótesis, los
sectores más inteligentes de la Coordinadora, con Cisneros a la
cabeza, ensayarían un modelo de discurso social orientado a captar
votantes en las franjas más pobres de la población que hoy siguen
masivamente a Chávez y a su gobierno bolivariano.
Como afirma Heinz Dieterich: hasta ahora Cisneros y los suyos
"pusieron huevos en una sola canasta", la del golpe de
Estado tradicional para voltearlo a Chávez, cuya implementación
fracasó en dos oportunidades.
El nuevo escenario subversivo
En el nuevo contexto del triunfo democrático de Chávez podrían
darse dos escenarios subversivos: una extraña combinación del "dialoguismo"
con desestabilización social y económica, mezclado con acciones
permanentes de provocación por medio de la violencia callejera o de
atentados políticos organizados por los sectores más radicalizados
de la coordinadora opositora. Los mismos que hoy quieren "tomar
la calle" y desconocer la victoria de Chávez.
Ambos procesos serían convergentes en un sólo desenlace:
Venezuela sumida en el caos y en un proceso irreversible de crisis
social y económica, cuya salida más viable pasaría por una
intervención de la ONU y de
las "fuerzas multinacionales de paz" encabezadas por los
marines estadounidenses.
Como sostiene Dieterich: "el golpe quirúrgico"
militar preventivo, que tanto encanta al Complejo Militar-Industrial
estadounidense y a la Casa Blanca, en su modalidad de asesinato político
preventivo, sigue siendo, por lo mismo, la opción preferida de los
operadores imperiales".
Ese escenario será seguramente preparado en "forma
permanente" por Condoleezza Rice, Roger Noriega, Otto Reich
y los voceros más conspicuos de los "gusanos" que
operan en el mundo latino estadounidense, y seguirá siendo atizado
por los discursos anti-Chávez de Bush en la campaña electoral.
En el punto de la "convivencia demócrática", y
munido de la pantalla de los "acuerdos de gobernabilidad",
el grupo hoy "más civilizado" de la Coordinadora (vía
Cisneros-Carter-Powell), ensayará la subversión económica y social
orientada a aislar a Chávez de su masa de apoyo en los sectores más
pobres.
Este contexto de "doble discurso" que el Imperio y
algunos grupos de la Coordinadora opositora podrían ensayar con Chávez
a partir de su victoria en las urnas, ya fue adelantado en parte por
el vocero del Departamento de Estado, Tom Casey, en sus declaraciones
a la prensa del lunes 16.
“No hay evidencias de fraude generalizado en el referendo
sobre el mandato del presidente Hugo Chávez”, dijo el vocero del
Departamento de Estado.
“Versiones de un par de incidentes irregulares no implican
que haya abusos generalizados'', agregó restándole importancia a la
denuncias de fraude por parte de los sectores radicalizados de la
Coordinadora.
El portavoz dijo que la votación era parte de un proceso de
reconciliación nacional, aunque añadió que acusaciones de fraude
presentadas por opositores a Chávez deberían ser investigadas.
"Lo importante acerca de este proceso es que ayuda a
alcanzar una solución pacífica, democrática, constitucional, a la
continua crisis política en Venezuela'', señaló Casey.
Sin embargo, y apuntalando un discurso dirigido a los
sectores duros que quieren desconocer el referendo, el vocero del
Departamento de Estado expresó su preocupación por la "atmósfera
de intimidación" que reinó previamente a la votación, mientras
se esperaba la reacción de la OEA y del Centro Carter.
Según parece, y así las señales lo indican, habrá que
acostumbrarse a este "doble discurso" del Departamento de
Estado en Venezuela.
|