Entrevista
a James Petras
Los
límites de la inversión social y la necesidad de cambios
estructurales en Venezuela
Por
Claudia
Jardim (*)
y Jonah Gindin (*)
Red Voltaire, 07/12/04
En
un reciente artículo publicado en counterpunch,
James Petras, profesor retirado de sociología de la de la Universidad
de Binghampton, en Nueva York, criticó lo que describe como el hábito
común, tanto en la izquierda como en la derecha, de “sustituir
los mitos acerca del gobierno de Chávez, en lugar de enfrentar
realidades”.
Petras
se encuentra actualmente en Venezuela participando en el encuentro de
intelectuales “En defensa de la Humanidad” que tiene entre
sus temas debatir estrategias para hacer frente al neoliberalismo y al
imperialismo estadounidense.
El
pasado mes de Agosto, Chávez derrotó de manera contundente a la
oposición en el referendo revocatorio convocado en su contra. Su
ratificación en el cargo, con un 60% de la votación a su favor y con
el mayor nivel de participación de los últimos treinta años de la
historia electoral venezolana, le dio a su gobierno un impulso que se
reflejó en las elecciones regionales del 31 de Octubre. A pesar de
que la concurrencia a esta consulta electoral no registró los niveles
históricos de participación de la contienda previa, los candidatos
de Chávez barrieron en esta ocasión, trasformando la topografía
venezolana en lo que se suele llamar “el mapa rojo” [1]
En
el contexto de estos significativos votos de confianza, Chávez ha
planteado la necesidad de una nueva etapa en la revolución
bolivariana (como llama al proceso de cambios que él promueve,
particularmente concebido para el 70% de la población que vive por
debajo de la línea de pobreza). Esta nueva etapa de “revolución
dentro de la revolución”, se ha caracterizado por la
introspección y autocrítica por parte del gobierno y por un silencio
de consternación de la oposición. Ese silencio fue interrumpido tan
sólo una vez, por el sector más radical y reaccionario del anti-Chavismo,
con el asesinato del fiscal Danilo Anderson, quien procesaba varios
casos judiciales que comprometían a personeros opositores.
El
foro “En defensa de la Humanidad” tiene como finalidad
promover la discusión, el debate y el diseño de estrategias
concretas para hacer frente a la imposición del “nuevo orden
mundial” a lo largo y ancho del Tercer Mundo. Un producto al que
se aspira en este evento es la existencia de una igual proporción de
debates y de propuestas concretas, especialmente las relacionadas con
Venezuela. En el contexto de la “profundización de la revolución”
y de la conferencia de intelectuales, Petras indaga sobre lo que
considera las limitaciones de la revolución Venezolana.
-
En "Mitos y Realidades" usted establece un paralelismo entre
el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt y el presidente
Hugo Chávez Frías. Se refiere específicamente a la revolución
bolivariana como un conjunto de reformas socialdemócratas al estilo
"New Deal" (Nuevo Trato) emprendidas por Roosevelt. ¿Es que
no hay ningún contenido revolucionario en el movimiento liderizado
por Chávez?.
-
Existen diferencias, Chávez es muy activo en cuanto a estimular la
organización, pero Roosevelt legalizó los sindicatos y el derecho a
la negociación y a la contratación colectiva. Chávez se orienta más
hacia los pobres que hacia los sectores ya sindicalizados. También
pienso que busca políticas que estimulen el sentimiento nacionalista
y anti-imperialista, mientras que Roosevelt estaba en una onda específicamente
anti-fascista.
Existe
un paralelismo, no estoy diciendo que coincidan en todos los aspectos,
pero comparten una forma de denunciar a la oligarquía sin trasformar
las relaciones de propiedad.
Y
digo parecido a Roosevelt, en el sentido de que promueve cambios
sociales sin cambiar las estructuras capitalistas. No creo que Chávez
tenga intenciones de cambiar las relaciones entre el capitalismo y el
estado, incluyendo el capital extranjero. Por el contrario, pienso que
está forjando más nexos con el capitalismo en distintos países. Y
continúa cancelando la deuda externa, lo que no constituye un modelo
para ningún gobierno reformista o revolucionario. Tengo respeto por
los programes sociales de Chávez, los que están elevando el nivel de
vida de los pobres en Venezuela. Pero creo que debemos reconocer los límites
que definen estas políticas.
Durante
la huelga petrolera opositora de 2002-2003, muchas empresas actuaron
como agentes políticos, más que como agentes económicos. Los
trabajadores tomaron algunas de las fábricas que habían cerrado en
apoyo al paro. Comenzaron a ocupar estas fábricas o por lo menos a
crear condiciones favorables para la intervención (por parte del
gobierno) y para transformarlas en empresas auto gestionadas, empresas
públicas, etc. Sin embargo, Chávez no lo hizo. Porque esto no entra
en su concepto de lo que debe ser una economía. El cree en una economía
mixta. La gran diferencia de Chávez es la inversión social. El
piensa que las corporaciones y los ricos deberían pagar impuestos y
que él debe proveer servicios sociales. Pero en mi opinión la
pregunta es: ¿Cómo puede ser esto?.
La
mayor parte de la población trabaja en el sector informal [2]
y al cabo de 6 años en el gobierno, no se han realizado inversiones a
gran escala necesarias para generar empleo. El gobierno depende del
sector privado para generar puestos de trabajo. Venezuela está
empantanada entre el desempleo y el subempleo en momentos en que deberían
invertir los ingentes recursos petroleros para generar fuentes de
trabajo a través de obras públicas, en lugar de esperar que el
sector privado lo haga a cambio de créditos e incentivos.
Como
el sector privado no lo está haciendo, el gobierno no está dispuesto
a realizar las inversiones necesarias a gran escala y a largo plazo
que hacen falta. Mientras se dan grandes avances en materia de salud,
vivienda y educación, el problema del desempleo sigue siendo grave.
Esto no se puede resolver con inversiones sociales, se requiere
inversiones públicas a gran escala. Si los trabajadores continúan
trabajando en condiciones precarias, percibiendo bajos sueldos, sus
familias continuarán viviendo en la pobreza. Tienen mejores servicios
y sin embargo siguen siendo pobres. Los servicios sociales son
esenciales, pero creo que debemos abordar la raíz del problema,
generar empleos bien remunerados para que los servicios sociales
mejoren las vidas de la gente, en lugar de ser el sustituto de los
cambios estructurales necesarios para que puedan tener una vida digna.
Creo
que la izquierda, al igual que la derecha, exagera el grado de
radicalismo de Chávez. Por dos razones. En primer lugar, por lo que
Latinoamérica representa hoy con Lula, Mesa, Gutiérrez, (Presidentes
de Brasil, Bolivia y Ecuador, respectivamente), obviamente Chávez está
impulsando la aprobación de leyes en beneficio de los sectores
populares. Ha propiciado una reforma agraria, mientras en Brasil se
estimula el negocio del agro. Además, pienso que es en su política
exterior que podríamos decir que Chávez, de manera consistente ha
adoptado posturas raciales. Radicales en el sentido de que rechaza las
agresivas políticas de los EEUU, critica y se opone al ALCA (Área de
Libre Comercio para las Américas), se opone la invasión a Haití, y
está buscando formar algún tipo de alianza con otros gobiernos
disidentes de Latinoamérica.
(*)
Jonah Gindin, periodista canadiense; Claudia Jardim, periodista
brasileña
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