¿Trama Estados Unidos el asesinato del presidente
venezolano?
Por
Bill Vann
World
Socialist Web Site, 17/10/04
El presidente venezolano, Hugo Chávez, canceló el viaje que había
planeado para asistir al debate de apertura de la Asamblea General de
la Organización de las Naciones Unidas. La cancelación del viaje,
según Chávez mismo, se debió a la posibilidad de atentado contra su
vida. Se rumora que agencias de espionaje de su gobierno le habían
advertido acerca de un complot respaldado por la CIA para sabotear su
avión mientras volaba de Caracas a la ciudad de Nueva York. Además
del presidente, otras personas también expresaron temores de que
terroristas anti gubernamentales se encuentran participando en
ejercicios militares dentro de Estados Unidos mismo.
La prensa de Estados Unidos apenas ha reportado las inquietudes del
presidente venezolano acerca de su seguridad. Las pocas veces que se
refirió a ellas fueron, por lo general, para pintar a Chávez como
inestable o de paranoico.
Las inquietudes de Chávez, sin embargo, no son tan alocadas. Aunque haya
ganado dos elecciones populares consecutivas, sigue gobernando gracias
solamente al fracaso de un golpe de estado que se llevó a cabo en
abril, 2002; golpe que apenas se molestó en ocultar que contaba con
el respaldo del gobierno de Bush. Los que encabezaron el golpe
recibieron fondos de Estados Unidos, inclusive dinero pagado a través
de la burocracia sindicalista de la AFL-CIO y su disfraz
internacional, el Centro Estadounidense para la Solidaridad Obrera
Internacional.
El régimen militar de los empresarios que brevemente se apoderaron del
gobierno por dos días habían detenido a Chávez incomunicado en una
isla cerca de la costa venezolana mientras decidían el destino del
mismo. Washington acogió el golpe pero luego se fue en retaguardia
cuando las masas se lanzaron a las calles de Caracas en oposición e
hicieron imposible que los militares gobernaran.
Luego de revelarse que los organizadores del complot se habían
repetidamente comunicado con un grupo de emigrados cubanos derechistas
y veteranos de la guerra "contra" en Nicaragua, respaldada
por la CIA-personas que tienen puestos claves en el Ministerio de
Relaciones Exteriores y el Pentágono-el gobierno de Bush
improbablemente sostuvo que estos individuos sólo trataban de
convencer a los empresarios y militares venezolanos que no derrocaran
al gobierno. Pero ninguno de ellos, sin embargo, tomó la iniciativa
para advertirle a Chávez del golpe que se acercaba.
Desde el fracaso del golpe, Venezuela ha sido víctima constante de una
campaña inexorable para desestabilizarla económica y políticamente,
inclusive una huelga en la industria del petróleo que duró 64 días.
Dicha huelga contó con el respaldo de los dirigentes de la oposición
en diciembre y enero en un esfuerzo para derribar el gobierno.
Por otra parte, funcionarios de Estados Unidos repetidamente han lanzado
declaraciones críticas a Chávez. Según Roger Noriega, funcionario
principal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Estados Unidos en
cuanto a asuntos latinoamericanos, recientemente declaró lo
siguiente: "Creo que varias de las cosas que [Chávez] ha puesto
en marcha en la economía y en la política del país han arruinado a
un país relativamente rico". Pero Noriega no mencionó la huelga
petrolífera, la cual tácitamente gozó del respaldo de Washington,
ni tampoco se refirió a la decisión de Washington en julio de parar
todo crédito a Venezuela por parte del Banco de
Exportaciones/Importaciones de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, el gobierno de Bush le ha brindado todo apoyo posible,
pero no abiertamente, a la campaña de elementos adversarios que
quieren nuevas elecciones para destituir a Chávez. En un obvio acto
de intervención en los asuntos internos de Venezuela, el mes pasado
el embajador estadounidense, Charles Shapiro, se presentó ante la
comisión electoral, que recientemente se había establecido, para
ofrecer la ayuda de Estados Unidos, inclusive la decisión de aceptar
o no la petición para la destitución que la oposición había
creado.
Shapiro no es nada extraño a las subversiones y asesinatos auspiciados
por la CIA. Su carrera como diplomática durante la década de los 80
se basó en El salvador. Primero sirvió como Oficial de Enlace en El
Salvador para los servicios del Ministerio de Relaciones Exteriores de
Estados Unidos de 1983 a 1985. Luego, de 1985 a 1988, sirvió como Cónsul
Político en la embajada de Estados Unidos en San Salvador; puesto que
por lo regular se ha usado para encubrir las actividades del jefe de
la CIA en cualquier país.
Ese período tomó lugar durante el apogeo de la guerra civil salvadoreña,
en la cual los escuadrones de la muerte, respaldados por los
militares, cometieron enormes masacres y asesinatos. Fue también el
período cuando Estados Unidos usaba a El Salvador como base de
actividades para su guerra ilícita en contra del país vecino de
Nicaragua.
A fin de cuentas el panel venezolano decidió que la oposición había
obtenido la mayoría de las firmas ilegalmente y fijó un nuevo
horario para celebrar el referendo sobre la destitución. Partidarios
de Chávez en el Movimiento de la Quinta República indicaron que
ellos también harán una petición para la destitución de los
gobernadores, alcaldes y diputados oposicionistas que buscan
deshacerse de Chávez. La fecha más temprana en que el referendo
puede tener lugar es el próximo febrero.
Durante las últimas semanas han sucedido varias explosiones de bombas en
Caracas, inclusive una bomba contra el cuartel militar cerca de
Miraflores y un ataque contra el consulado colombiano. Y hace poco que
terroristas lanzaron un dispositivo explosivo a la sede de CONATEL,
agencia gubernamental que rige el campo de la telecomunicación,
aparentemente como represalia por el equipo ilegal que el gobierno le
embargó a la cadena de televisión, Globovisión, que la oposición
domina.
Por otra parte, el gobierno venezolano ha protestado el hecho que fuerzas
anti gubernamentales, inclusive las que participaron directamente en
el golpe de estado de abril, 2002, actualmente se encuentran en suelo
estadounidense, donde abiertamente se les está enseñando tácticas
terroristas.
El Wall Street Journal publicó un artículo en enero que detalla las
actividades en la Florida del capitán Luis Eduardo García, uno de
los primeros oficiales del ejército venezolano que embistió el
palacio presidencial durante el golpe de abril, 2002. Como cabecilla
de un grupo conocido como la Junta Patriótica Venezolana, García ha
forjado una alianza "cívico-militar" con los Comandos F-4,
grupo anti castrista en exilio que ha cometido varios actos
terroristas contra Cuba.
Según el Wall Street Journal, "Ahora el Capitán García informa
que le está dando entrenamiento militar a aproximadamente 50 miembros
de los Comandos F-4, quienes cuentan con la participación de 30
cubanos estadounidenses. (El resto de los miembros es venezolano.) El
entrenamiento toma lugar en un campo de tiro al blanco en la región
de Everglades. Dice que ‘nos estamos preparando para la
guerra’".
Periódicos de la Florida, inclusive El Nuevo Herald, han publicado
informes similares acerca del campamento donde se entrenan los
terroristas.
El mismo Chávez ha protestado la existencia de ese campamento durante
una reunión con Shapiro el mes pasado. En un discurso que pronunciara
en septiembre, criticó la hipocresía del gobierno de Bush en cuanto
a la presunta guerra contra el terrorismo. El presidente venezolano se
expresó de la siguiente manera: "
Shapiro respondió que el entrenamiento de terroristas en suelo
estadounidense no era "necesariamente ningún delito". Afirmó
que el gobierno de Estados Unidos se encuentra "en proceso de
adquirir toda la información posible y ha de seguir todas las pautas
establecidas por el proceso legal".
Pero al mismo tiempo que el gobierno de Estados Unidos protege a
terroristas en la Florida, comienza una siniestra campaña para pintar
a Venezuela como santuario para terroristas. Esta propaganda resultó
en la publicación de un artículo en la revista US News and World
Report [Noticias de Estados Unidos e Informe Mundial] bajo el titular,
"El terror cerca de Estados Unidos".
El artículo consiste casi totalmente de acusaciones sin fondo; las únicas
fuentes, que no se nombran, provienen del gobierno y de agencias de
espionaje de Estados Unidos. Sostiene que "Chávez esta
coqueteando con el terrorismo, lo cual alarma a Washington cada vez más".
Estas acusaciones sensacionalistas se basan en el hecho que Venezuela
cuenta con una gran colonia árabe y cientos de miles de refugiados
colombianos. Y si el gobierno venezolano ofrece cédulas de
identificación a estos inmigrantes-quienes, insinúa el artículo, de
alguna manera están vinculados a grupos terroristas debido a su
nacionalidad-entonces el gobierno se apoya el terrorismo.
El artículo declara que "Se multiplican los vínculos sospechosos
entre Venezuela y el radicalismo islámico. Como evidencia presenta el
caso de un venezolano de descendencia árabe que fue deportado de los
Estados Unidos en marzo, 2002. Cuando Estados Unidos trató de ubicar
al individuo para interrogarle de nuevo, "funcionarios del
gobierno venezolano indicaron que no se encontraba en el país".
Pero el artículo no explica para nada por qué el hecho que Venezuela
no haya encontrado a esta persona causa mayor sospecha que la decisión
de las autoridades estadounidenses de haberlo puesto en libertad antes
de terminar de interrogarlo.
El artículo concluye con lo siguiente: "dado todo lo que sucede en
la Venezuela de Chávez, varios funcionarios estadounidenses lamentan
que al terrorismo se le considere principalmente como problema del
Oriente Medio y que Estados Unidos no cuida el flanco al sur. Lo cual
es casi una exhortación a Washington para que se aproveche del
"terrorismo" como pretexto para lanzar otra guerra rapaz,
esta vez en Latinoamérica.
La retórica populista de Chávez y la aguda crítica al gobierno de Bush
pertinente a la guerra contra Irak- lanzada sin provocación alguna-se
han ganado la enemistad de Washington y fortalecido sus vínculos a la
Cuba de Castro. Pero a fin de cuentas, las razones por la sostenida
campaña de Estados Unidos contra su gobierno son las mismas en que se
basa la guerra contra Irak. Después de todo, Venezuela es el quinto
país de mayor exportación de petróleo en el mundo, y la clase
gobernante de Estados Unidos está determinada a establecer su hegemonía
indisputable sobre los recursos energéticos que existen no solamente
en Venezuela, sino también en el país vecino de Colombia.
Pero a Washington no sólo lo inquietan las reservas petrolíferas de
Venezuela, sino también el comportamiento del gobierno de Chávez en
los mercados petrolíferos mundiales. Venezuela ha abogado por
aumentar el precio del petróleo y recientemente provocó la
hostilidad del gobierno de Estados Unidos al oponerse a la participación
de la delegación del Consejo Gobernante de Irak, controlado por
Estados Unidos, en una de las reuniones de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP). También han habido indicios que el
gobierno de Estados Unidos se ha opuesto a otras acciones del gobierno
venezolano, entre ellas pactos con otros países latinoamericanos para
intercambiar petróleo por otros productos, y el uso del euro [moneda
europea] en vez de dólares para cumplir ciertos intercambios
comerciales.
Al poner en tela de juicio la veracidad de las inquietudes de Chávez
ante la posibilidad de un atentado contra su vida, hay que tomar en
cuenta el comportamiento de Washington en el plano internacional. Hace
un año, cuando Washington se embarcaba hacia la guerra contra Irak,
un vocero de la Casa Blanca de Bush declaró que el problema de Irak
podía resolverse con "una sola bala". El gobierno públicamente
ha anulado todas las restricciones contra asesinatos por parte de la
CIA y de hecho ha llevado a cabo semejante acciones en Yemen y
Afganistán, sosteniendo que a esos individuos se "les sospechaba
de ser terroristas".
En Irak, luego de invadir y ocupar ilegalmente a ese país, el gobierno
de Bush repetidamente ha abogado por el asesinato del presidente
derrocado, Saddam Hussein. El julio pasado, asesinó a sus dos hijos y
luego difundió imágenes espantosas de sus cadáveres.
Por otra parte, el gobierno ha respaldado la política de Israel en
llevar a cabo "ciertos asesinatos" contra militantes y
dirigentes palestinos, y recientemente vetó una resolución en
condena del régimen de Sharon, quien amenazó en público con
asesinar al presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat.
No hay razón para dudar que ciertos elementos del gobierno de Bush ya
han fabricado planes para realizar un "cambio de régimen"
en Venezuela a través de un atentado contra Chávez. En Irak como en
todos los demás países, el gobierno de Estados Unidos ha mostrado,
con más pruebas de lo necesario, que está preparado a recurrir a los
métodos más criminales para alcanzar sus fines.
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