Chávez
puede estar bajo una mira telescópica
Análisis
de Humberto Márquez
Inter Press Service (IPS), 09/03/05
Caracas.–
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sostiene que Estados Unidos
tiene planes para asesinarlo y así precipitar una invasión que
permita a la potencia norteamericana controlar los yacimientos petrolíferos
del país sudamericano.
Chávez
es locuaz: su programa semanal de radio y televisión, Aló
Presidente, a menudo consume más de cuatro horas seguidas de
conversación sobre infinidad de temas. Es habitual que en una rueda
de prensa con apenas cuatro o cinco preguntas, el mandatario despache
unas tres horas de charla a los reporteros.
Pero
su advertencia de un magnicidio no parece un exceso verbal, sino una
afirmación fundada en que al menos en alguna ocasión hubo planes
concretos para asesinarlo. Y así lo han reconocido, precisamente,
autoridades diplomáticas de Estados Unidos.
"A
mí me lo dijo el ex embajador (de Estados Unidos en Venezuela)
Charles Shapiro”, confió en una entrevista al diario El Comercio,
de Lima, el vicepresidente venezolano José Vicente Rangel.
Shapiro,
embajador entre 2001 y 2004, "no entró en detalles. Consideró
que estaba en la obligación de hacernos conocer esa información, por
razones legales", dijo Rangel.
A
mediados de los años 70, Washington prohibió formalmente que las
operaciones en el extranjero de la Agencia Central de Inteligencia
(CIA) incluyesen atentar contra la vida de gobernantes.
El
actual embajador de Estados Unidos en Venezuela, William Brownfield,
declaró el martes que "el vicepresidente Rangel dice la verdad
en sus declaraciones. En dos oportunidades, el embajador Shapiro
informó a las autoridades venezolanas sobre acciones contra la
administración actual". No indicó el origen de esas acciones.
"La
primera vez fue en abril de 2002. En esa oportunidad habló con el
presidente sobre las posibilidades de un golpe de Estado”, dijo
Brownfield.
El
11 de abril de 2002, luego que una gigantesca marcha opositora se
disolvió en un confuso tiroteo con 19 muertos y decenas de heridos,
jefes castrenses depusieron a Chávez y entregaron la presidencia al
empresario Pedro Carmona, pero el día 13 militares leales y
demostraciones de civiles devolvieron el poder al mandatario legítimo.
"La
otra vez fue en septiembre u octubre. (Shapiro) habló con el
vicepresidente Rangel sobre un posible intento de asesinato. En ambos
casos cumplimos con nuestras obligaciones, porque nuestra ley así lo
obliga”, agregó Brownfield.
En
enero, el presidente cubano Fidel Castro, aliado de Chávez, advirtió
de la existencia de planes para segar la vida del mandatario
venezolano.
En
las últimas semanas, tanto en Caracas como en sus visitas a Uruguay e
India, Chávez cargó nuevamente sobre los planes para acabar con su
vida, y la denuncia fue presentada por su canciller Alí Rodríguez en
el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA),
con sede en Washington.
"Alertamos
a la comunidad internacional que un evento de tal naturaleza alteraría
no sólo la paz de Venezuela, sino la de América Latina y más allá”,
dijo Rodríguez, pues, en la eventualidad de un magnicidio "¿quién
podría contener la reacción de los venezolanos, de los obreros
petroleros, por ejemplo?".
Desde
hace más de un año, Caracas y Washington mantienen un intenso choque
verbal sobre los temas de democracia, derechos humanos, soberanía,
terrorismo y guerrillas, sin que se altere el flujo de petróleo
venezolano hacia el país norteamericano, un millón y medio de
barriles diarios, aproximadamente 13 por ciento del consumo en Estados
Unidos.
Luego
del inicio en enero del segundo mandato de Bush, arreciaron las críticas
contra Caracas desde el Departamento de Estado (cancillería)
estadounidense. Su titular, Condoleezza Rice, dijo que Chávez
"es una fuerza negativa, un factor desestabilizador” en la región.
"El
imperio contraataca”, comentó a IPS el politólogo venezolano
Alberto Garrido.
El
especialista recordó que Washington "ha denunciado supuestos
nexos de Chávez con la guerrilla colombiana FARC (Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia) y la compra por Caracas de 100.000
fusiles rusos, quiere reformar la Carta Democrática interamericana,
pidió a gobiernos de la región que presionen a Venezuela y envió un
buque de guerra a Curazao”, la vecina isla holandesa.
Chávez
dijo varias veces que "tenemos evidencias: si algo me pasa, el
responsable será el presidente de Estados Unidos, George W. Bush”.
El
mandatario venezolano evoca con frecuencia que tras el asesinato en
1948 del líder popular colombiano Jorge Eliécer Gaitán, el vecino
país se sumió en un conflicto armado que ya dura más de medio
siglo.
Al
pedido de pruebas respondió Rangel: "Es un sofisma. La prueba es
el cadáver de Chávez. Preguntemos por las pruebas a los chilenos, a
los salvadoreños, a los guatemaltecos o a los dominicanos”, en
alusión a la histórica imbricación de Washington con la violencia
política padecida por esos países.
Chávez
ha explicado un aviso mostrado con insistencia por la televisora
estatal de Venezuela, que copia una entrevista en un canal de televisión
de Miami (Estados Unidos) al actor y presentador de TV venezolano
Orlando Urdaneta, autoexiliado en esa ciudad y acérrimo opositor del
mandatario.
Urdaneta
dijo en esa entrevista el año pasado que "el problema principal
de Venezuela (Chávez) se resuelve con un rifle con mira telescópica”.
Cuando la entrevistadora le requirió: "¿Y quién da la
orden?”, el actor replicó: "Si es por la orden, ya está
dada”.
Según
Chávez, el plan de Estados Unidos es que su muerte "desencadene
una revuelta que permita la intervención para controlar la riqueza
petrolera de los venezolanos".
El
portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, consideró esas
"acusaciones ridículas y descabelladas", y Brownfield,
entrevistado por la televisora caraqueña Globovisión, aseveró que
en su gobierno "no hay planes, opiniones o pensamientos de
asesinato ni contra el presidente de acá ni contra ningún
mandatario”.
"En
los casi 200 años de la existencia de nuestros dos países, Estados
Unidos jamás ha invadido, no está invadiendo en este momento y nunca
va a invadir a Venezuela. Punto final”, añadió Brownfield.
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