EEUU apunta a otro
”eje del mal”
Análisis de Jim Lobe
Inter Press Service (IPS), 25/03/05
Washington. Los medios
de prensa de Estados Unidos no estuvieron concentrados esta semana en
la agenda del presidente George W. Bush, sino en la gira de su
secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, por América Latina.
Uno de los objetivos de
Rumsfeld en su visita a Argentina, Brasil y Guatemala, del lunes al
miércoles, fue hacer sonar la alarma sobre el creciente peligro que a
su juicio representan algunos gobiernos latinoamericanos.
Al tope de la lista se
encuentra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, seguido por el ex
presidente nicaragüense Daniel Ortega (1984-1990), quien presentó su
candidatura para las elecciones de ese país en 2006.
Washington teme que
Ortega, del Frente Sandinista de Liberación Nacional, vuelva al poder
y controle los más de 1.000 misiles tierra-aire rusos que adquirió
Nicaragua en los últimos meses.
Poco antes de que
Rumsfeld iniciara su gira, el gobierno estadounidense anunció la
suspensión de la ayuda militar anual a Nicaragua, por 2,3 millones de
dólares, hasta tanto ese país no destruya unos mil misiles que datan
de los años 80, cuando Nicaragua fue gobernada por los sandinistas.
Washington arguye que
las armas podrían caer en manos de terroristas.
En esos días, la
revista derechista National Review publicó un artículo de Otto Reich,
ex secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio
Occidental, sobre ”los dos terribles de América Latina”, en
referencia a Chávez y su par cubano Fidel Castro.
La portada tenía una
foto de los dos jefes de Estado conversando, y debajo la frase: ”El
eje del mal... versión del hemisferio occidental”.
”Si se combinan el
mal genio, la experiencia en lucha política y la desesperación
económica de Castro con el ilimitado dinero y la temeridad de
Chávez, la paz en la región estará en peligro”, escribió Reich,
quien mantiene una gran influencia en Washington e incluso sobre su
sucesor, el más diplomático Roger Noriega.
”El emergente eje de
subversión formado por Cuba y Venezuela debe ser enfrentado antes de
que socave la democracia en Colombia, Nicaragua y Bolivia u otro país
vecino vulnerable”, señaló, en la misma línea que otros
editoriales recientes del diario The Wall Street Journal.
El discurso de Rumsfeld
en su gira parece parte de una campaña iniciada en enero, cuando la
secretaria de Estado (canciller), Condoleezza Rice, indicó que
Chávez era una ”fuerza negativa” en la región.
La semana pasada, The
Miami Herald informó que el propio Bush seguía de cerca las acciones
de Chávez y consideraba todas las opciones para endurecer su postura
hacia Caracas, incluyendo acusar al presidente venezolano de corrupto
o pedirle a sus vecinos, en especial a Brasil, que se distancien de
él.
”Necesitamos una
estrategia para contener a Chávez”, dijo Rogelio Pardo Maurer, el
experto del Departamento de Defensa estadounidense en asuntos
latinoamericanos.
Pardo Maurer, un
político de línea dura cercano a las posturas de Reich y Noriega,
dijo a The Financial Times que Chávez ”se mete con países de
tejido social débil y, en algunos casos, promueve la subversión”.
El hecho de que
Rumsfeld haya elegido Brasilia para lanzar su ataque más fuerte a
Chávez, al condenar su decisión de comprar 100.000 rifles AK-47
rusos, dejó en claro que la estrategia ya está en marcha.
”No puedo imaginar
por qué Venezuela necesita 100.000 AK-47. No puedo imaginar qué va a
acontecer con los 100.000 Ak-47”, afirmó Rumsfeld poco antes de
reunirse con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva,
quien ha oficiado como mediador entre Washington y Caracas en el
pasado.
Si la compra se
concreta, ”no será bueno para el hemisferio”, añadió.
Algunos en Washington
señalan que los rifles serán entregados por Chávez a las guerrillas
izquierdistas de Colombia o a los seguidores del líder indígena
boliviano Evo Morales. Pero el presidente venezolano asegura que las
armas son para reemplazar los antiguos rifles FAL de su ejército.
Washington está
preocupado por el desarrollo militar de Venezuela, financiado con el
incremento de los precios internacionales del petróleo. En los
últimos meses, Caracas compró aviones de combate a Brasil, barcos a
España y 50 helicópteros de ataque y 30 jets MIG a Rusia.
Ӄstas y otras
adquisiciones militares venezolanas amenazan la paz de toda la región”,
sostuvo Reich.
El gobierno de Bush
también está preocupado por la política petrolera de Chávez.
Estados Unidos importa
1,5 millones de barriles de 159 litros de petróleo al día de
Venezuela, o sea, 60 por ciento de las exportaciones totales del país
sudamericano.
Chávez, que amenazó
con interrumpir el suministro si Washington intentaba sacarlo del
poder, ahora busca otros consumidores. En los últimos meses, firmó
contratos con Francia, India y China.
El mandatario
venezolano visitó Beijing en enero, y recibió en Caracas al
presidente chino Hu Jintao en febrero. A comienzos de este mes
recibió a su par de Irán, Mohammed Jatami, con quien logró acuerdos
de asistencia técnica.
El mandatario
venezolano afirmó que Teherán tenía derecho a ”desarrollar
energía atómica y continuar con sus estudios en esa área”, y
condenó ”los deseos imperialistas del gobierno de Estados Unidos”.
Al mismo tiempo,
Venezuela redujo el precio del suministro de petróleo a Cuba a cambio
del servicio de miles de médicos y maestros de ese país en áreas
rurales y asentamientos urbanos venezolanos.
Pero lo que más le
preocupa a Bush es la tendencia a la izquierda en toda América
Latina.
”Hay una alianza
izquierdista y populista en la mayor parte de América del Sur. Esta
es una realidad que los políticos de Estados Unidos deben enfrentar,
y nuestro mayor desafío es neutralizar el eje Cuba-Venezuela”,
escribió Reich.
La clave está, según
él, en hacer una distinción entre los ”izquierdistas democráticos”,
como Lula y el presidente de Chile, Ricardo Lagos, y los populistas
más radicales, como Chávez y Castro.
”El verdadero peligro
para la paz y la estabilidad de la región no emana de los presidentes
democráticos electos recientemente, sino de dos demagogos que están
por ahí hace más tiempo: Fidel Castro y Hugo Chávez”, afirmó.
Algunos sostienen
que una campaña contra Chávez será contraproducente.
”Parece que estas
personas tienen la necesidad compulsiva de ver la realidad
latinoamericana a través de lentes maniqueos. Tienen que identificar
fuerzas del mal contra las que luchar, y simplifican en dualismos de
bueno y malo las complejidades de la región”, dijo Geoffrey Thale,
de la no gubernamental Oficina de Washington sobre América Latina.
”Hemos tratado a
Castro como una encarnación del demonio, y nos convertimos en el
hazmerreír en toda la región sin hacer nada para efectivamente
impulsar la democracia y el respeto a los derechos humanos en Cuba”,
añadió.
”Si encaramos a
Chávez de la misma manera, tendremos los mismos resultados”,
alertó.
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