Elecciones en Venezuela
El PRS insiste en
el voto acrítico a Chávez
Por José Luis Rojo
Socialismo o Barbarie, periódico, 20/07/06
Hace dos semanas se realizó un plenario del Partido
Revolución y Socialismo para definir su posición electoral.
Lamentablemente, el resultado ha sido lo que ya se insinuaba: la
confirmación de una posición de apoyo político a Chávez en las
elecciones, sumándose a la plebiscitaria campaña que éste viene
llevando adelante. Esto es más grave aún en momentos en que se va
haciendo evidente que la oposición burguesa esta débil, fragmentada
y sin lograr unificar una posición o candidato común.
En la “Declaración pública del PRS frente al proceso
electoral” (en www.aporrea.org) se expresan una serie de
fundamentos completamente equivocados. Comienza así: “El próximo
3 de diciembre, los trabajadores y el pueblo tendremos nuevamente una
cita con el destino. Ese día, en el terreno electoral, por enésima
vez mediremos fuerzas con los factores internos y externos que quieren
impedir el paso revolucionario y victorioso de un pueblo que ansia una
patria soberana (...) debemos prepararnos (...) para garantizar que
millones de venezolanos y venezolanas se levanten como un solo puño
(...) y depositen ese 3 de diciembre las papeletas que ratifiquen su
decisión inquebrantable de romper con el pasado. La consigna del
pueblo trabajador tiene que seguir siendo la misma de los últimos
años: necesario es vencer a los candidatos del imperialismo y el
golpismo criollo presenten como alternativa presidencial”.
Estos fundamentos no pueden menos que calificarse como un retroceso
respecto de lo que los compañeros venían analizando sobre la situación
del país en sus documentos. Si estaba claro que ya a nivel de la UNT
los compañeros dirigentes obreros miembros del PRS que dirigen la
C-CURA habían sacado la equivocada posición del “apoyo total e
irrestricto” a Chávez para las elecciones, la mayoría del PRS en
vez de contrapesar esto con una posición más independiente, han
hecho lo contrario: han fundamentado ese apoyo político.
Porque el 3 de diciembre los trabajadores no tienen
ninguna “cita con el destino”. No es verdad, es completamente
falso y equivocado, dar a entender que está planteada una “gran
pelea” como la lucha contra el golpe en abril del 2002, el paro
sabotaje de principios del 2003 o, incluso, el referéndum revocatorio
de agosto del 2004. Hoy por hoy, está clarísimo que Chávez gana la
elección caminando, y que se trata de un montaje
plebiscitario del gobierno. Que no está dirigido
centralmente “contra los candidatos del imperialismo y el golpismo
criollo” sino a fortalecer aún más la figura de Chávez para
seguir maniobrando por encima de la población trabajadora y hacer
pasar las actuales tendencias a la “normalización” de la situación
del país, que son las dominantes. La paradoja es que un triunfo
plebiscitario de Chávez servirá –entre otras cosas– para
fortalecer los intentos de cooptar la UNT. No es casual que Marcela
Maspero quisiera postergar la elección de la dirección de la central
para después de diciembre.
Pero esto no es todo. Reafirmando este enfoque, se dice:
“el pueblo sabe que hoy vive mejor que en el pasado reciente
‘puntofijista’, gracias a las victorias y conquistas sociales y
democráticas obtenidas con su movilización y su lucha, puestas de
manifiesto contra el golpe de abril de 2002 y en el paro-sabotaje
petrolero. En ese sentido, las elecciones de diciembre son un escalón
más en el proceso de lucha que desde hace siete años vienen
desarrollando el pueblo y los trabajadores contra el imperialismo y
sus lacayos nacionales (...). Por eso, nuestro punto de partida es que
no dudamos ni un solo segundo en manifestar que haremos nuestros
mejores esfuerzos para contribuir a que 10 millones o más de
venezolanos y venezolanas reventemos las urnas con votos por la
reelección del presidente Chávez (...). Un nuevo triunfo llenará
de mayor confianza al pueblo creando mejores condiciones para las
futuras batallas”.
Esto es un desastre, porque es un hecho que la reelección
de Chávez se encuentra totalmente asegurada y que el
imperialismo está (y no puede dejar de estar) muy ocupado con la crítica
situación en Iraq y Medio Oriente. En estas condiciones, el foco de
Chávez en esta elección no es tanto sus contradicciones con el
gobierno de Bush, sino más bien refirmarse plebiscitariamente
sobre los explotados y oprimidos. Y por esto mismo, la
caracterización de que el triunfo electoral chavista seria un
“nuevo triunfo” de los trabajadores y el pueblo carece
totalmente de asidero. El triunfo electoral de Chávez será la
afirmación de un gobierno burgués, de ninguna manera asimilable
a un “triunfo de los trabajadores”, sino algo que –de una u otra
forma– será en última instancia usado contra ellos, contra su
organización independiente.
Una declaración de
apoyo político a Chávez
Como lo
demuestra Lenin, el voto es algo táctico (algo sobre lo que
deberían reflexionar los que, sin fundamentos sólidos, consideran el
voto como algo de “principios”). Pero lo que nunca puede ser táctico
es la política, que siempre, siempre, debe ser independiente y nunca
de apoyo político a una figura burguesa.
“En 1901-1902, incluso antes de que surgiera el
bolchevismo, la antigua redacción de Iskra (...) concertó (...) una
alianza política formal con Struve, el dirigente político del
liberalismo burgués, sin dejar de sostener al mismo tiempo, una
lucha política e inflexible e implacable contra el liberalismo burgués
y contra las menores manifestaciones de su influencia en el movimiento
obrero. Ésta fue siempre la política de los bolcheviques. Desde
1905 defendieron sistemáticamente la alianza de la clase obrera con
el campesinado contra la burguesía liberal y el zarismo, sin negarse
nunca, sin embargo, a apoyar a la burguesía contra el zarismo (por
ejemplo, en la segunda vuelta de las elecciones o en segundas
votaciones) y sin abandonar jamás su inexorable lucha ideológica
y política contra los ‘socialistas revolucionarios’, el
partido campesino revolucionario burgués”. [2]
Tomando como punto de referencia lo que dice Lenin, lo que
criticamos no es en la eventualidad táctica de votar por Chávez en sí
misma, sino el prácticamente irrestricto apoyo político que se le
da. Porque si bien en otros párrafos de la declaración se afirma
correctamente que “aún el gobierno del presidente Chávez no rompe
con el imperialismo ni trasciende el capitalismo” y se levanta un
“programa de lucha para cancelar la deuda social y profundizar el
proceso revolucionario”, con muchos puntos correctos,
lamentablemente esto no alcanza a darle al conjunto de la declaración
otro contenido que el que surge incuestionablemente de las
definiciones “fuertes” de la propia declaración: un apoyo político
acrítico a Chávez, basado en la definición categórica que ve el
triunfo electoral de Chávez como un “triunfo del pueblo”. En
este marco, no puede haber posición crítica e independiente que
valga.
¿Cómo formular una posición principista?
Por el contrario, una posición principista debería
inexorablemente partir del llamado a los trabajadores, los campesinos
y el pueblo a confiar sólo en sus propias fuerzas y a hacer
explícito el planteo de que el voto de los socialistas
revolucionarios a Chávez es sólo a los fines de acompañar y
ayudar a hacer la experiencia con él. Para esto mismo, habría
que levantar un pliego de reivindicaciones, muchas de las cuales están
en la declaración, pero que quedan invalidadas por su falso eje.
Es que la misma tiene como centro el planteo abstracto y seguidista de
“10 millones por una Venezuela Socialista, sin patronos, burócratas,
ni corruptos” (lo que obviamente se confunde con la prédica
“socialista” de Chávez). Es decir, no tiene como centro la única
manera de llegar a esa “Venezuela Socialista”: la pelea por un
auténtico gobierno de las organizaciones obreras, campesinas y
populares. A lo que se debe sumar el planteo explícito de que los
trabajadores deben organizarse políticamente de manera independiente,
poniendo en pie un instrumento político propio. Estos dos
elementos imprescindibles en toda organización que pretenda
construirse de manera independiente, en Venezuela brillan por su
ausencia en la política de los compañeros.
.-
Es sabido es que, dentro del
PRS, el MST El Socialista y, en menor medida, el MST Alternativa
tienen un peso de importancia. Las minutas presentadas por ambas
corrientes al plenario no pasan la prueba de fijar una posición
independiente. El centro del MST Alternativa es plantearle al
gobierno burgués de Chávez que aplique medidas antiburguesas,
un disparate de leso trotskismo y hasta de leso morenismo (ver
el texto “La traición de la OCI”). Por su parte, el MST El
Socialista plantea como argumento central que “ser los campeones
por los 10 millones de votos a Chávez” permitiría defender
mejor la UNT... y levantan un programa que carece de consigna
de poder obrero.
.-
V.I.Lenin, “Izquierdismo,
enfermedad infantil del comunismo”, Buenos Aires, Cartago, 1974,
p. 177.
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