Izquierda venezolana
El PRS en su laberinto
Por
Claudio Testa
Socialismo
o Barbarie, periódico, 07/12/06
El
Partido Revolución y Socialismo, fundado a mediados del 2005, agrupó
a algunas corrientes y sobre todo a centenares de activistas que
juegan un papel fundamental en la nueva central obrera, la UNT. Desde
el primer momento apoyamos decididamente ese proyecto. Y, de la misma
manera, un año después, hicimos una campaña de apoyo a los compañeros
de la UNT, cuando se enfrentaron al operativo del gobierno de dividir
y destruir la nueva central.
Al
iniciarse el PRS, uno de sus animadores decía con plena razón que
“esta revolución no tiene destino si no construimos un partido
revolucionario”.
Entre los tantos motivos que daba, se contaban las siguientes:
“De
un tiempo para acá es evidente que se ha venido produciendo un cada
vez mayor entendimiento del gobierno con sectores importantes del
empresariado venezolano, que se concreta en la materialización de
acuerdos específicos, favorecidos por la extraordinaria bonanza económica
con la que cuenta el gobierno, lo que ha llevado al propio
Vicepresidente de la República a afirmar que: «ahora el gobierno
cuenta con el apoyo de sectores del empresariado con el que antes no
contaba».
“La
situación actual ya no se caracteriza por la confrontación con la
burguesía y sus partidos –aunque el enfrentamiento mediático con
el imperialismo se mantiene– sino, por el contrario, la lucha se
transfiere al seno mismo del proceso. Ahora la confrontación del
pueblo se da directamente con los alcaldes, gobernadores y
funcionarios corruptos y burocráticos, en la perspectiva de lograr
sus reivindicaciones inmediatas y continuar impulsando la profundización
del proceso revolucionario.
“Ciertamente,
lo que Chávez está planteando como «socialismo» tiene patas
cortas. En realidad es una especie de capitalismo donde prevalecería
la colaboración de clases; de lo que se trataría entonces es lograr
una supuesta e imposible «función social» del capital, simultáneamente
con una hipotética distribución más democrática de la riqueza. El
socialismo que propone el Presidente es una quimera irrealizable, que
en ningún lugar del mundo se ha materializado jamás. El capital
existe para reproducirse ilimitadamente, no tiene corazón ni patria y
no busca satisfacer necesidades sino garantizar una tasa creciente de
ganancias. Por otra parte, los intereses de los patronos no pueden
convivir con los intereses de los trabajadores, son absolutamente
antagónicos”.
Y
así seguían explicando los compañeros las razones para la
construcción de un partido revolucionario independiente.
Lo
sucedido en el año y medio transcurrido ratificaron y ampliaron la
necesidad de una organización política de la vanguardia obrera
independiente del “chavismo”. Una de la mayores pruebas fue lo
sucedido con la UNT, donde el gobierno operó para abortar el
surgimiento de una central obrera clasista e independiente del estado.
Sin
embargo, contradictoriamente, ante las elecciones los compañeros en
vez de avanzar y profundizar estas críticas a Chávez, y decirle así
la verdad a los trabajadores y los activistas, optaron por una
posición de apoyo político incondicional a Chávez.
Como
aclaramos en varios de nuestros artículos de crítica a esta política
[2] la cuestión central no era el problema del voto en sí mismo que,
en última instancia es táctico. Como dirigentes que tienen
influencia en un sector importante de la vanguardia obrera como el que
se agrupa en el la UNT, lo fundamental es qué se le dice a los
trabajadores.
Y
es lamentable que el PRS no hiciera una gran campaña para decir lo
mismo que denunciaba un año y medio atrás: que el gobierno está
en un entendimiento cada vez mayor con los empresarios, que el
“socialismo” de Chávez es simplemente una especie de capitalismo,
etc. Es decir, una campaña de denuncia implacable y de prédica de
desconfianza, aunque para no cortar el diálogo con los bases de
trabajadores pudiese aceptar el voto crítico por Chávez (con
más razón cuando no había posibilidad de presentar una candidatura
alternativa).
Por
el contrario, la campaña del PRS fue de apoyo político
incondicional y la siembra de confianza absoluta en Chávez (política
oportunista en la que han tenido gran responsabilidad el MST e
Izquierda Socialista de Argentina), contribuyendo además a la fábula
de que todos los problemas que los trabajadores sufren y perciben, la
burocratización del régimen, la corrupción (que es una consecuencia
inevitable del modelo capitalista que auspicia Chávez) no son
responsabilidad del presidente, sino de los “infiltrados” y
“falsos revolucionarios” que lo rodean.
Pero
la prédica del absoluto apoyo y confianza en Chávez,
como fue lamentablemente la campaña del PRS y la C-Cura, puede ser
además un boomerang que se vuelva contra los compañeros.
Es
que la política del gobierno es aprovechar el aval electoral para
avanzar en el control y estatización de los movimientos de masas, y
en primer lugar, de la UNT. Después de haber predicado a los
activistas la confianza y el apoyo incondicional a Chávez, ¿van a
estar en mejores condiciones para enfrentarlo cuando inicie el próximo
operativo para someter y/o liquidar la UNT?
Si
Chávez merece confianza y apoyo incondicionales, ¿con qué
argumentos se puede continuar con el PRS cuando el presidente llame a
formar el Partido Único?
.-
Miguel Ángel Hernández Arvelo, “Esta revolución no tiene
destino si no construimos un partido revolucionario”,
Aporrea.org, 9/8/05.
.-
Ver José Luis Rojo, “El PRS insiste en el voto acrítico a Chávez”,
Socialismo o Barbarie periódico, 20-7-06, y Rodolfo F.
Torres, “El voto del PRS es un apoyo político a Chávez”, Socialismo
o Barbarie periódico, 28-9-06.
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