El
“socialismo del siglo XXI” de Chávez
¿Son
medidas socialistas la Ley Habilitante y las nacionalizaciones?
Por
Alfonso Solís
El Trabajador Centroamericano Nº 62, marzo 2007
El
Presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, con sus ataques verbales
y poses en contra de Bush y del imperialismo yanqui se ha ganado la
admiración y simpatía de millones de luchadores antiimperialistas de
América Latina, al grado tal que podemos sostener que en esta región
se ha constituido una corriente política continental chavista o
pro-socialismo del siglo XXI. Además, esas simpatías tiene una base
de sustentación material, pues, el gobierno venezolano ha comprado
bonos de deuda externa de algunos países, financiado proyectos
millonarios, otorgado becas a estudiantes en Venezuela, realiza
operaciones de la vista a cientos de ciudadanos de diversos países,
asimismo, está financiado a grupos políticos de izquierda proclives
a sus posiciones, logrando con todo ello, constituir un eje de apoyo
de varios gobiernos latinoamericanos.
A lo
interno de Venezuela, el Coronel Chávez, también ha logrado ganarse
el apoyo de millones de venezolanos debido a dos razones: a) las
concesiones materiales otorgadas, producto del boom petrolero, a miles
de familias pobres mediante las llamadas “misiones populares”, que
constituyen una política asistencial a gran escala. b) Chávez
aparece frente a las masas pobres como el “salvador” del país,
después del desastre ocasionado por los gobiernos neoliberales que le
precedieron y por ello, lo apoyaron masivamente en contra del golpe
militar, impulsado por la oligarquía y el imperialismo, impidiendo
que Chávez fuera derrotado y sacado del poder.
Ley
Habilitante: ¿Amplía o reduce la democracia?
Recientemente
el Parlamento venezolano aprobó otorgar plenos poderes para legislar
por 18 meses al Presidente Hugo Chávez. Según el Coronel esos
“plenos poderes” para legislar, mejor conocidos como “Ley
Habilitante” sería la “madre de todas las leyes” existentes en
Venezuela. Esa ley concentra y centraliza el poder político en una
sola persona. Ese tipo de poderes y proceso político refleja graves
problemas y peligros para el futuro de Venezuela: a) Despoja de poder
al Parlamento, aunque éste es absolutamente chavista, lo cual indica
que Chávez desconfía hasta de sus propios diputados o teme que
algunos de ellos no apliquen sus dictados.
b)
Con ese tipo de ley Chávez no sólo reduce, disminuye y castra la
democracia formal burguesa, sino que le asesta un golpe mortal a la
capacidad de participación y decisión de las masas en los procesos
políticos, económicos y sociales de Venezuela. Si Chávez fuera
socialista hubiera incorporado a los trabajadores y campesinos,
mediante sus organizaciones, en la discusión y toma de decisiones en
cuanto al tipo de gobierno, régimen y sistema social que debe
funcionar y regir los destinos de Venezuela. Sin embargo, el Coronel
hizo todo lo contrario, sustituyó no solo al parlamento burgués,
sino que al mismo tiempo liquidó cualquier posibilidad o rastro de
una democracia socialista u obrera, erigiéndose en un poder
unipersonal y autocrático.
Por
tanto, la Ley Habilitante constituye un indicador más para
caracterizar el tipo de régimen político existente en Venezuela. El
régimen que funciona por la vía de decretos o legislando, de manera
unipersonal, ya sea en la persona de un Presidente electo, dictador o
cualquier otra figura, constituye un régimen bonapartista. En éste
el “Bonaparte” se erige por encima de las clases sociales, dando
la apariencia de ubicarse sobre el “bien y el mal”, pero en
realidad y, en última instancia, pese a cualquier diferencias y
contradicciones coyunturales con sectores burgueses locales,
representa al sistema político y económico que funciona en el país,
en el caso de Venezuela, el sistema imperante es el capitalismo.
No
obstante, ese tipo de régimen, bajo la presión de sectores burgueses
y del imperialismo, se ve obligado, algunas veces, a apoyarse en el
movimiento de masas, para contrarrestar dicha presiones., aunque también
se apoya, casi siempre, en las fuerzas armadas. Cuando ese régimen se
apoya en el movimiento de masas, para contrarrestar presiones
nacionales y extranjeras, se denomina bonapartista sui generis.
Ese es el caso del Coronel Hugo Chávez.
Entonces,
el gobierno y régimen de Chávez, lejos de avanzar en una democracia
socialista u obrera, más bien es inferior a los regímenes democráticos
burgueses. El socialismo significa la ampliación de la democracia política
– excepto en una situación de agresión militar o guerra– más
libertades y derechos políticos para los trabajadores y las masas
populares, para que participen, decidan y gobiernen en todas las
cuestiones de la nación..
Las
“nacionalizaciones”: ¿Socialismo o Capitalismo de Estado?
Después
de su reelección, el Presidente Hugo Chávez, entre otras cuestiones,
planteo la “nacionalización” de las empresas eléctrica, telefónica
y un canal de televisión. El anuncio de esas supuestas
nacionalizaciones causó gran revuelo y muchos comentarios en contra
de la prensa burguesa en Latinoamérica. Contrariamente, ocasionó
mucho alegría y entusiasmo de los luchadores antiimperialistas,
porque consideran –erróneamente– que se les estaban asestando un
duro golpe a las transnacionales y a la burguesía local, avanzando en
la dirección socialista.
Sin
embargo, esas nacionalizaciones no constituyen ni un golpe a los
burgueses locales y extranjeros, ni mucho menos medidas socialistas
debido a varias razones: a) Esas empresas fueron una compra comercial
del Estado venezolano a los capitalistas transnacionales y nacionales
por cientos de millones de dólares. En ese sentido no fue una
nacionalización forzada del Estado contra los capitalistas.
b)
Esas empresas compradas por el Estado, no han pasado a ser controladas
por los trabajadores, sino por la burocracia estatal.
c) El
gobierno de Chávez no se atreve a romper con el imperialismo yanqui y
expropiar, sin indemnización, los sectores económicos estratégicos
de la economía que, como el petróleo, permanece en un gran
porcentaje en manos y control de l a s transnacionales imperialistas
de Estados Unidos y Europa.
En
ese sentido, las “nacionalizaciones” del Presidente Chávez, no
son tales, sino simple y sencillamente una compra-venta de una mercancía.
En realidad, lo que el gobierno de Coronel Chávez está haciendo en
Venezuela, con las compras de diversas empresas, es fortaleciendo un
poco el área de empresas propiedad del Estado, para constituir una
especie de Estado- empresario, con el objetivo de obtener mayores
recursos económicos de las ganancias de esas empresas públicas que
le permita continuar financiando holgadamente su gobierno, así como
su política internacional. Él se da cuenta de que el boom petrolero
no será permanente, ni eterno, por tanto, necesita nuevas fuentes de
financiamiento.
Entonces,
el gobierno y régimen de Chávez, lejos de avanzar al socialismo en
el terreno económico, lo que está haciendo, podríamos decir, es
dirigirse a una especie de “capitalismo de estado del Siglo
XXI”. El socialismo o avance hacia él, significaría la
expropiación, sin indemnización, de los principales medios de
producción, comercio y de servicios de los capitalitas nacionales y
transnacionales, así como la nacionalización del comercio exterior,
medidas que Chávez, por supuesto, no está dispuesto a implementar,
ya que no es un socialista.
Las
expropiaciones podrían conllevar, con la aplicación de una
democracia socialista y obrera, a una verdadera redistribución
equitativa de la renta nacional, que mejore las condiciones de vida y
de trabajo de las masas venezolanas en general.
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