Venezuela:
coletazos de RCTV
La
señal debe quedar bajo el control de la UNT y las organizaciones
populares
Por
Claudio Testa
Socialismo o
Barbarie, periódico, 14/06/07
Los
últimos hechos demuestran que sólo el paso de RCTV a manos de los
trabajadores hubiera impedido que el imperialismo y la derecha
capitalizaran políticamente la situación.
El
traspaso de la señal de RCTV a una emisora del gobierno parece haber
tenido un precio político cuyo monto aún no está claro.
Posiblemente pasará un tiempo hasta que eso pueda determinarse.
Un
acontecimiento importante al respecto fueron las grandes
movilizaciones estudiantiles del miércoles 6 de junio que partieron
en Caracas desde la Universidad Central de Venezuela y la Universidad
Católica “Andrés Bello”.
Según
observadores que no son generalmente hostiles al chavismo, la gran
mayoría de estos estudiantes nunca habían sido enganchados antes en
las marchas de la vieja derecha opositora. Pero, agitando la bandera
de la “defensa de la libertad de prensa”, ahora lograron sacarlos
a la calle.
El
gobierno de Chávez acusó el golpe. Y respondió con una medida insólita:
invitó a los representantes de estos estudiantes a un diálogo público
en el parlamento. Atendiendo una exigencia de los estudiantes
que se manifestaban en las calles, se programó una sesión especial
en la Asamblea Nacional el 7 de junio, para que expusiesen sus quejas
y entrasen en un debate con otros estudiantes chavistas, ante las cámaras
de todas las cadenas de televisión y la asistencia de periodistas y
reporteros de la prensa y radio.
Aunque finalmente no
hubo un debate real –los dirigentes estudiantiles opositores se
limitaron a leer una declaración e inmediatamente se fueron sin
querer discutir–, el hecho refleja que, posiblemente, como señala
un comentarista, a Chávez “se le abrió una grieta política”.
Todo esto nos remite
al problema más general de una auténtica libertad de prensa, que
comenzamos a tocar en Socialismo o Barbarie 103, del 31 de
mayo. En este caso, se expresa en la posición de que la señal de
RCTV pase manos de los trabajadores; en concreto, a manos de la
UNT (Unión Nacional de Trabajadores), los sindicatos y las
organizaciones populares y sociales, para que democráticamente las
administren.
Como decíamos allí,
es una farsa hablar de “libertad de prensa” con los medios en
manos de un puñado de corporaciones internacionales y sus socios y
sucursales de los distintos países. Pero la solución no viene por
el lado de que esto sea reemplazado por el monopolio y el monólogo
del gobierno de turno (de Chávez o de cualquier otro, aun cuando
se reclame antiimperialista y hasta “socialista”). Sobre esto ha
habido ya una larga (y trágica) experiencia a lo largo del siglo
pasado.
Por el contrario, los
medios en manos de las organizaciones de los trabajadores y
sectores populares, y su administración democrática y
pluralista, son la única base sobre la cual se podría
desarrollar una auténtica libertad de prensa y también de expresión
cultural.
Un pequeño ejemplo
que atañe a Venezuela: casi al mismo tiempo del lío de RCTV, la
policía reprimió duramente varios conflictos obreros, entre ellos el
de Sanitarios Maracay. En este último, dejó como saldo 20 obreros
presos y 10 en el hospital. ¿La TV en manos del gobierno chavista va
a informar sobre hechos por el estilo?
El capitalismo de
estado tercermundista (falsamente presentado por Chávez como
“socialismo”) no va a garantizar ni la libertad de expresión ni
la de prensa en los medios que posea. Ésa es la actual experiencia en
Venezuela y ha sido también la práctica universal de este de tipo de
regímenes en el pasado. Cualquier medio que controlen es utilizado
para establecer el monólogo gubernamental. Aquí vimos eso con el
gobierno de Perón entre 1946 y 1955.
Y uno de las más
graves “daños colaterales” del monólogo mediático de estos
gobiernos es que hacen aparecer como “libertad de prensa” el monólogo
de los corporaciones privadas que hoy dominan a escala mundial la TV,
las radios y los diarios. Crean el escenario para que estos monopolios
puedan presentarse como campeones de la “libertad de prensa”.
Lo de los estudiantes
ha sido, en gran medida, un subproducto de esta intolerable confusión.
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