¿Qué
hay detrás de la economía venezolana y su fantástico crecimiento?
¿Para quién son los beneficios en la transición
al
socialismo bolivariano?
Por
Manuel Sutherland
Asociación
Bolivariana de Economistas Socialistas (ABES), 04/06/07
Con
China y más recientemente Argentina, Venezuela ha venido a
representar en el mundo uno de los casos de mayor crecimiento del
ingreso. Todo ello en un ambiente político–económico que dista de
los credos más ortodoxos del neoliberalismo y trata de crear alguna
alternativa al capitalismo pero sin romper con él directamente. El
liderazgo del presidente Chávez se ha constituido como una esperanza
para el proletariado más pobre del país e incluso de Latinoamérica,
sus noveles ideas de avanzar hacia un sistema socialista (bolivariano)
llaman la atención del mundo, así como el avance de la economía a
pesar de las rupturas con el FMI y el BM. ¿Sin embargo, que tan rápido
y radical ha sido el cambio?
El
crecimiento económico
La
abundante liquidez internacional, la menor aversión al riesgo, el
crecimiento de la demanda de los países emergentes de materias primas
energéticas, ha permitido generar un contexto muy favorable para la
economía venezolana. El precio de la cesta petrolera venezolana ronda
los 60$, representando ello, más del doble de lo estimado por la
Asamblea Nacional (27$), materializándose un gran excedente en
divisas que apalanca el crecimiento económico, basado en la inversión,
el crecimiento de las actividades de servicios y las actividades
relacionadas a la importación de bienes manufacturados.
La
feroz política fiscal expansiva, al más puro estilo Keynesiano,
reflejada en los enormes crecimientos del gasto público, con gran énfasis
en el gasto social (las misiones sociales, por ejemplo) han permitido
que grandes recursos otrora secuestrados, bajen a la población de
forma filtrada, discrecional e inauditable. Dicha distribución de los
recursos se ha hecho con las más estrictas normas del inmediatismo,
el secreto y la separación de facto de las masas en las decisiones de
uso y empleo de los mismos. Los mecanismos creados para acercar al
poder decisorios se han mostrado del todo inocuos e interesantes para
enriquecer a una casta de "boliburgueses" ávidos de copiar
los patrones de lujo más desenfadados.
Las
tasas de crecimiento son asombrosas, la economía venezolana ha
crecido los últimos 15 trimestres consecutivos y para esta fecha lo
ha hecho a una tasa promedio de de 12,4%, en el gráfico 1 se observan
14 trimestres hasta el primer trimestre de 2007i. El crecimiento armónico
de la economía es una bofetada para los economistas liberales quienes
expresaron una absurda teoría del rebote.
De
los componentes del crecimiento, muy a pesar de los economistas
liberales, el de mayor crecimiento para éste último trimestre fue el
sector privado, quien se expandió en 11,1%, el sector público lo
hizo en apenas 2%. Es decir hay un incremento en los ingresos de la
burguesía oligopólica que filtra por la vía de la apropiación
privada de la renta gran parte del Valor agregado generado, frenando
mejoras sustanciales en los insólitos índices de pobreza que aún se
observan. Situación inaceptable que tiene su raíz en la estructura
de producción y apropiación de la riqueza en una economía
capitalista de periferia, que el socialismo bolivariano no parece
pretender subvertir sino "sensibilizar", como dijo Maria
Cristina Iglesias, ministra de Industrias Ligeras y Comercio MILCO:
"pero donde están los empresarios buenos, emprendedores,
honestos". Como si el capital fuera un asunto moral y no científico.
La
repartición de ese incremento en la producción es un asunto que
parece importar poco, salvo la disgregación en algunos sectores de la
economía. En ese aspecto es notorio el crecimiento de la actividad no
petrolera para el último trimestre de 10,8%, y el descenso en la
actividad petrolera de 3,9% debido al cumplimiento efectivo del
gobierno bolivariano en la reducción de cuotas de producción de petróleo
de la OPEP.
Siguiendo
con los sectores que mayor aporte hicieron al crecimiento del II
trimestre de 2007ii tenemos: servicios de transporte (14,8%), comercio
(17,9%), intermediarios financieros (20,5%) y las comunicaciones
(28,0%), lo que índica el alto componente de servicios y actividades
de gran vinculación a la importación (que creció 32,9% en el período),
la reventa y especulación comercial, actividades que ayudan en poco
al crecimiento de una industria capaz de satisfacer la creciente
demanda de manufacturas y productos tecnológicos en donde se genera
mayor valor agregado.
Resulta
interesante examinar algunas cifras de la manufactura y de los
alimentos. La industria alimenticia ha venido creciendo de forma
sostenida desde el segundo trimestre de 2005 a una tasa promedio de
12,5%, sin embargo ante un crecimiento tan rápido en la demanda de
alimentos la respuesta de la oferta se ha quedado corta. En los
supermercados y demás expendios el fantasma de la escasez es
evidente. El gobierno ha adoptado las medidas más progresistas dentro
del sistema capitalista. La opción de regular desde hace ya tiempo
ciertos productos alimenticios, reducir el regresivo IVA, otorgar
subsidios a los pequeños productores, incrementar los drawbacks y otorgar créditos muy blandos a grandes industriales.
Esta
política busca solapadamente conciliar intereses de clases dentro de
la estructura productiva. Hay un manifiesto esfuerzo por destacar la
necesidad del surgimiento del "capital bueno", del
empresario "patriota" y del buen burgués amante del dinero
con esfuerzo y enemigo de la especulación. Este discurso
neodesarrollista se basa en algunas premisas del cepalismo y es
repetido no solo por la derecha chavista, también es comentado como
la única solución de avanzada en esta etapa del proceso. Como
siempre, estas especulaciones han chocado con la realidad y han
demostrado que la lógica de dominación y maximización a toda costa
del capital es muy superior a todos esos ensueños metafísicos y
morales que anhelan al capital bueno.
El
acaparamiento, la especulación, el desabastecimiento inducido, listas
de espera para revender con sobreprecio, evasión abierta de controles
de precio y bonanza en la negociación de divisas (en medio de un
control de cambio que lleva 4 añosiii), bonos del sur, títulos y demás
business de la economía liberal de papel, le han dado una bofetada a
quienes continúan haciendo reformismo con políticas tan parecidas al
liberalismo, que con frecuencia suelen ser aclamadas con beneplácito
por los frentes patronales, como Fedecámaras y Fedeindustrias.
Las
burguesías jamás serán patrióticas, ni colaboraran productivamente
en el desarrollo socialista de ningún país, son un lastre incapaz de
generar cambio social alguno y mucho menos las burguesías rentísticas
de la periferia. Son los pueblos organizados quienes desde la dirección
completa y bajo propiedad y dirección colectiva pueden producir para
el desarrollo y por el irrestricto principio de la satisfacción de
las necesidades básicas del pueblo. Mientras se confíe en la burguesía
no habrá revolución de ningún tipo.
Los
planes sociales del gobierno
Según
la III Encuesta Nacional de Presupuestos Familiaresiv sobre las
misiones sociales del gobierno: Mercal para alimentación, Barrio
Adentro en salud y las misiones educativas (Robinson, Rivas, Sucre y
Vuelvan Caras, se ha determinado que han beneficiado al 48,3% de los
hogares en Venezuela. De ese porcentaje el 63,1% de las familias más
pobres han sido beneficiarias de al menos una misión, lo que da una
idea del gran alcance que han tenido las mismas y el porque de tantas
visitas y estudios por parte de la izquierda mundial.
En
el mismo estudio se utilizó el método de Graffar para índicar que
el 5,8% de las familias pertenecen a la clase alta o estrato I; un
20,1% son de clase media alta o estrato II; 44,8% se define como la
clase media, estrato III; un 27,4% a la clase media baja, estrato IV y
un 1,9% a la clase baja, estrato V. Las familias venezolanas que
tienen ingreso únicamente proveniente de los salarios alcanza el 59%,
de los cuáles el 71% devengan el salario básico de alrededor de 600
mil bolívares (280$) más un bono de alimentación variable, que
ronda los 120$. El salario puede cubrir la canasta básica alimentaria
en un 98%, según el INE, cálculo que en mi criterio puede parecer
altamente sobrestimado.
El
índice de remuneración a empleados y obreros por sector nos índica
una tasa de crecimiento interanual negativa de 0,11 entre los
trimestres I–99 a II–07 que se aprecia en al gráfico 2:
El
índice de Desarrollo humano, que mide a grandes rasgos: alfabetismo,
matricula, esperanza de vida e ingreso ha demostrado una gran evolución
que fue frenada salvajemente por el criminal golpe de Estado de abril
de 2002, el sabotaje petrolero adherido a la huelga patronal que le
hizo perder a la nación alrededor de 15 millardos de dólares
estadounidenses. Los culpables: medios de comunicación, oligarquía y
demás opresores están libres, fugados y continúan haciendo negocios
con el Chavismo. El gráfico 3 nos muestra el IDH:
Es
innegable el esfuerzo que se ha hecho en la parte social, grandes
incrementos en el gasto social se han visto plasmados en mejoras para
el pueblo pobre e importantes avances en su desarrollo cultural. El
cambio de la superestructura es vital para continuar los procesos de
consolidación de un sistema alternativo al neoliberal. Como nunca en
la historia libros, foros, revistas y talleres anticapitalistas de
todo tipo se han visto en el país, acción fundamental para la
mudanza de sistema. Sin embargo es menester profundizar las buenas
tareas y trabajar en otras que puedan lograr los cambios
necesariamente radicales que se requieren para enterrar ese sistema
genocida. Reformarlo es huir con cobardía a los retos de la historia.
La
apropiación privada de la renta
No
creo hallar definición mejor que la de Carlos Marx sobre la sociedad
capitalista que: "En las sociedades de clases, la mayoría
oprimida y explotada trabaja para la minoría dominante, que le
devuelve sólo una parte de la riqueza que su trabajo genera (lo mínimo
para garantizar su subsistencia y reproducción) y se apropia del
resto ("plusvalía")"v. En efecto la separación de los
medios de producción con el proletariado es causal básico de su
situación de depauperación y lo obliga a venderse a la burguesía
como mercancía: fuerza de trabajo.
Para
la burocracia parece esto desconocerse, los intentos de acercar los
medios de producción al pueblo pobre se han limitado básicamente al
desarrollo de las microfinanzas como herramienta de democratización
del acceso a los recursos financieros. Las experiencias de esfuerzos
para incentivar relaciones o incluso formas de propiedad disímiles a
las típicas del capital han tenido escaso éxito. La cogestión con
el Estado y con la burguesía ha dejado más pérdidas que triunfos,
las experiencias de autogestión, control obrero como el caso de
Sanitarios Maracay las han dejado languidecer en la mar de prejuicios
burgueses y oficinescos. El cooperativismo ha crecido enormemente, de
mil y algo de cooperativas para el año 1998 se han inscrito como
tales no menos de 200 mil. Sin embargo el desorden y la campaña de
descrédito que sufre el cooperativismo por su utilización para
precarizar la relación laboral, no han permitido avances realmente
cualitativos. Todo ello sin apenas hablar de las limitantes de estas
relaciones de producción al coexistir con el capitalismo.
El
auge microfinanciero, carril por el cuál la derecha chavista e
ingenuamente gran parte de la variopinta izquierda trata de utilizar
como mecanismo de inclusión social es hoy apenas un tímido esfuerzo
por arañar las migajas de las múltiples e ingentes ganancias de la
banca privada. Los préstamos a las microempresa (de cualquier
naturaleza) no llegan al 4%vi de la cartera total, turismo y
agricultura no rozan siquiera el 6%, aún las barreras a la entrada
son muy grandes, a pesar de que el gobierno haya obligado a prestar
porcentajes de la torta crediticia a estos rubros. Las instituciones
del gobierno hechas para ello, sufren del burocratismo e ineficiencia
del Estado burgués de la periferia, no hay información alguna de
tasas de morosidad, re–préstamos, ni alcance social del crédito.
En
este panorama quién más ha aprovechado el crecimiento ha sido la
casta rentística y especuladora de la burguesía criolla. A pesar de
la utilización de la fraseología burguesa universal: "nos van a
expropiar, nos van a quitar a nuestros hijos etc." La plutarquía
ha podido hacer pingues negocios y ha sabido filtrar la renta,
exprimiendo más al trabajador. En el gráfico 4 vemos que a medida
que más crece la renta nacional la burguesía de apropia más y más
del producto. Si en el año 1999 la distribución llegó a ser
paritaria, para el 2006 el asalariado en su conjunto sólo accedió al
38%vii de lo producido socialmente el resto fue expropiado a favor de
la casta opresora. Esta tendencia lejos de disminuir se ha ido
acentuando en el tiempoviii. PONER ABAJO REMUNERACIÓN ASALARIADO Y
DEL CAPITAL
Expectativa
del más variopinto proletariado
Solo
la más férrea organización de los trabajadores en su conjunto, con
la más intensa campaña de desarrollo de la conciencia realmente
revolucionaria podría radicalizar el proceso bolivariano y
convertirlo de facto en una revolución socialista. Sin ésta los
trabajadores sólo tendrán acceso a lo que el Estado pueda distribuir
en su afán popular y "caritativamente" cristiano. Hacer
revolución tiene que pasar necesariamente por disputarle a la
burocracia, la burguesía y sus lacayos imperialistas la plusvalía
social. Es menester romper los amarres leguleyos burgueses para no
dejar que el proceso bolivariano de liberación nacional termine en la
más desilusionante y entristecedora reacomodo o reconstitución de la
opresión.
Referencias:
i
Boletín del BCV, Comunica BCV trimestre I
ii
Artículo, El PIB aumentó 8,9% durante el segundo trimestre de 2007,
BCV 14/08/2007.
iii
Ver más información en la página de la Comisión Nacional de
Administración de Divisas, CADIVI.
iv
Estudio del Banco Central de Venezuela (BCV),
resumen disponible en: http://www.bcv.org.ve/c4/notasprensa.asp?Codigo=5842&Operacion=2&Sec=False
v
Carlos Marx, Manuscritos económicos y filosóficos, Capitulo: Trabajo
enajenado.
vi
Ver la página Web de la Superintendencia Nacional de Bancos,
SUDEBAN.
vii
Ver artículo en la Web: http://www.anajuliajatar.com/media/blogs/new/La_crisis_que_se_avecina.pdf
viii
Ver: González Medina, E.: (2007) Venezuela, capitalismo de estado,
reforma gratuita. Texto completo en www.eumed.net/libros/2007a/244.
La
inflación, un bolívar débil y el mercado negro opacan el
crecimiento de Venezuela
Por John Lyons
The Wall Street Journal, 27/08/07
Caracas.–
Al igual que muchos de sus conocidos en Caracas, Alfred y Norma Muñoz
se preparan para algo que creen es inevitable: una crisis monetaria
provocada por las políticas del presidente Hugo Chávez.
Esta
pareja de clase media planea tomar tanto dinero prestado como le sea
posible de un banco local para comprar un apartamento en otro país.
Creen que si el bolívar, la moneda venezolana, se hunde contra el dólar,
el préstamo será fácil de pagar en dólares, mientras el
apartamento mantendrá su valor. "Además, te da un lugar al que
escapar en caso de que las cosas se pongan realmente feas", dice
Alfred Muñoz, que tiene un pequeño negocio.
Gracias
a los altos precios del petróleo, la economía venezolana está en
auge. Desde 2004, el país ha experimentado un crecimiento promedio de
12,6% al año, la tasa más rápida de América latina. Las listas de
espera de más de tres meses para comprar un auto nuevo en los
concesionarios de Caracas se han convertido en un estándar en medio
de una bonanza en el financiamiento al consumidor. El desempleo ha caído
a cifras de un solo dígito por primera vez en más de una década.
Pero
hay señales de problemas. La producción de petróleo está decayendo
a medida que la petrolera estatal pierde a gerentes y realiza menos
inversiones. La inflación ronda el 19% según el gobierno, aunque
muchos economistas independientes dicen que es más probable que esté
en torno al 25%, dado el creciente papel que juega el mercado negro a
la hora de obtener bienes difíciles de encontrar. Una consecuencia es
que el bolívar, oficialmente fijado en 2150 por dólar, ha perdido más
de la mitad de su valor en el mercado negro. Muchos venezolanos temen
que será inevitable que el gobierno devalúe la moneda y que la
inflación se dispare aún más.
La
falta de liquidez en el mercado global de crédito causado por los
problemas hipotecarios en Estados Unidos es otro motivo de preocupación
para los venezolanos. La razón es que los precios del crudo podrían
caer si, tal y como temen algunos economistas, una desaceleración
mundial en los préstamos conduce a una crisis económica
generalizada. Una caída en los precios del petróleo privaría a Chávez
de los ingresos que necesita para sus ambiciosos programas sociales.
Además, aumentaría aún más la presión sobre el bolívar.
Precios
y devaluación
Históricamente,
las caídas en el valor de las monedas locales y la hiperinflación
han causado estragos en América latina, desestabilizando gobiernos y
dispersando la miseria entre la gente con menos recursos. De hecho, el
colapso financiero y la alta inflación durante el gobierno de Rafael
Caldera a mediados de los años 90 contribuyeron al ascenso al poder
de Chávez. Si estos problemas vuelven a surgir en Venezuela, podrían
erosionar la popularidad de Chávez y reducir su influencia en la región.
Mientras
el bolívar se debilita, las monedas de otras potencias petroleras se
han fortalecido. La explicación para esta discrepancia está, al
menos en parte, en las políticas económicas de Chávez. Su empeño
en gestionar la economía para beneficiar a los pobres ha generado una
ola de problemas imprevistos, a los cuales ha respondido con
soluciones poco ortodoxas que, a su vez, han causado nuevos problemas.
Con cada giro político, gente como los Muñoz se convencen cada vez más
de que las cosas se descontrolarán.
Desde
2003, Chávez más que ha duplicado el gasto público en el sector de
la salud gratuita, en los aumentos salariales, en los subsidios a la
gasolina y en otros servicios. Esto ha generado una mayor demanda de
bienes y servicios, lo cual alimenta la inflación. En respuesta, Chávez
ha expandido el control de precios, que ahora abarcan productos como
la carne, azúcar, huevos, leche y otros. Esto, a su vez, se ha
traducido en la escasez de alimentos, ya que muchos productores se
niegan a vender sus bienes a los precios fijados.
Esta
combinación de escasez de alimentos, mercados negros y una inflación
creciente es una historia conocida para los venezolanos, que han
vivido tres crisis financieras desde los años 80. La última fue el
colapso de un gran banco, que contribuyó a una crisis monetaria y a
una inflación de más de 100% en 1996. Para protegerse de una situación
similar, los venezolanos tratan ahora de adquirir cuantos dólares
puedan, debilitando aún más el bolívar.
"Todos
sabemos qué se avecina, pero no sabemos cuándo", asegura David
Macedo, que conduce una camioneta que provee mercancías a
supermercados. Cuando tiene algunos bolívares ahorrados, dice, va al
aeropuerto de Caracas a comprar dólares a los turistas. Paga mucho más
que la tasa oficial de 2150, pero por debajo de la tasa del mercado
negro, que ahora está en 4300 bolívares por dólar.
Una
vez que la gente anticipa una crisis, se vuelve mucho más difícil
evitarla. Este fenómeno se vio en la Argentina. En 2001, los
argentinos que perdieron la confianza en la capacidad de su gobierno
de evitar una cesación de pagos sobre la deuda, comenzaron a retirar
en masa sus depósitos bancarios. En última instancia, esto aceleró
el colapso económico y el desplome monetario que tanto temían.
El
carril equivocado
El
gobierno de Chávez es consciente de estos peligros y ha prometido
reducir la inflación antes que se descontrole. En julio exigió a los
bancos que pagaran intereses más altos sobre los depósitos de sus
clientes, con la esperanza de alentar el ahorro y hacer que el bolívar
sea más atractivo. Pero la nueva tasa es apenas la mitad de la de la
inflación. El ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, dice que el
gobierno moderará su gasto por primera vez en años y mantendrá la
tasa oficial de cambio al menos hasta 2009. "No tenemos planes de
devaluar", asegura.
Pocos
economistas predicen graves problemas financieros para el país, al
menos mientras los precios del petróleo sigan altos. Pero el pronóstico
de largo plazo no está tan claro. Mark Weisbrot, codirector del
Centro de Investigación Económica y de Políticas Públicas, una
institución con sede en Washington que usualmente apoya las políticas
de Chávez, opina que el gobierno aún tiene tiempo para fortalecer el
crecimiento económico al invertir en industrias fuera del sector
petrolero. Otros economistas no son tan optimistas y aseguran que el
gobierno no realiza suficientes inversiones de largo plazo, como
construir fábricas, y que aún es demasiado dependiente de sus
ingresos petroleros. "No sabemos cuándo sucederá la
crisis", dice Alberto Ramos, un economista para América Latina
de Goldman Sachs. "Pero Chávez está conduciendo por el carril
equivocado."
Muchos
venezolanos se están preparando para lo peor. Como Chávez controla
el Congreso, los tribunales y las fuerzas armadas, es poco probable
que altere su curso económico. Hace unas semanas, Chávez propuso
reformas constitucionales que terminarían con la autonomía del banco
central y eliminarían los límites a la reelección presidencial, una
medida que según sus críticos lo convertiría en presidente
vitalicio. Miles de venezolanos en mejor situación económica han
dejado el país en los últimos años y se han mudado a Miami o a
centros petroleros como Houston o Alberta en Canadá.
El
próximo año, Chávez planea relanzar la moneda local, quitándole
tres ceros y renombrándola "bolívar fuerte". El plan
incluye el regreso de la locha, una moneda de 12,5 centavos que se
remonta a los días de Simón Bolívar.
Por
varios meses, el gobierno ha insistido que la "reconversión"
resolverá varios de los problemas del país, como la inflación.
El
juego con las tasas de interés
Algunas
de las políticas de Chávez para reducir la inflación están
ayudando a los banqueros, corredores y a otros venezolanos
acaudalados. Debido a que los controles de capital limitan la cantidad
de bolívares que se pueden transferir fuera del país, los depósitos
bancarios se han multiplicado por siete desde 2002. Las firmas
financieras han visto florecer su negocio al ayudar a los venezolanos
con más recursos a sacar su dinero del país de manera legal mediante
intercambios de deuda.
Usando
bolívares, el cliente compra un título de valores venezolano que se
cotiza en una bolsa extranjera, para luego venderlo y recibir el pago
en deuda denominada en dólares, como los bonos del Tesoro de Estados
Unidos. El pago se deposita en una cuenta fuera del país.
Un
plan de Chávez para fortalecer la moneda mediante un bono de gobierno
denominado en dólares también fue un fiasco. El gobierno pensaba que
al pedirles a los venezolanos comprar los bonos mediante bolívares,
sacaría suficientes bolívares de circulación como para apreciar su
valor.
Pero,
entre otras cosas, muchos venezolanos financieramente sofisticados
utilizaron esos bonos para especular en contra del bolívar. Compraron
los bonos con préstamos obtenidos en los bancos locales, y después
vendían suficientes papeles a las tasas de interés del mercado negro
como para repagar esos préstamos y quedarse con la diferencia.
Al
explotar la brecha entre las tasas del banco central y las del mercado
negro, los inversionistas han logrado acumular dólares gratuitos a
costa de las reservas de Venezuela.
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