El
Partido Obrero de Argentina y la “refundación de la IV
Internacional”
¿Refundación
de la Cuarta
o tendencia política disfrazada?
Por
Roberto Saez
Socialismo
o Barbarie, periódico, 22/04/04
En los próximos días el PO realizará en Buenos
Aires un “Congreso Internacional por la Refundación de la IV
Internacional”. A pesar de ser un evento que en verdad reagrupa muy
pocas fuerzas del trotskismo internacional, tiene su importancia dejar
sentada una posición. Nuestras críticas son de forma y de fondo.
Los
compañeros han planteado que esta reunión tiene por objetivo dejar
“refundada” la IV Internacional. Mas allá de las consideraciones
de contenido que nos merezca este planteamiento (ver más abajo), cabe
preguntarse si de verdad el PO cree que el próximo fin de semana podrán
concretar tamaña tarea.
Que
se sepa, la única organización participante del encuentro con cierto
peso político y tradición reconocida dentro del movimiento
revolucionario trotskista es el propio PO. Lo acompañan la
corriente Progetto Comunista (una tendencia trotskista minoritaria que
actúa dentro de Refundación Comunista en Italia), el Partido
Revolucionario de los Trabajadores de Grecia y otros grupos militantes
menores históricamente ligados al propio PO. Parece muy poco
para "refundar la IV Internacional”: la enorme mayoría de las
organizaciones de peso histórico y tradición del trotskismo
actuantes hoy a nivel mundial quedan por fuera de esta supuesta
“Refundación”.
Esto
hace al problema de que la fundación de una internacional
revolucionaria debería respetar ciertos parámetros objetivos
respecto del peso real de sus componentes en la lucha de clases de
cada país e internacionalmente. Esto pasa por el desarrollo de una
serie de condiciones y procesos reales, directamente
desestimados por los compañeros. Pero si esa medida se pierde, sólo
tendremos una caricatura de la tarea a cumplir.
En
su convocatoria dicen: “La cuestión no es simplemente darle una
expresión política a los movimientos sociales ni resolver la
‘crisis de representación’ de la clase obrera con la extrema
izquierda ocupando el vacío dejado por la bancarrota de las
burocracias tradicionales de izquierda, la socialdemocracia y el
estalinismo. La propia clase obrera internacional (...) debe
convertirse en una clase para sí luchando por su dictadura
revolucionaria para abrir el camino a la sociedad sin clases” (1). O
sea, los compañeros plantean pasar lisa y llanamente a una
Internacional Revolucionaria, que solo puede ser en estas condiciones,
sin bases reales, una parodia de Internacional.
Otra
cosa es que los compañeros quieran fundar su propia tendencia política
internacional. Esto es completamente lícito y nadie podría
objetar nada. El mismo Altamira en el último Congreso de su partido
(8 al 11 de abril) ha salido a decir que “El movimiento que se va a
reunir en Buenos Aires no es homogéneo (...) Vamos a crear un partido
internacional que no es todavía la IV internacional, ni una verdadera
internacional obrera (...) Hay un fenómeno que debemos comprender.
Para las masas del mundo la IV Internacional no significa nada (...)
la Cuarta propiamente dicha, es ajena a todo el mundo” (2).
Pero
entonces ¿en qué quedamos? Mas allá del problema de la
“ajenidad” de la Cuarta Internacional para las masas del mundo, no
hay que vender gato por liebre. Ni hacer pasar el intento de
constitución de la propia tendencia internacional por una supuesta y
tramposa “Refundación de la IV” (ni que hablar de una
internacional obrera), que requiere una serie de condiciones reales
por las que hay que trabajar por crear y que hagan menos “ajeno” y
menos artificial el emprendimiento.
El balance del siglo XX y la IV Internacional
Junto
con lo anterior hay una consideración más de fondo. Se trata
de las bases políticas y programáticas sobre las cuales se
puede plantear la constitución hoy de una Internacional
Revolucionaria.
Para los compañeros, sencillamente, seguimos en el
ciclo histórico de la revolución rusa: “Enfatizamos que la
revolución socialista mundial que abrió su círculo en octubre de
1917 en Rusia no ha terminado (...) proponemos (...) que la nueva
internacional debería ser una IV Internacional refundada” (3).
Que estamos –a comienzos del siglo XXI- en una época
más general de inestabilidad profunda, crisis, guerras y
revoluciones, es efectivamente un hecho. Pero esto se acompaña
con el planteamiento simplista de que estaríamos en la
“etapa del octubre”. Para nosotros esto no puede servir para
esconder algo evidente: que la lucha de clases “socialista” pasó
por una inmensa y frustrada experiencia a lo largo del siglo pasado. Pasar
en limpio las lecciones de esta experiencia es esencial a la
hora del planteamiento de una nueva internacional, sea la IV o no.
Existe efectivamente el peligro de deslizarse a una idea donde el
“cierre” de la etapa del octubre llevaría hacia una caracterización
derrotista: que sería imposible, en el actual ciclo histórico,
la emergencia de nuevas revoluciones socialistas. Categóricamente
aclaramos que no es nuestra posición, que se ordena en general
alrededor de la necesidad y la actualidad de relanzar la lucha
por la revolución socialista. Pero es un hecho que el PO se niega
rotunda y dogmáticamente a sacar las conclusiones necesarias
de la misma experiencia de la revolución del 17 y del conjunto de la
experiencia del siglo XX.
Esto
mismo nos lleva al planteamiento de si la tarea es la refundación de
la Cuarta o la constitución de una nueva internacional
revolucionaria. En este sentido creemos que la definición debe
quedar abierta. Porque más allá de todos los problemas y
dificultades, Trotsky tuvo el inmenso mérito histórico de plantar la
bandera por la continuidad de la tradición del socialismo
revolucionario encabezando una durísima lucha en el apogeo del
estalinismo. Y las corrientes del trotskismo en la posguerra, con
todos los graves errores y problemas, en un sentido dieron continuidad
organizada a esta tradición.
Pero
al mismo tiempo, este capital y esta tradición deben ponerse en
correspondencia y diálogo con el proceso real que se vaya
desarrollando de decantación de sectores de vanguardia a nivel
mundial hacia la izquierda socialista revolucionaria, sea en los
distintos procesos revolucionarios en curso, sea en el movimiento
anticapitalista mundial. Por lo tanto, creemos que no hay forma de
inclinarse “a priori” por sí o por no acerca de una “Refundación
de la IV” o la perspectiva de una “nueva internacional
revolucionaria”. Esto dependerá de cómo evolucionen las
condiciones de un reagrupamiento real (no de secta, pero tampoco
oportunista) de corrientes y experiencias socialistas revolucionarias.
Insistimos:
por un lado, no se puede perder de vista que desde 1938 hasta hoy la
experiencia de la lucha de clases internacional en general y de la
clase trabajadora en particular se ha desarrollado y planteado un
sinnúmero de problemas y lecciones nuevas que no se pueden dejar dogmáticamente
de lado. Por el otro, tampoco se trata de hacer tabla rasa de la
experiencia acumulada del marxismo revolucionario, de las lecciones
programáticas y estratégicas de la I, la II y la III Internacional,
sus cuatro primeros Congresos y de la síntesis de todo esto que
intentó esbozar León Trotsky a la hora de la fundación de la IV. Es
entonces entre estos dos andariveles que se deberá medir si se
trata de la IV refundada o de una nueva internacional revolucionaria.
Por un reagrupamiento revolucionario real
El
PO traza una raya sobre las corrientes y tendencia políticas a las
que llama a “refundarse”. Esa raya pasa por los que están a favor
o en contra del Secretariado Unificado (SU) de la IV Internacional,
organización que también tiene la característica de autoproclamarse
la IV Internacional. Se trata de una corriente internacional
histórica, dirigida por Ernest Mandel (1923-1995) y que tiene como
uno de sus principales animadores a la LCR de Francia (4). Esta
tendencia se ha caracterizado por rasgos oportunistas y centristas orgánicos
a lo largo de toda su historia y que viene de atravesar una tremenda
crisis en las décadas del 80 y 90. Crisis que ahora parecería estar reabriéndose
a partir de la política capituladora de su sección en Brasil,
así como por las crecientes tensiones con el ala derecha de la propia
LCR en Francia (5).
Junto
con esto, el planteo del PO deja afuera también a toda otra serie de
corrientes y partidos. Porque es un hecho que las corrientes
provenientes del trotskismo para nada se reducen al SU. Es el
caso de la corriente International Socialist Tendency (Tendencia
Socialista Internacional) de Inglaterra (6), de partidos como el SSP
escocés (7), el LPP pakistaní (8), Lutte Ouvrière (Lucha Obrera) de
Francia (9), la ISO de Estados Unidos (10), etc. Lo propio ocurre con
los partidos y/o corrientes que provenimos de la crisis y estallido
del “morenismo” hacia fines de los 80: el PST(u) de Brasil y
el MST, PTS y el nuevo MAS en la Argentina, con gran peso y tradición
histórica en América Latina (11).
Muchas
de estas corrientes o grupos, más allá de la diversidad de sus
posiciones, están viviendo un momento de “florecimiento” de sus
posibilidades en los distintos países donde tienen tradición e
inserción, como parte de los efectos positivos del fenómeno histórico
del derrumbe del estalinismo.
Precisamente
por todo esto, la tarea es trabajar por un reagrupamiento
revolucionario real, que se apoye en el desarrollo de la
experiencia en los principales procesos de la lucha de clases
internacional sobre una base claramente anticapitalista y
revolucionaria socialista. Reagrupamiento que, de ninguna manera
podrá excluir pasos transitorios, de frente único revolucionario,
si se pretende dar lugar, realmente, a la formación de una organización
internacional (12).
Porque
como decíamos hace dos años: “El nuevo ciclo abierto a partir de
la caída del muro de Berlín está significando que los ejes
alrededor de los cuales se estructuró el movimiento socialista
revolucionario a lo largo del periodo de la post guerra están
cambiando. Además, luego de las derrotas de los 80 y los 90, entramos
en un período distinto de la lucha de clases a nivel
internacional. El neoliberalismo capitalista ha sido puesto a la
defensiva. Y está en desarrollo una gran crisis de las corrientes
reformistas. Esto es lo que abre una nueva exigencia y
responsabilidad a las corrientes socialistas revolucionarias. Esto
es lo que lentamente está creando mejores condiciones para el
relacionamiento, el intercambio de experiencias y los eventuales
reagrupamientos por la izquierda y principistas entre
corrientes revolucionarias” (13).
Notas:
1.
En defensa del marxismo 32, diciembre 2003.
2.
Prensa Obrera 846.
3.
En defensa del marxismo 32.
4.
La Liga Comunista Revolucionaria tiene un importante peso y tradición
en Francia, nacidas de su participación en el Mayo francés de 1968.
Para más elementos, ver la crítica de I. Cruz Bernal al abandono del
concepto de dictadura del proletariado por parte de esta organización
en revista Socialismo o Barbarie Nº 16, abril del 2004
5.
Efectivamente, el SU está hoy atravesado por la traición del
ingreso de un miembro de la sección brasileña del SU (Democracia
Socialista-DS) al gobierno burgués de Lula. DS es la segundo sección
más grande de esta corriente y permanece desde hace dos décadas
dentro del PT, con una creciente integración al aparato del Estado
burgués.
6.
El SWP de Inglaterra (Partido Socialista de los Trabajadores), el
partido trotskista más fuerte en ese país, es su principal animador.
7.
El SSP (Partido Socialista de Escocia) es un “partido amplio” en
cuyo núcleo se encuentra una dirección proveniente del trotskismo.
8.
Partido Laborista de Pakistán, que proviene, al igual que el SSP de
Escocia, de una corriente internacional del trotskismo llamada The
Militant (El Militante), originaria de Inglaterra y hoy
sustancialmente debilitada.
9.
Lutte Ouvriere es, junto con la Liga Comunista Revolucionaria, del SU,
uno de los dos importantes e históricos partidos del trotskismo francés.
10.
La Organización Socialista Internacional (sigla en inglés ISO) es el
principal grupo trotskista en Estados Unidos en la actualidad.
11.
Corriente histórica de la cual provenimos, cuyo fundador y máximo
dirigente fue Nahuel Moreno (1924-1987).
12.
En un plano distinto y como tarea más presente e inmediata, desde el
MAS y Socialismo o Barbarie internacional, venimos insistiendo acerca
de la urgencia de realizar una Conferencia Anticapitalista en
América Latina con el objetivo de ofrecer un punto de referencia a
la vanguardia de la región como alternativa al reformismo del Foro
Social Mundial de Porto Alegre.
13.
Periódico Socialismo o Barbarie
Nº 9, 8/8/02.
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