Iraq resiste

 

Un jefe, un mito, una coartada

Maquinaria desinformativa en acción tras 
muerte de Al-Zarqaui

inSurGente / Prensa Latina, 08/06/06

La maquinaria de guerra desinformativa se activó una vez hoy, más a plena capacidad, con la muerte del hombre más buscado en los últimos años en Iraq: Abu Musab al-Zarqaui.

Los medios que dominan el mercado noticioso desplegaron velozmente sus poderosas antenas y, en cuestión de segundos, hicieron creer a media humanidad que el deceso del líder de Al Qaeda ponía fin, o al menos así lo proyectaron, a la ingobernabilidad del país árabe.

Se intenta distraer la atención de los últimos acontecimientos informativos que dominaban el espectro noticioso mundial, concentrado en los escándalos por las masacres de civiles iraquíes ejecutadas por tropas estadounidenses en Hadhita e Ishaqi.

Estos dos incidentes desprestigiaron más aún a las autoridades del gobierno y militares de Washington, ya cuestionados por las frecuentes violaciones de los reglamentos en los conflictos armados, establecidos en las Convenciones de Ginebra y el Derecho Internacional Humanitario.

Por si fuera poco, también se preguntan el resultado costo-beneficio-manipulación al revelar la muerte de Al-Zarqaui, quien en más de cuatro ocasiones recibió sepultura para luego reaparecer con buena salud.

Uno de los primeros beneficiados con la noticia fue el gobierno del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, quien ufano convocó inmediatamente a una conferencia de prensa en Bagdad para confirmar lo que antes dijeron los medios norteamericanos.

"Se acabó Al-Zarqaui", dijo al Maliki, entre vítores y aplausos del auditorio, entre ellos el embajador de Estados Unidos en Iraq, Zalmay Jalilzadeh, y George Cassey, comandante en jefe de las tropas ocupantes en el país del Golfo Pérsico.

Al Maliki y Jalilzadeh calificaron de exitosa la operación en la aldea de Hibib, en el nororiental distrito de Baquba, acometida por tropas invasoras y fuerzas de seguridad con apoyo de civiles, según la versión del alto mando norteamericano.

El diplomático estadounidense mostró cautela al decir que la muerte de Zarqaui no "era el fin de la violencia", pero sí que contribuiría a terminar "con la campaña terrorista en el país".

Observadores estiman que la desaparición del caudillo en nada menguará la capacidad de resistencia de las fuerzas rebeldes, sustentadas en su inmensa mayoría por musulmanes sunitas y en menor cuantía por chiítas.

Los hechos demuestran que en las últimas jornadas la desobediencia alcanzó niveles superiores en varias regiones como en Basora (sur), Al Anbar (oeste) y en la misma capital, donde perecieron decenas de personas y otras tantas fueron heridas.

El propio primer ministro admitió hace solo 48 horas que el estado árabe vive una ingobernable situación de caos como resultado de la incontrolable violencia que lo sacude.

Sólo en el mes de mayo sucumbieron en Bagdad mil 400 personas, la mayor cifra en esta urbe desde el comienzo de la guerra en 2003, víctimas civiles torturadas, maniatadas y decapitadas, y en atentados, sin contar otras muertes de la guerra de ocupación.

La inmensa mayoría de la población responsabiliza a las tropas norteamericanas de ocupación con los problemas que agobian a los iraquíes, según sostienen sondeos de opinión.

Después varios meses de vacío político -y pasado un mes de la integración del gobierno-, hoy se completó el gabinete con la aprobación de los titulares los ministerios clave de Defensa, Interior y Seguridad Nacional.

Como titular de Defensa nombraron al general del ejército Jassim al Mifarji; en Interior, Jawad al Bolani, y Sherwan al Waili, al frente de la Seguridad.

Llamó la atención la coincidencia de la muerte de Zarqaui con esta decisión gubernamental, dijeron analistas, al hacer creer que ambos hechos conducirán a la estabilidad y la paz.

Refuerzan, además, la posición de Al Maliki de sustituir las fuerzas extranjeras por nacionales en 18 meses, decisión puesta en duda por el presidente norteamericano, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair.

Ambos políticos coinciden en que los acontecimientos en el terreno determinarán cuándo será la partida, hasta ahora, algo indefinido.

Bush acudió presto esta mañana al encuentro con los medios, en busca de mejorar su imagen en el ambito de la opinión pública norteamericana, mediante la vinculación de la muerte de Al-Zarqaui con la presencia de las tropas de su país en Iraq.

Nota de SoB:  

Para mas información, ver "Cómo la propaganda estadounidense fabrica un mito: Abu Musab al-Zarkaui, el superhéroe del Mal", Socialismo o Barbarie, revista internacional en la web, edición del 7 de agosto de 2005.